Marisela Partido Calva
Instituto de Investigaciones en Educación
Universidad Veracruzana
Introducción
Los libros de texto en el nivel básico constituyen una herramienta cognoscitiva importante; son utilizados por maestros y alumnos para mediar sus procesos formativos. En la escuela primaria mexicana, como son obligatorios, gratuitos y nacionales, resultan ser más accesibles que muchos otros medios de aprendizaje; pueden llegar a todos los lugares, ser utilizados y reutilizados tantas veces como se requiera en la labor educativa.
De acuerdo con Gabriel Zaid (1997), el libro es uno de los inventos humanos más extraordinarios, una fuente de creación y difusión del conocimiento sin igual, cuyas características y cualidades pueden resumirse en las siguientes: son portátiles, pueden ser hojeados, se pueden leer al ritmo que marque el lector, no requieren cita previa, por lo que es factible que se conviertan en un instrumento fundamental en el proceso educativo.
El libro de texto empleado como mediador de procesos formativos deja de ser sólo un recurso didáctico, para convertirse en un generador de procesos pedagógicos, cognitivos, psicológicos y culturales.
Como parte de la política educativa del Estado Mexicano, los libros de texto han favorecido el acceso de los maestros tanto a la información que requieren para ejercer su función docente, como al manejo del conocimiento que deben enseñar.
Desde esta perspectiva, los libros de texto de los alumnos, junto con los libros del maestro, han desempeñado un doble papel: han servido como programas cotidianos para desarrollar el trabajo docente y como fuente principal, y en muchas ocasiones única, de información, de actualización y de superación académica de bastantes profesores. Otro efecto cultural ha sido la presencia del libro de texto en los hogares mexicanos de escasos recursos económicos y baja escolaridad, con mucha frecuencia como único material escrito.
Macías (1990, citado en García, 1996) señala que los libros de texto les sirven a los maestros no sólo para introducir y describir conceptos, sino que también les proveen del contenido de las lecciones, los proyectos y actividades a través de los cuales pueden explicar, desarrollar y reforzar ideas.
Más aún, un buen libro de texto contribuye a la actualización del maestro; propone una ruta para la construcción del conocimiento; propicia el contacto con la escritura, genera procesos de lectura; informa y forma; aporta herramientas para aprender a aprender; favorece la intertextualidad; promueve la socialización a través de la lectura de códigos gráficos.
Esto es, los libros de texto en la escuela primaria, entre otras ventajas, contribuyen a la actualización del maestro, al mismo tiempo que le permiten estructurar los contenidos curriculares de la asignatura que imparten al sugerirles enfoques pedagógicos y didácticos para orientar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Ofrecen información sobre el qué enseñar, pero también sobre el cómo hacerlo. De este modo, los libros de texto posibilitan que el maestro actualice sus conocimientos en la disciplina y en la metodología que maneja en sus clases.
Además, los libros de texto proponen un camino, un enfoque y una fundamentación teórica que median los procesos de construcción del conocimiento. Permiten el contacto con la escritura, la cual no ha podido ser reemplazada como elemento clave de los procesos educativos.
En efecto, buena parte de la actividad educativa se basa en la cultura escrita y, en consecuencia, la lectura resulta ser un proceso indispensable en todos los niveles de escolaridad y con ella, los libros de texto. Éstos generan procesos de adquisición del conocimiento, abren la posibilidad de interactuar con el contenido; en ese sentido, no sólo informan, sino también forman, ya que proponen la manera de interactuar, de negociar sentidos, significados; permiten generar estrategias que trascienden la mera búsqueda de información; presentan actividades mediante las cuales ocurren procesos de construcción, reconstrucción y transformación del conocimiento.
De ahí la importancia de la lectura como proceso de obtención de significados del texto escrito a través de los procesos cognitivos que el lector pone en práctica al interactuar con el mismo.
Escuela, cultura escrita y lectura
El aprendizaje de la lectura y la escritura es el objetivo de la escuela primaria. La escuela como institución de enseñanza está ligada al código escrito. La lectura y la escritura son procesos que, aun cuando se inician extraescolarmente, se complementan y consolidan en la escuela.
Por tanto, los libros de texto se convierten en una herramienta fundamental de la práctica docente ejercida en la escuela primaria. Ello nos plantea la necesidad de considerar su análisis como un elemento básico para entender no sólo el trabajo docente, sino para explicitar qué sucede en la práctica educativa; cómo se presenta el proceso de lectura en ella teniendo como base la utilización de los libros de texto, los cuales son mediadores importantes en la adquisición y reconstrucción de conocimientos, al proponer ciertos contenidos disciplinarios en lugar de otros, al sugerir algunas actividades de aprendizaje para que los alumnos las realicen dentro o fuera del salón de clases.
