Revista de Investigación Educativa 9 julio-diciembre, 2009 ISSN 1870-5308, Xalapa, Ver Instituto de Investigaciones en Educación, Universidad Veracruzana |
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Diagnóstico de los estilos de aprendizaje en los estudiantes: Estrategia docente para elevar la calidad educativa | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Maribel Aragón García Yasmín Ivette Jiménez Galán Escuela Superior de Cómputo
Introducción Los paradigmas son modelos que explican la realidad y dirigen las investigaciones hacia hechos y teorías predominantes en el ámbito científico y tecnológico; la pedagogía, por ejemplo, ha transitado por diversos paradigmas que le han permitido diseñar modelos de enseñanza-aprendizaje. Los modelos de enseñanza–aprendizaje que nos interesa abordar en este artículo son dos: el modelo tradicional y el nuevo modelo educativo. Hasta bien entrado el siglo XX, el paradigma educativo seguía un modelo tradicional de enseñanza-aprendizaje; este modelo correspondía a la teoría educativa conocida como conductismo, en la cual el aprendizaje de los alumnos se medía por conductas observables. Dicho modelo enfatizaba la enseñanza y situaba como núcleo del proceso educativo al docente, en torno al cual giraba todo el proceso educativo. Los alumnos eran considerados como “recipientes vacíos” que absorbían los conocimientos expuestos en clase. El paradigma conductista empezó a presentar múltiples incoherencias empíricas que hicieron necesario el desarrollo de investigaciones y cambios en las posturas de los científicos de aquella época. Este paradigma entró en crisis a partir de 1950, lo que desarrolló una nueva teoría de aprendizaje conocida como cognitiva (constructivista), que propone que el aprendizaje de los alumnos se logra mediante la construcción propia del aprendizaje con base en la interacción social. A finales del siglo XX se hizo una amplia revisión de la pertinencia de la educación en los albores del siglo XXI y se evidenció que el modelo educativo tradicional había dejado de ser pertinente, que los educandos no respondían a los nuevos requerimientos de la sociedad; se observó que, en general, los egresados no contaban con las capacidades necesarias para enfrentarse a su campo de trabajo, que las universidades se encontraban desvinculadas del sector productivo y que, a raíz de la globalización, las necesidades de la sociedad habían cambiado. Por lo tanto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomendó que el modelo educativo debía orientarse al alumno y al aprendizaje (acorde con la teoría constructivista) y preparar a los educandos para enfrentar el ambiente laboral. Así mismo, emitió una serie de recomendaciones para las organizaciones educativas, enfatizando que la educación debía promover el saber ser, saber conocer, saber hacer y saber convivir, desarrollando una educación integral personalizada. En este contexto, a la escuela se le pide una función adicional: preparar para vivir y trabajar en un contexto cambiante, de manera tal que los hombres educados no dependan tanto de un conjunto de conocimientos, pues esos tienen un alto grado de obsolescencia, sino de la capacidad de aprender contenidos nuevos sin volver a la escuela y de la capacidad de enfrentar y resolver retos y problemas complejos. El presente trabajo se centra en una investigación sobre la educación individualizada de los alumnos, la cual servirá de base para un proyecto de investigación del Instituto Politécnico Nacional sobre los estilos de aprendizaje de los alumnos y de las estrategias de aprendizaje idóneas para cada estilo. Situación problemática Desde el año 2003, para ser pertinente con la educación del siglo XXI, el Instituto Politécnico Nacional ha comenzado una reestructuración académica que implica, entre otros factores, el cambio del modelo educativo.