Por tales razones, se realizó el presente trabajo con 25 maestros que cursaron la materia de Planeación, comunicación y evaluación del proceso enseñanza-aprendizaje en la Licenciatura en Educación Básica que ofrece la Unidad Regional Xalapa de la Universidad Pedagógica Nacional, y que ejercen su práctica docente en las escuelas primarias oficiales de la zona de Xalapa. Se les solicitó que hicieran sus planeaciones sobre cómo enseñaban español y cómo utilizaban los libros de texto; adicionalmente se realizaron observaciones sobre su práctica docente en torno a dichos contenidos y, para complementar la información, se les hicieron algunas preguntas acerca de cómo consideraban la lectura y cómo la empleaban en sus clases.
Análisis de la propuesta curricular institucional
Para valorar los planes de trabajo, el desempeño de los docentes y las respuestas a las preguntas planteadas, se tomó como punto de referencia el análisis de la propuesta curricular institucional, en términos de los objetivos, contenidos, actividades de aprendizaje y los libros de texto, tanto para maestros como para los alumnos. A continuación se describe cada uno de los aspectos mencionados.
Propósitos de la enseñanza de la lengua
Uno de los objetivos más importantes que la educación básica se plantea consiste en promover eficazmente la adquisición de las capacidades de la lectura y la escritura, así como su utilización sistemática en distintos contextos comunicativos. Sin embargo, este propósito no se cumple con suficiencia. En el sistema escolar se presentan problemas en la adquisición inicial de la lecto-escritura, que se manifiestan en los elevados índices de reprobación y deserción sobre todo en los dos primeros grados de la escuela primaria (Gómez Palacios, 1995), así como también en la consolidación del proceso lector, expresado en las dificultades para comprender lo escrito, en los grados subsecuentes.
Enfoque de la enseñanza de la lengua y objetivos
Los Programas de Español para la Educación Primaria, diseñados por la Unidad Coordinadora del Programa Nacional para el Fortalecimiento de la Lectura y la Escritura (PRONALEES,1992), se fundamentan en el enfoque comunicativo y funcional, que privilegia la comprensión y transmisión de significados a través de la lectura, la escritura y la expresión oral, con base en la reflexión sobre la lengua.
En consecuencia, los libros de texto de Español están integrados por los siguientes elementos: descripción del enfoque, los propósitos, la organización del programa y la descripción de contenidos y actividades relacionadas con la expresión oral, la lectura, la escritura y la reflexión sobre la lengua.
El propósito general de los programas de Español en la Escuela Primaria consiste en propiciar el desarrollo de la competencia comunicativa de los alumnos; es decir, se intenta que aprendan a utilizar el lenguaje hablado y escrito para comunicarse de manera efectiva en distintas situaciones académicas y sociales. Para lograrlo se requiere que los estudiantes desarrollen actitudes favorables para la comunicación oral y escrita, así como conocimientos y estrategias para la producción de diversos textos, ya sea orales o escritos, de acuerdo con intenciones y propósitos diversos, en diferentes situaciones comunicativas.
De igual modo, se presupone que los alumnos deben formarse como lectores que valoren críticamente lo que leen, que disfruten de la lectura y que desarrollen conocimientos y habilidades para buscar información, seleccionarla, procesarla y emplearla dentro y fuera de la escuela. En pocas palabras que utilicen la lectura como instrumento de aprendizaje autónomo.
El logro de los anteriores objetivos exige que la enseñanza del español se realice bajo un enfoque comunicativo y funcional centrado en la comprensión y transmisión de significados. Los principales rasgos de este enfoque son el reconocimiento de los ritmos y estilos de aprendizaje de los niños con relación a la lengua oral y escrita. Parte de la idea de que los niños al ingresar a la escuela primaria han desarrollado ciertos conocimientos que les permiten expresarse y comprender lo que otros dicen.
Desde este enfoque, comunicar significa dar y recibir información en el ámbito de la vida cotidiana; la palabra clave que puede definir esta nueva visión de la lengua es uso.
De acuerdo con Cassany (2000), el uso y la comunicación son el auténtico sentido de la lengua y el objetivo del aprendizaje. La noción de uso aparece como el eje de enfoques pragmáticos, sociolingüísticos y discursivos sobre la lengua y la comunicación que entienden la actuación lingüística y las prácticas comunicativas, en general, como un conjunto de normas y estrategias de interacción social, orientadas a la negociación cultural de los significados en situaciones concretas de comunicación.
La finalidad fundamental de la enseñanza de la lengua materna consiste en proporcionar al alumnado los recursos de expresión, comprensión y reflexión sobre los usos lingüísticos y comunicativos que le permitan una utilización adecuada de los diversos códigos lingüísticos y no lingüísticos disponibles en situaciones y contextos variados, con diferentes grados de formalización o planificación en sus producciones orales y escritas. Si se comparte que ésta es la finalidad básica de la enseñanza lingüística, la atención didáctica a las capacidades de uso de la lengua supone tomar como referencia principal el concepto de competencia comunicativa, la cual es concebida como “la capacidad de usar el lenguaje apropiadamente en las diversas situaciones sociales que se nos presentan cotidianamente” (Cassany, 2000: 196).
De acuerdo con este planteamiento, aprender la lengua implica aprender a usarla, a comunicarse mejor en situaciones más complejas que las que ya se dominaban; para lo cual es necesario que las actividades de clase recreen situaciones reales de comunicación; se trabaje con unidades lingüísticas de comunicación, esto es, con textos completos y no únicamente con palabras, frases o fragmentos entrecortados. De ahí que la lengua que aprendan los alumnos sea real y contextualizada y las actividades de aprendizaje partan de situaciones significativa y cotidianas.
Desde esta perspectiva, el objetivo de la enseñanza de la lengua tiene que ser formar lectores y escritores, hablantes y oyentes competentes; es decir, personas que puedan funcionar en el entorno sociocultural y que sepan reflexionar sobre lo que implica la lecto-escritura, que sean conscientes de las dimensiones socioculturales del uso lingüístico, sea este oral o escrito.
Formar lectores que se puedan desenvolver en la vida cotidiana en todos los ámbitos implica enseñar a leer para apropiarse de un código, lo cual exige un aprendizaje formal sujeto a una normatividad, que tiene usos sociales institucionalizados y que es un instrumento básico para todos los aprendizajes académicos.
Hablar, escuchar, leer y escribir son las cuatro habilidades que el usuario de una lengua debe dominar para poder comunicarse con eficacia en todas las situaciones posibles. No hay otra manera de emplear la lengua con finalidades comunicativas. Por ello son las habilidades que la escuela pretende desarrollar con el enfoque comunicativo.
Propósitos de la Asignatura de español
• Propiciar en los alumnos el desarrollo de la comprensión y la producción de textos orales y escritos, con la finalidad de que la comunicación sea adecuada a diversas situaciones sociales.
• Fortalecer el dominio de la lectura, la escritura y la expresión oral.
• Orientar a las nuevas generaciones hacia un uso eficaz y creativo de la lengua oral y escrita, tanto en los estudios como en la vida cotidiana.
Contenidos de enseñanza, actividades de aprendizaje y materiales
En los programas de Español de todos los grados existen similitudes que responden a la conveniencia de propiciar el tratamiento de la lengua en forma integral y significativa; sin embargo, también hay diferencias que se ubican en la forma de trabajo de los contenidos, las cuales se concretan en los materiales diseñados tanto para los maestros como para los alumnos.
La orientación de los programas insiste desde el principio en la comprensión del significado y los usos sociales de los textos. De manera que el aprendizaje de la expresión oral, de la lectura y del lenguaje escrito debe llevarse a cabo a través del trabajo de textos reales, con significados comprensibles para los alumnos, en concordancia con el enfoque comunicativo y funcional. Por lo que en la propuesta actual para la enseñanza de la lengua en la escuela primaria es fundamental que los niños lean y escriban diversos tipos de textos, como los que usan en la vida diaria: cartas, noticias, anuncios, instructivos, volantes, entre otros, ya que las posibilidades de participación y de desarrollo personal en el mundo actual están relacionadas con la comprensión y el empleo del lenguaje oral y escrito para satisfacer las distintas necesidades sociales y personales de comunicación.
De acuerdo con los libros de texto de Español (1992), los contenidos y actividades de la asignatura de español en la escuela primaria están organizados en cuatro componentes:
• Expresión oral (hablar y escuchar).
• Lectura (leer y compartir).
• Escritura (tiempo de escribir).
• Reflexión sobre la lengua.
La expresión oral. En un sentido amplio se entiende como la capacidad para manifestar mediante el habla pensamientos, emociones y experiencias, así como también se refiere a la capacidad de escuchar y comprender las expresiones de los demás de acuerdo con las intenciones propias de cada ser humano en la interacción social.
Este aspecto de la formación es importante, ya que el lenguaje es uno de los elementos necesarios para la estructuración y socialización de los seres humanos; es a través de la comunicación oral como se desarrolla la interacción entre alumnos y maestros con los objetos de conocimiento. Ello presupone que la enseñanza-aprendizaje en la escuela debe partir del lenguaje que los niños utilizan, mostrarles diferentes formas de expresión, coloquiales y formales, en diferentes contextos sociales.
Asimismo, los signos lingüísticos que hacen posible la comunicación oral permiten que el pensamiento pueda ser expresado y
el propio uso del lenguaje y la continua experiencia de estar entre usuarios del mismo influye no sólo en la forma en que el niño utilizará el lenguaje, sino lo que es más importante, en la forma en que pensará y el tipo de interpretación que hará de su experiencia. (Tough, 1987; citado en Reyzábal,1993:189)
De ahí la importancia de que la escuela se ocupe de este tipo de aprendizaje.
Más aún, la escuela es un ámbito privilegiado donde los niños pueden adquirir y desarrollar los recursos y las estrategias lingüísticas necesarias para comunicarse oralmente. De acuerdo con Vygotsky (1979) la cultura proporciona los signos, pero cada uno de los participantes de esa cultura debe construirlos o, mejor dicho, reconstruirlos en su interior con ayuda de la manipulación de las cosas y de la interacción con otras personas.