El Nuevo Modelo Educativo (NME) tiene como característica esencial (IPN, 2000: 69) estar centrado en un aprendizaje que:
Como se observa, el NME del Instituto Politécnico Nacional pretende lograr una educación integral individualizada para todo su alumnado, para lo cual se requiere que el proceso enseñanza aprendizaje se adapte a cada alumno, en la medida de lo posible. Para lograr lo anterior, los docentes debemos adquirir competencia didáctica, entendida como la capacidad de enseñar a otro a aprender de por vida (Frade, 2007). Para Laura Frade, la competencia didáctica está íntimamente articulada con ocho capacidades que interactúan entre sí para dar como resultado la óptima formación de los educandos:
Por la naturaleza de este trabajo únicamente nos concentraremos en la capacidad diagnóstica y en la capacidad lúdica. Para lograr una educación individualizada, básicamente la escuela debe proveer una infraestructura multimodal de enseñanza y los docentes deberán flexibilizar la planeación didáctica de sus asignaturas, incorporando diversas estrategias de enseñanza-aprendizaje acordes con los diferentes estilos de sus alumnos. Sin embargo, se ha observado que, principalmente a nivel universitario, los docentes no cuentan con formación pedagógica, generalmente son muy buenos en los aspectos técnicos de su profesión específica, pero no cuentan con las herramientas didáctico-pedagógicas que les permitan lograr aprendizajes más significativos y, por lo tanto, duraderos en los alumnos. Bajo estos parámetros, investigaciones que aborden diversos aspectos didáctico-pedagógicos resultan de particular importancia para elevar la calidad educativa. Objetivos de investigación Para lograr un acercamiento formal al estudio de los estilos de aprendizaje y poder incidir en una educación flexible y personalizada, como lo establece el Nuevo Modelo Educativo del Instituto Politécnico Nacional, se plantearon dos objetivos de investigación: el primero, para lograr un acercamiento teórico a los conceptos, proposiciones, modelos, etc.; y el segundo, para analizar y diagnosticar el estilo o estilos de aprendizaje que presentan los estudiantes de la Escuela Superior de Cómputo, y determinar con ello las mejores estrategias de enseñanza–aprendizaje para los alumnos. Marco conceptual 1. Concepto de estilos de aprendizaje Desde su acepción más sencilla, los estilos de aprendizaje se definen como las distintas maneras en que un individuo puede aprender; para Alonso y Gallego (1994) los estilos de aprendizaje son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores relativamente estables de cómo los alumnos perciben interacciones y responden a sus ambientes de aprendizaje. Se cree que todas las personas emplean un método particular de interacción, aceptación y procesado de estímulos e información. Las características sobre estilo de aprendizaje suelen formar parte de cualquier informe psicopedagógico que se elabore sobre un alumno, y debiera ser el fundamento de las estrategias didácticas y refuerzos pedagógicos para que estos sean los más adecuados para el alumno. Existe divergencia entre diferentes autores sobre los componentes de los estilos de aprendizaje de los alumnos; sin embargo, entre los más mencionados encontramos:
Así, podríamos deducir que los procesos de aprendizaje de los alumnos no son estandarizados y, por lo tanto, las estrategias que diseñamos los docentes no deberían ser iguales para todo el alumnado. Por consiguiente, desde el punto de vista tanto del alumno como del profesor, el concepto de los estilos de aprendizaje resulta relevante porque ofrece grandes posibilidades de actuación para conseguir un aprendizaje más efectivo, que es, precisamente, la meta del modelo educativo contemporáneo. El concepto de los estilos de aprendizaje está directamente relacionado con la concepción del aprendizaje como un proceso activo, acorde con la teoría constructivista del aprendizaje en donde éste requiere de la manipulación de la información, por parte del receptor, para lograr conocimientos. 2. Modelos de estilos de aprendizaje Los modelos existentes sobre estilos de aprendizaje ofrecen un marco conceptual para entender los comportamientos observados en el aula, los cuales brindan una explicación sobre la relación de esos comportamientos con la forma en que están aprendiendo los alumnos y el tipo de estrategias de enseñanza que pueden resultar más eficaces en un momento determinado, ya sea por el contendido temático en sí, o bien por las diversas interacciones sociales que se desarrollan en el aula. Así mismo, son útiles para que los alumnos comprendan cuáles son las mejores estrategias de aprendizaje que les conviene seguir para que su rendimiento sea óptimo. La clasificación de los modelos que se han desarrollado para explicar los diferentes estilos de aprendizaje de los estudiantes se presenta en la tabla 1. Tabla 1. Criterios de clasificación de los estilos de aprendizaje
Fuente: Elaboración propia. A continuación se presenta una breve descripción de cada modelo, así como las características de los alumnos que presentan estos estilos. A. Por el sistema de representación de la información: Modelo PNL De acuerdo con este modelo, en el aprendizaje intervienen diversos factores, pero uno de los más influyentes es el relacionado con la forma en que se selecciona y recibe la información (Burón, 1996). Todo el tiempo estamos recibiendo, a través de nuestros sentidos, una enorme cantidad de información procedente del mundo; sin embargo, el cerebro selecciona únicamente parte de esa información ignorando el resto. La selección de la información depende de nuestro interés y de la forma como recibimos la información. Así, entonces, tenemos tres grandes sistemas para representar la información recibida:
Así, los alumnos acostumbrados a seleccionar un tipo de información absorberán con mayor facilidad la información de ese tipo, o bien, la persona acostumbrada a ignorar la información que recibe por un canal determinado no recibirá la información que reciba por ese canal. Aplicando estos conceptos al salón de clases, podemos afirmar que después de recibir la misma explicación no todos los alumnos recordarán lo mismo. A algunos alumnos les será más fácil recordar las explicaciones que se escribieron en el pizarrón, mientras que otros podrían recordar mejor las palabras del profesor y, en un tercer grupo, tendríamos alumnos que recordarían mejor la impresión que esa clase les causó. B. Por el modo de procesar la información: Modelo de David Kolb El modelo de Kolb es muy usado para el diagnóstico de los estilos de aprendizaje porque analiza primordialmente el aprendizaje basado en la experiencia. Kolb (1984) plantea que la supervivencia de los seres humanos depende de nuestra habilidad para adaptarnos a las condiciones cambiantes del mundo. Por lo tanto, propone que cada individuo enfoca el aprendizaje de una forma particular, la cual es producto de:
En una investigación posterior, Honey y Mumford (1986) prescinden parcialmente del factor inteligencia, que no es fácilmente modificable, y clasifican los estilos de aprendizaje en cuatro tipos:
C. La categoría bipolar: Modelo de Felder y Silverman Richard M. Felder y Linda K. Silverman (González, 1996) desarrollaron un modelo que explica los diferentes estilos de aprendizaje de los alumnos basados en los siguientes postulados:
Como se deduce, estos postulados dan origen a cinco dimensiones o estilos de aprendizaje, las cuales conllevan categorías opuestas entre sí; por ello a este modelo se le conoce como modelo de la categoría bipolar. Las dimensiones de estilos de aprendizaje y las características de cada uno son: 1. Sensitivos o intuitivos Los alumnos sensitivos son concretos, prácticos; les gusta resolver problemas siguiendo procedimientos establecidos; les gusta el trabajo práctico y memorizan hechos con facilidad. Los alumnos intuitivos son más bien conceptuales; innovadores; orientados hacia las teorías y los significados; prefieren descubrir posibilidades y relaciones; pueden comprender rápidamente nuevos conceptos; les gusta trabajar con abstracciones y formulas matemáticas. 2. Auditivos o visuales Los alumnos visuales prefieren obtener la información mediante representaciones visuales como los diagramas de flujo, mapas conceptuales, mapas mentales, ya que recuerdan mejor lo que ven. Los alumnos auditivos prefieren obtener la información en forma hablada, ya que la recuerdan mejor. Les gustan las exposiciones orales de los profesores. 