Orientar a los alumnos para que logren expresiones claras, precisas, coherentes y pertinentes a las situaciones comunicativas, es el propósito de la expresión oral.
Lectura. Tiene como propósito que los alumnos logren la comprensión de lo que leen, así como que utilicen la información leída para resolver problemas de la vida cotidiana. En la escuela se concibe la lectura como un proceso integral que desarrolla el lector al interactuar con el texto y el contexto para construir significados.
Solé (1987) define el acto lector como un proceso interactivo que se establece entre el lector y el texto con la finalidad de obtener información pertinente para la consecución de sus propósitos u objetivos. De este modo, el significado que tiene un texto para un lector determinado no es una traducción literal de lo que el autor del texto pretende comunicar. El lector, desde sus conocimientos previos y a partir de los objetivos que se fija, realiza una construcción significativa del mensaje que lee; esto es, atribuye al texto leído una interpretación propia, personal y diferencial.
De acuerdo con Solé (1987) debe plantearse el leer como un trabajo colectivo, cooperativo, activo y contextualizado donde cada uno de los participantes tiene y juega su propio papel. Por lo tanto, no puede obviarse la actuación del maestro y la de los alumnos, y mucho menos olvidar el rol que el maestro desempeña (guía, propone, planifica, supervisa la participación de sus alumnos). Una propuesta de lectura interactiva pretende garantizar la interiorización de lo que se enseña y la utilización posterior, individualizada o colectiva, de lo que se aprende.
Se parte de considerar que el lector posee conocimientos y experiencias previas para enfrentarse al texto escrito y que emplea diversas estrategias de lectura para procesar y comprender lo leído.
El texto es el material impreso que provee al lector de información sobre: la estructura del texto, la distribución gráfica, la organización de ideas y lenguaje que se expresa con letras y signos de diversos tipos.
Escritura. Con este componente se pretende que los estudiantes logren un dominio paulatino de la producción de textos. Los contenidos de este componente se organizan en tres aspectos:
1.- Conocimiento de la lengua escrita y otros códigos gráficos;
2.- funciones de la escritura, tipos de texto y características, y
3.- producción de textos.
Reflexión sobre la lengua. Se propicia el conocimiento de diversos elementos del uso del lenguaje: gramaticales, semánticos, ortográficos y de puntuación. Se destaca que los contenidos difícilmente pueden ser aprendidos como aspectos teóricos, separados de su utilización en la lengua hablada o escrita, pues adquieren significación cuando se asocian a la práctica comunicativa.
La manera en que se tratan los contenidos tiene el propósito de desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes tendientes a mejorar las competencias lingüísticas y comunicativas de los niños, por lo que en los libros de texto se le propone al maestro una amplia variedad de actividades didácticas congruentes con este enfoque. Resulta interesante revisar la variedad de tales actividades, las cuales guardan una estrecha concordancia con el enfoque asumido en los textos, y ofrecen a los docentes una diversidad de posibilidades para trabajar con sus alumnos.
De este modo, por ejemplo, la adquisición y el ejercicio de las capacidades de comunicación oral se promueven a través de distintas formas de interacción; por ello se hace necesario que los niños lean, escriban, hablen y escuchen trabajando en parejas, equipos y en grupo, lo cual permite el intercambio de ideas y la confrontación de puntos de vista. Sin embargo, en la mayoría de las clases observadas, el mayor peso de las actividades recaen en el maestro, más que en los alumnos, aun cuando se le sugiere al maestro la conveniencia del trabajo colaborativo entre los alumnos, entre los alumnos y el docente.
Descripción de clases en torno a los cuatro componentes de la lengua en los distintos grados de la primaria
A continuación se describen observaciones realizadas en la escuela primaria en los distintos grados, para ejemplificar cómo los maestros de primaria desarrollan su práctica docente en función de los libros de texto.
Expresión oral y Lectura (Primer Grado)
Objetivo de la clase: Expresar ideas y comentarios propios acerca de los textos leídos.
Actividades: Observar ilustraciones y hacer predicciones a partir del texto escrito para expresarlas verbalmente.
La maestra lee en voz alta y cuestiona a los niños sobre le texto; pregunta, por ejemplo: ¿quién es el personaje principal?, ¿de qué trata el texto leído?
Los niños responden ante las preguntas planteadas.
Otra manera de usar la lectura en el salón de clases consiste en leerles un cuento a los niños y hacer observaciones sobre las actividades descritas en relación con el protagonista.
Hablar y escuchar (Primer Grado)
Descripción de un día de clases en la Escuela Primaria Adolfo López Mateos de la Col. Obrero campesina, Xalapa.
El objetivo de la clase consiste en la comprensión de instrucciones y la construcción de cuentos.
Las actividades de los niños se desarrollan en un ambiente de confianza, dado que los alumnos actúan libremente, se expresan, escriben y juegan.
La maestra platica sobre la música y los distintos instrumentos musicales que conocen los niños. Solicita a los niños que sigan instrucciones para elaborar unas maracas; posteriormente les solicita que escriban en forma de relato, la manera en que elaboraron las maracas.
El contenido previsto por la maestra para desarrollar la clase consiste en seguir instrucciones y la identificación, escritura y lectura de cuentos, contempla como actividades para evaluar que los niños participen, opinen y contesten.
La maestra realiza la lectura de un cuento con la finalidad de que los niños amplíen su vocabulario para ponerlo en práctica en distintas situaciones comunicativas. La maestra de primer grado opina que: “le interesa y considera importante el área de español porque a raíz de la lectura y escritura es como va a sucederse el futuro aprendizaje.”
La misma maestra expresa que la materia de español tiene un enfoque comunicativo y funcional, el cual se observa en los materiales y libros de apoyo del maestro y los alumnos.
La maestra aprovecha las situaciones cotidianas, ilustraciones, palabras repetidas, rimas, repetición de fragmentos para propiciar el diálogo a través de preguntas, comentarios y opiniones.
El libro del alumno presenta juegos, consignas, trabalenguas con fines lúdico-didácticos. Por su parte, el libro del maestro presenta una variedad de propuestas, entre otras: realizar lecturas en voz alta, lectura compartida, guiada y por parejas. En la clase la maestra maneja ambos tipos de materiales para llevar a cabo la clase.
Descripción de una clase (Propuesta del libro de Primer Grado)
Contenido: Identificación y lectura de palabras que inician igual.
Actividades: Expresar palabras que empiecen con “m” de microbús y escribirlas.
La maestra inicia el tema aprovechando los diversos materiales del entorno para hacer interesante y significativo el aprendizaje. Cuenta un cuento, pronuncia con énfasis las palabras que empiezan igual; lo lee primero ella, luego todos juntos; lo comentan, subrayan las palabras que empiezan igual, escribe en el pizarrón las palabras subrayadas; pregunta a los niños que otras palabras conocen que empiezan igual, se escriben algunos enunciados con las palabras mencionadas por los niños. Como la maestra se percata de que al realizar la actividad los niños no muestran interés, los invita a participar en otra actividad: les pide que mencionen los nombres de algunos personajes de sus caricaturas favoritas que inicien igual y con material que los niños tienen (Tazos de Pokemon) y el álbum de Dragón boll Z los niños se animan a participar con mayor entusiasmo.
La maestra argumenta que eligió esta actividad porque la señala el libro para el maestro de Español, ya que hace poco les dieron un curso sobre la nueva propuesta en dicha materia y es la que ella está llevando a cabo, agrega que ahí les indican que durante el primer grado de primaria el objetivo más relevante es el aprendizaje de la lengua escrita y el desarrollo de la expresión oral.
Actividades: leer y compartir (Segundo Grado)
Antes de leer
La maestra hace un comentario sobre el objetivo del cuento (lo importante no es alcanzar una meta en el primer intento, sino perseverar hasta conseguir lo deseado); enfatiza la importancia que tiene luchar para conseguir lo que se desea; cuenta a los niños alguna anécdota sobre el cuento y los anima para que ellos narren otras. Muestra a los niños la portada del cuento (Libro de lecturas, pág. 32), pide que la observen y después les pregunta: ¿por qué creen que el cuento se llama: el rey de los animales?
Al leer
Invita a los niños a escuchar con atención la lectura del cuento, solicita que sigan la lectura en sus libros, observando las imágenes; durante la lectura el maestro cuida leer con volumen y entonación adecuados, de tal manera que todos escuchen y entiendan la lectura.
Solicita a los niños comentar el cuento, pide que recuerden y comenten si en alguna ocasión han escuchado otros cuentos sobre un personaje tenaz.
Pide que los niños lean el cuento nuevamente.
Después de leer
La maestra les dice a los niños que ordenen numéricamente la secuencia de las ilustraciones, ayudándoles a organizar el relato con preguntas como las siguientes: ¿qué paso primero?, ¿en dónde ocurrió?, ¿en qué termina el cuento?, etc.
Organiza a los niños en equipos para que ellos expongan el orden que dieron al cuento, propicia que los alumnos participen. Durante la lectura, los niños comentan, marcan, escriben.
En este sentido, la planeación de la clase utilizando la lectura como herramienta didáctica prevé actividades previas a la lectura, actividades durante y después de la lectura, como lo ejemplifica la descripción antes expuesta.
Descripción de otra experiencia (Tercer Grado)
Los niños llegaron enseñando la flor que la maestra les había encargado un día antes; previamente también les había explicado que verían las partes de una flor. La maestra llevó copias de la guía para trabajar y copias de un álbum didáctico como apoyo al trabajo.