3. Inductivos o deductivos Los alumnos inductivos entienden mejor la información cuando se les presentan hechos y observaciones particulares y posteriormente se hacen las inferencias hacia los principios o generalizaciones. Los alumnos deductivos prefieren que se les presenten primero las generalizaciones o principios rectores de los fenómenos o hechos y, posteriormente, deducir ellos mismos las consecuencias y aplicaciones particulares. 4. Secuenciales o globales Los alumnos secuenciales aprenden mejor con en pequeños pasos incrementales, su razonamiento es ordenado y lineal; resuelven problemas por pasos lógicos. Los alumnos globales aprenden a grandes saltos, visualizando la totalidad; generalmente resuelven problemas complejos rápidamente de forma innovadora. 5. Activos o reflexivos Los alumnos activos retienen y comprenden mejor nueva información cuando la manipulan (la discuten, la aplican). Les gusta trabajar en equipo y ensayar las cosas. Los alumnos reflexivos tienden a retener y comprender nueva información analizando y reflexionando sobre ella; prefieren trabajar solos. D. Las preferencias del pensamiento: Modelo de Ned Herrmann Ned Herrmann describe las preferencias del pensamiento asociadas a algún cuadrante del cerebro y desarrolla un modelo de acuerdo con el cual, una vez que conocemos las maneras de pensar que nos satisfacen más y nos permiten mejores resultados, se abre la puerta para desarrollar la comunicación, la resolución de problemas, el liderazgo y la toma de decisiones, entre otros factores. Este modelo ayuda a que el docente compare las características de sus alumnos con la manera en que están actuando según la situación que viven, pudiendo inferir si se sienten bien con lo que están haciendo y así lograr aprendizajes significativos para ellos. Adicionalmente, el modelo permite comparar los diferentes estilos entre los alumnos al momento de crear grupos de trabajo efectivos. Según el modelo de cerebro completo de Ned Herrmann (n. d.) se tienen cuatro áreas del cerebro y a cada una le corresponden diversas características que se pueden observar en el esquema 1. Esquema 1. Modelo de Ned Herrmann Fuente: Elaboración propia con base en Herrmann’s Brain Dominance Instrument. Del modelo se desprende que existen cuatro estilos de aprendizaje de los alumnos:
3. Estrategias enseñanza-aprendizaje El estudio de Bernice McCarthy (2005) pretende ayudar a los docentes a detonar las capacidades de sus alumnos y a completar el ciclo del aprendizaje significativo, por lo que se desarrolló un modelo con ocho momentos pedagógicos que deberán ser cubiertos en su totalidad para conectar la enseñanza con el aprendizaje de los alumnos de una manera efectiva. Los ocho momentos parten de la secuencia de un proceso de aprendizaje y conjugan los diferentes estilos de aprendizaje (Modelo de Kolb, de Felder y Silverman y el de Ned Herrmann) con las características y funciones de cada hemisferio. En la figura 2 pueden observarse esquemáticamente los ocho momentos del ciclo de aprendizaje que propone McCarthy. Figura 2. Ciclo del aprendizaje de Bernice McCarthy (Modelo 4MAT) Fuente: Verlee, 1995. El modelo de 4MAT está conceptualizado como un ciclo natural del aprendizaje. Como ya se había comentado, para que los alumnos puedan aprender de manera óptima es necesario que el docente logre conectar los cuatro cuadrantes con sus dos formas (izquierda/derecha). De acuerdo con este modelo, iniciando con el cuadrante 1 y siguiendo ocho pasos secuenciales, cualquier contenido o proceso puede ser enseñado y aprendido por el alumno. Las actividades a desarrollar en cada momento son:
Como se observa, cada uno de los modelos presentados enfoca el aprendizaje desde un ángulo distinto. Una posible manera de aplicar las distintas teorías es el siguiente método:
Metodología de trabajo Para lograr los objetivos de la investigación se siguió una metodología mixta, es decir, análisis cuantitativo y cualitativo. En la parte cuantitativa se aplicó el Cuestionario Honey Alonso de Estilos de aprendizaje (CHAEA) a 245 alumnos que estaban cursando la carrera Ingeniería en Sistemas Computacionales de la Escuela Superior de Cómputo del Instituto Politécnico Nacional. Para la parte cualitativa se entrevistó al 20% de los alumnos para conocer sus percepciones sobre el cuestionario y qué tan correctos eran los resultados arrojados. Análisis de resultados Por lo tanto, podríamos concluir que el total de la muestra, en cuanto a estilos de aprendizaje, presenta el comportamiento mostrado en la Tabla 2. Del total de alumnos de la Escuela Superior de Cómputo encuestados, 81 de ellos son reflexivos que de acuerdo con la teoría son estudiantes que reúnen datos, y los analizan a profundidad, además que prefieren observar o escuchar a los demás y les gusta intervenir hasta que se han familiarizado con la situación. Para estos alumnos, los docentes debemos detonar el aprendizaje con la pregunta ¿por qué? Las actividades de enseñanza que se sugieren para este tipo de alumnos son: permitir que los alumnos puedan sólo observar y pedir reflexiones sobre las actividades; intercambiar opiniones con otros con previo acuerdo; para ellos se recomiendo no establecer plazos y en la medida de lo posible permitir que trabajen sin presiones; dirigir plenarias con las conclusiones profundas de los temas; y, en la medida en que se pueda utilizar videos en clase. Tabla 2. Resultados globales de la muestra de estilos de aprendizaje
Fuente: Elaboración propia con base en los resultados de la encuesta. En segundo lugar, se encontró que 57 alumnos presentan un perfil que corresponde con un estilo de aprendizaje pragmático; este tipo de estudiantes buscan la aplicación práctica del conocimiento, por lo que se debe aprovechar cualquier oportunidad para que ellos experimenten, pues les gusta desarrollar proyectos prácticos. Así mismo, se impacientan con clases muy teóricas y muestran poco interés por los conocimientos que no les ayudan en sus necesidades inmediatas. Para estos alumnos, los docentes debemos detonar el aprendizaje con la pregunta ¿qué pasaría si? Las actividades de enseñanza que se sugieren para este tipo de alumnos son: enseñar técnicas para hacer las cosas con ventajas prácticas que permitan la comprobación inmediata del aprendizaje; exponer a los alumnos a modelos y enseñar por proyectos o experimentos; dar indicaciones y sugerir atajos; y, establecer gran cantidad de ejemplos y anécdotas. En tercer lugar, se encontró que 51 alumnos, casi el mismo número de alumnos pragmáticos, prefieren dialogar a escuchar por largo rato, les gusta dirigir debates, o realizar presentaciones. Son de mente abierta y se entusiasman con tareas novedosas, generalmente se les dificulta analizar e interpretar datos ya que presentan un estilo de aprendizaje activo. Los docentes debemos detonar el aprendizaje, para estos alumnos con la pregunta ¿cómo? Las actividades de enseñanza que se sugieren para este tipo de alumnos son: variar las estrategias de enseñanza y abordar multitareas.; la representar de roles o dramatizaciones; dirigir debates, o reuniones; pedir a los alumnos que hagan presentaciones; y, plantear problemas o dificultades exigentes y establecer mucho diálogo en el salón de clases y fuera de él. De particular interés, resultó el hecho de que sólo el 11% de los alumnos de los alumnos encuestados son alumnos que presentan un estilo de aprendizaje teórico, lo que podría explicar el alto índice de reprobación de las asignaturas teóricas. Para que se facilite la lectura de los resultados globales de la encuesta se presenta la siguiente gráfica. Gráfica 1. Resultados globales de cuestionarios de estilos de aprendizaje aplicados Fuente: Elaboración propia con base en los resultados de la encuesta. Como se observa en la gráfica anterior, el estilo reflexivo es el perfil en el que más estudiantes encajan con un 31%, el estilo pragmático tiene el segundo porcentaje con el 22%, y en tercer lugar encontramos el estilo activo con un porcentaje del 20%. A pesar de que la teoría menciona que en la vida cotidiana no se presentan estilos de aprendizaje puros, en las encuestas se mostró un resultado contrario, ya que el 86% del total de alumnos encuestados mostraron un estilo único. Conclusión Para poder proporcionar una educación integral e individualizada acorde con las nuevas teorías del aprendizaje y, derivado de ellas, los modelos educativos contemporáneos, los docentes debemos aprender a realizar diagnósticos que incluyan los estilos de aprendizaje de cada uno de nuestros alumnos para adaptar las estrategias enseñanza aprendizaje a los diversos estilos de