Comenzó la clase alrededor de las 10:00 hrs. dentro del salón de clases, ya que requerían de las bancas para trabajar. La maestra preguntó quiénes traían la flor. Les pidió que sacaran el libro de ciencias naturales, lo abrieron en la página 66 y que la leyeran en voz baja. Media hora después, cuando la mayoría había terminado la lectura, volvieron a leer la lección 14, “¿Cómo se reproducen las plantas?”, pero en esta ocasión la maestra les fue comentando lo leído y abriendo poco a poco la flor para identificar sus partes.
Posteriormente, los niños dibujaron en hojas blancas cada una de las partes de la flor con su nombre. Previamente la maestra hizo el dibujo en el pizarrón, ya que en el libro viene poco detallado y no contiene todas las partes; también observó cómo estaban haciendo el ejercicio, cuidando que no cometieran errores; los alumnos pintaron la flor y la maestra les calificó.
Cuando terminó la mayoría, puso un cuestionario para que se lo llevaran de tarea.
Después del recreo les repartió las copias del álbum didáctico y les pidió que pusieran los nombres sin ver el cuaderno, y entonces borró el pizarrón. Esta actividad que no marca el programa fue con la finalidad de evaluar el aprendizaje de las partes de la flor que ayudan a la reproducción de las plantas.
Durante el trabajo, la maestra permitió que los niños dieran sus puntos de vista y finalizó preguntándoles: ¿por qué son importantes las flores?, y ¿por qué hay que cuidarlas?
El acto lector que cada uno de los participantes realizó se plantea desde un proceso global que se subdivide en tres fases de lectura: antes de leer (actividades previas a la lectura del texto que remiten a los conocimientos que se tienen sobre el contenido del mismo); mientras se lee (lectura propiamente dicha), y después de leer (actividades posteriores a la lectura).
La función más importante de los maestros con relación a la lectura es asegurar que los niños tengan la oportunidad de leer. Y cuando los niños presenten dificultad en la lectura, los maestros deben proporcionarles la ayuda necesaria. El apoyo puede ofrecerse desarrollando la confianza de los niños para leer por sí mismos, a su manera, corriendo el riesgo de cometer errores.
Lectura (Cuarto Grado)
Tema: Energía
El maestro explica la clase. Inicia con una introducción; los niños posteriormente realizan una lectura del libro de texto, la comentan en forma grupal. Más tarde un niño lee en voz alta para todo el grupo. Trabajan en equipo sobre los tipos de energía, comentan y hacen aportaciones escribiendo en el pizarrón ideas principales retomadas del libro de texto.
Realizan un experimento consistente en demostrar cómo el agua y el viento producen energía. El maestro les solicita copiar la lección del libro, de esta manera el docente sostiene que obliga a leer a los alumnos, a trabajar.
Escritura (Cuarto Grado)
Tema: Acentuación
Con el objetivo de propiciar los distintos usos de la lengua escrita, se trabaja el tema de la acentuación de palabras.
El docente inicia preguntado a los alumnos qué saben acerca de la acentuación, les pide que expresen qué saben o recuerdan sobre este tema; después los niños realizan una lectura, y comentan qué palabras encontraron con acento y clasifican las palabras en agudas, graves y esdrújulas. Leen la lección de la página 92, comentan con su compañero sobre la lección leída. Elaboran una lista de palabras que tienen acento extraídas de la lección y comentan los tipos de acentos más comunes, subrayan en su libro las sílabas tónicas.
Una vez más, los libros de texto sirven de base para el aprendizaje del lenguaje escrito.
Clase de geografía (Cuarto Grado)
La maestra inicia la clase comentando algunas anécdotas relacionadas con el tema a tratar. Los niños leen la lección en el libro de texto: La formación de los ríos y los lagos, a través de la técnica de lectura dirigida, para lo cual la maestra sugiere que cada niño lea hasta donde se encuentre con un punto, cuidando la entonación, las pausas y la fluidez. Al término de cada párrafo leído se pregunta al niño que entendió y/o se explica el contenido relacionando la información con las experiencias o con los dibujos representativos colocados en el pizarron. La actividad favorece que después de la lectura los alumnos expresen ideas completas con su comentario respectivo.
La maestra hace una explicación relacionando la información con hechos reales, para posteriormente realizar preguntas directas y aclarar dudas. Por escrito les presenta un cuestionario para que el niño ejercite la lectura al dar respuesta a las preguntas presentadas, también les pide que hagan algún dibujo relacionado con el tema trabajado.
Otra actividad es que los niños escuchan con atención la lectura realizada por la maestra para participar activamente cuando se les requiere.
Modalidades para el uso de la lectura
Existen otras modalidades para el uso de la lectura en el salón de clases: la lectura grupal o colectiva (al practicarla el maestro pide que lean en primer lugar los alumnos que lo hacen mejor, posteriormente comentan la lectura y se aclaran dudas); lectura-explicación; lectura previa para realizar los ejercicios del libro de texto; lectura en voz alta de todos los alumnos.
La audición de lectura. Los niños siguen en sus libros una lectura realizada por el maestro o por uno de sus compañeros que sea competente; descubrirán las características de la lectura en voz alta, así como los signos de puntuación y acentuación.
La lectura compartida. Este tipo de lectura brinda a los niños la oportunidad de hacer preguntas, integrando equipos donde un niño guía la lectura de sus compañeros; al principio los guías aplicarán una serie de preguntas realizadas por el profesor, y posteriormente ellos mismos las elaborarán.
Lectura comentada. Ésta se realiza en pequeños grupos, por turnos, y se formulan comentarios durante y después de la lectura. Los niños pueden descubrir y hacer nuevas formulaciones cuando escuchan los comentarios de sus compañeros.
Lectura guiada por el maestro. El maestro elabora y plantea las preguntas para guiar a los educandos en la construcción de significados. Las preguntas son de diferente tipo y conducen a los alumnos a aplicar diversas estrategias de lectura.
Lectura independiente. En esta actividad son los niños quienes seleccionan y leen libremente los textos de acuerdo con sus propósitos particulares.
A partir de los contenidos y la interacción, los niños comprenderán paulatinamente las características de la lectura.
En el caso concreto de la lectura, los eventos pueden agruparse en lectura en silencio, discusión del texto y discusión de las experiencias de los niños en torno a la lectura. Estas actividades son estructuradas por un procedimiento de asignación de turnos, en los cuales un alumno habla a un tiempo; las clases se organizan de tal manera que muchos de los estudiantes son alentados para participar. El maestro comúnmente afirma, o al menos da reconocimiento a todas las respuestas que no contradicen el consenso del grupo, y es responsable de realizar las preguntas para favorecer la participación de los alumnos.
De este modo, propicia la interacción dirigida al insistir con preguntas, comentarios y sugerencias acerca del texto e invitar a los alumnos para que externen sus puntos de vista y den sus opiniones sobre la lectura realizada. Por su parte, el alumno responde dentro de un grupo de alternativas y toma la iniciativa para hacerlo.
La discusión sobre el libro difiere de la repetición de lecciones, en donde los estudiantes generalmente se anticipan a las preguntas del docente, responden antes de ser interrogados; en este tipo de discusión, maestro y estudiantes inician un diálogo, formulan juntos preguntas acerca del texto que está siendo interpretado; al mismo tiempo, los alumnos producen respuestas que van construyendo con base en las contribuciones de sus compañeros.
De las observaciones realizadas se deriva que el discurso en clase y el discurso cotidiano tienen muchas características en común. La lección en clase forma parte de los eventos de habla (Hymes,1974), comparte formas rutinarias de conducta delineada por límites bien definidos; son interaccionales, dependen de la participación de diversas partes para formar una estructura. Las lecciones de clase tienen una organización secuencial, en la cual el habla cambia de persona a persona, marcando una estructura jerárquica por las configuraciones conductuales recurrentes. En las lecciones, como en otros actos de habla protocolizados, los hablantes toman sus turnos y el acceso a la participación es obtenido en formas sistemáticas.
Sin embargo, también existen diferencias, como por ejemplo: en la conversación normal o cotidiana el mecanismo de toma de turnos se caracteriza porque una parte habla a un tiempo; el cambio de hablante es recurrente y la conversación es acompañada de una coordinación precisa. Cuando un turno es asignado, cada hablante tiene el derecho inicial para hablar; el fin del turno del hablante señala el punto de transición posible para un hablante diferente. En alguna posible coyuntura, el hablante actual puede seleccionar al próximo hablante, el cual, a su vez, puede auto seleccionarse o permitir que el otro hablante continúe hablando.
Estos patrones de toma de turnos no se reproducen en los salones de clases. En el salón de clases el maestro asigna los turnos identificando a los alumnos por su nombre, invitando a la participación, instruyendo los procedimientos de asignación de turnos . Mientras la asignación de hablantes está abierta a la negociación final de cada turno en la conversación cotidiana, esto ocurre con poca frecuencia en el discurso educativo.
La apertura de la negociación sólo sucede en ciertas coyunturas, por ejemplo, al final de una secuencia de iniciación-respuesta-evaluación. Por lo tanto, los maestros no sólo asignan la participación, sino también determinan el fin de la respuesta del alumno o la secuencia del discurso; rara vez observamos estudiantes seleccionando directamente al próximo hablante para pasarle su turno de habla durante la clase: De esto se deriva que el maestro es el mediador principal de los actos de habla dentro del salón de clase.
Otra diferencia sustancial ente el discurso en clase y el cotidiano es la que se refiere a la organización secuencial. La secuencia de dos partes es una de las herramientas básicas en la construcción del discurso cotidiano. Las respuestas ocurren después de ser convocadas: los saludos siguen a los saludos, las respuestas y las acciones son productos de los requerimientos. En cambio, en el discurso educativo, la secuencia consta de tres partes. La presencia de un tercer momento, el cual evalúa la conclusión del par iniciación-respuesta, inmediatamente precedente, es la característica fundamental para el discurso educativo.