aprendizaje. Consideramos que, en la medida que la exposición de los contenidos temáticos de las diversas asignaturas se adapten a las preferencias de estudio de nuestros alumnos, se obtendrán mejores resultados, se abatirán problemas de deserción provocados por alumnos frustrados por no aprender, se mejorará, así mismo la calidad educativa y el desempeño profesional de los alumnos. En la Escuela Superior de Cómputo del Instituto Politécnico Nacional, los resultados de los alumnos del primer y séptimo semestre muestran una marcada inclinación hacia el estilo de aprendizaje reflexivo; es decir, son alumnos que prefieren analizar primero la información y posteriormente acometer proyectos. En un análisis consecutivo de las asignaturas que cursan estos alumnos se mostró que las materias del primer semestre son teóricas en un 83%, lo cual es adecuado para los alumnos que presentan un estilo reflexivo, sin embargo para el séptimo semestre cambian radicalmente los porcentajes al mostrar únicamente un 17% de materias teóricas y un 83% de materias teórico–prácticas que también se adaptan al estilo de los alumnos. Para los alumnos del tercer semestre, cuyo estilo de aprendizaje es más pragmático, se analizó la currícula y se observó que ellos cursan el 83% de asignaturas teórico–prácticas en las cuales el producto final de las materias es el desarrollo de un proyecto. De manera general, y de acuerdo al modelo de McCarthy antes analizado, se recomiendan las siguientes estrategias de enseñanza para que los docentes logremos incidir en un aprendizaje significativo: como introducción a los contenidos debemos permitir que los alumnos puedan sólo observar y no forzarlos a participar, más bien se debe promover la reflexión. Posteriormente, se recomienda empezar con un intercambio de opiniones entre los compañeros y organizar plenarias grupales con las conclusiones de los temas y, finalmente, enseñar técnicas, exponer a los alumnos a modelos y cerrar con la elaboración de un proyecto de aplicación práctica. Una de las estrategias de enseñanza-aprendizaje más recomendada para el estilo de aprendizaje reflexivo, al cual pertenecen la mayoría de los alumnos encuestados de la ESCOM, es el uso de organizadores gráficos, ya que permiten analizar y evaluar de manera crítica la información; esto es comparar, contrastar e interrelacionar de manera visual la información. Con diagramas visuales los alumnos pueden revisar grandes cantidades de información, tomar decisiones basadas en ésta, comprenderla y relacionarla. El tener los datos organizados ayuda a los estudiantes a pensar de manera creativa a medida que integran cada idea nueva a sus conocimientos preexistentes. Por lo tanto, se puede concluir que se lograron los objetivos propuestos al inicio de la investigación ya que, al analizar los estilos de aprendizaje de 255 alumnos de la Escuela Superior de Cómputo, se relacionaron éstos con diferentes estrategias de enseñanza aprendizaje y se diseñó un software que se espera pueda contribuir al proceso enseñanza-aprendizaje del estudiante de la carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales, a través de la estructuración lógica del conocimiento (mediante el uso de organizadores gráficos) apoyado en las TIC. Lista de referencias Alonso, C. & Gallego, J. (1994). Estilos individuales de aprendizaje: implicaciones en la conducta vocacional. En Rivas, F. (ed.), Manual de Asesoramiento y orientación vocacional. Madrid: Síntesis. Burón, J. (1996). Enseñar a aprender: Introducción a la metacognición. Bilbao: Ediciones Mensajero. Frade, L. (2007). Inteligencia Educativa. México: Mediación de la calidad. González, J. (1996). Estilos cognitivos y de aprendizaje (2a. ed.). Barcelona: Santillana. Honey, P. & Mumford, A. (1986). Using our learning styles. Reino Unido: Autor. Instituto Politécnico Nacional [IPN]. (2000). Materiales para la reforma académica del instituto. México: Autor. Kolb, D. (1984). Experiential learning: Experience as the source of learning and development. Estados Unidos: Prentice-Hall. McCarthy, B. & McCarthy, D. (2005). Teaching around the 4MAT cycle: Designing instruction for diverse learners with diverse learning styles. Estados Unidos: Corwin Press. Verlee, L. (1995). Aprender con todo el cerebro. España: Martínez Roca. |