La participación dentro de la clase involucra trabajo interaccional en el despliegue del conocimiento académico. Un día de trabajo en la escuela primaria se caracteriza por una serie de eventos recurrentes, de los cuales uno de los más sobresalientes es la lección. La información académica es intercambiada durante las lecciones en secuencias de tres partes interrelacionadas: iniciación, respuestas y evaluación. Maestros y alumnos definen las fronteras de las secuencias interaccionales a través de cambios gestuales, paralingüísticos y la conducta verbal. La presencia de estos límites definidos en la interacción indica que los participantes están orientados hacia la organización secuencial y jerárquica de los eventos escolares. Las interacciones son rítmicas, cooperativas e involucran la coordinación compleja de habla y gesticulación.
Opiniones de los maestros sobre la lectura
Para complementar la información obtenida a través de las observaciones de clase, se entrevistó a los maestros de los grupos observados para conocer sus opiniones acerca de la lectura.
¿Qué leen los maestros de primaria?
Cuando se les pregunta a los maestros qué leen, ellos contestan que leen: el Programa de estudio para saber como están organizados los contenidos básicos de la enseñanza; el libro del maestro como complemento para la enseñanza en tanto ofrece propuestas didácticas, presenta problemas y sugiere actividades para la reafirmación del conocimiento.
En opinión de los docentes, el libro del maestro también es útil para actualizar y mejorar la tarea educativa para orientar al alumno en la construcción del conocimiento y para afianzar los contenidos programáticos.
Avance programático, atlas, libros del rincón, libros de texto de los alumnos, son otros de los materiales que los maestros señalan que leen para realizar su quehacer docente.
¿Cómo utilizan la lectura en la clase?
Ante la pregunta: “¿Cómo utiliza la lectura en el salón de clases?”, los maestros contestaron:
“Como docente en mi grupo me he propuesto realizar ciertas actividades de lectura que ayuden a los alumnos a saber leer”.
En opinión de una maestra, la lectura es una de las actividades que requiere mayor concentración y paciencia para que pueda ser interpretada. Actualmente ha predominado la idea de que lo más importante es enseñar a los niños a leer rápida y claramente, dejando a un lado la comprensión de lo que leen: “En mi practica docente me he dado cuenta que los niños aprenden a leer de corrido y la comprensión de un texto viene después. Sin embargo, si desde el comienzo el niño busca darle sentido a lo que lee, conseguirá leer comprensivamente”.
De acuerdo con esa misma maestra, en su grupo se practica la lectura en diferentes modalidades que ella adopta según los propósitos y actividades que pretende desarrollar con los niños. Antes de leer, al leer y después de leer.
Otra de las maestras entrevistadas, ante la misma pregunta, expresa: “La comprensión no depende de la capacidad de descodificar grafías otorgándoles un valor fonético. Cuando leemos suceden varias cosas, el significado que cada lector da a lo que va leyendo depende de lo que ha vivido. Leer es el espacio de encuentro entre el texto y el sujeto. Lo esencial de la lectura está en que impacta a nivel profundo en el yo de cada persona. Unas cuantas reglas son suficientes para fomentar la lectura, siempre que no olvidemos interactuar con los alumnos y permitirles que se relacionen libremente con la lectura.”
De estas afirmaciones se deduce el conocimiento que la maestra tiene acerca de este proceso, enfatizando la importancia en dos aspectos, que desde el punto de vista teórico son importantes para lograr la comprensión lectora y favorecer su práctica; por una parte, la interacción que se establece entre lector y texto, a través de relacionar la información que el texto provee al lector y la propia información que tiene el lector para apoyar la lectura del texto; y por otra, la conveniencia de permitir que el lector interactúe libremente con el texto de su elección.
La maestra agrega que: “Para fomentar la lectura en los niños es importante que se parta del ambiente natural en el que los niños crecen, es necesario tener un lugar para los libros, acondicionar un lugar propio para la lectura; un espacio cómodo, bien iluminado; un tiempo para la lectura; un tiempo para comentar lo leído de cierto tema; además, hace falta que los padres apoyen fomentando la lectura; aprovechando los gustos reales del niño; rodearse de libros; tener en cuenta que a los niños lo que más les gusta son los cuentos, que se los lean en voz alta. Para lograr una buena lectura es importante que el maestro seleccione previamente textos de su agrado y que el niño exponga su gusto”.
La socialización en relación con la lecto-escritura, sus usos y funciones, no es simplemente un proceso escolar, los niños aprenden a leer y escribir a través de sus encuentros naturales con el material impreso en su medio.
El desarrollo de un modelo de lengua escrita ocurre dentro del contexto de las interacciones verbales entre adultos y niños durante el habla cotidiana, así como en el diálogo que directamente se aplica a la manera en que los participantes se dirigen al texto (como al contar cuentos, o al leer un libro).
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