Plan de estudios
Antecedentes del programa educativo
El actual plan de estudios se fundamenta a nivel teórico y conceptual en los debates que han tenido lugar durante las primeras dos décadas del presente siglo en las disciplinas que convergen dentro de las LGAC que articulan al Doctorado en Historia y Estudios Regionales. Por un lado, se encuentran los debates epistemológicos en torno a la historia, las humanidades y las ciencias sociales; y por el otro, las teorías de análisis espacial que han servido de base para delimitar a la región como unidad de estudio donde convergen eventos coyunturales que son resultado de procesos históricos de larga duración.
La historia, las humanidades y las ciencias sociales en su conjunto atravesaron por importantes transformaciones a nivel epistemológico, derivadas del giro posmoderno que sacudió los fundamentos a partir de los cuales se estudiaban los fenómenos materiales y simbólicos de la realidad. Los enfoques estructuralistas y sus teorías de análisis se vieron rebasados ante el desafío de explicar la complejidad de un mundo en acelerada transformación.
Bajo la atmósfera del siglo que corre, nuevos procesos de cambio comenzaron a hacerse visibles. La migración de grupos humanos, la precarización social, los conflictos socioambientales, la violencia en todos sus niveles, la crisis de las instituciones del Estado, la marginación de las minorías, formas alternativas de religiosidad, el cuestionamiento a narrativas hegemónicas del pasado, y nuevas expresiones de ciudadanía propiciaron una actualización de las agendas de trabajo de la comunidad académica y estudiantil. Estas realidades imponen la necesidad de llevar a cabo investigaciones de carácter interdisciplinario que permitan abordar con rigor metodológico-conceptual los problemas de la sociedad dentro de sus múltiples temporalidades.
Durante las décadas más recientes, el campo de estudio de la ciencia histórica se ha diversificado significativamente. Las aportaciones provenientes de las ciencias sociales y las humanidades proporcionaron herramientas analíticas para abordar procesos que fueron determinantes dentro de la construcción del mundo contemporáneo. Los estudios que se han realizado desde la historia política prestan atención a los rasgos culturales de las sociedades dentro de su especificidad temporal, así como a los discursos y conceptualizaciones que sirven como modeladores del orden jurídico, político y social dentro del cual las comunidades y los individuos se reproducen. De esta forma, las más recientes aportaciones dentro de este campo disciplinario se dan a la tarea de analizar la participación en política de grupos populares y clases subalternas como elemento definitorio de importantes etapas de transformación del Estado y de la cultura política que dota de legitimidad a las instituciones de gobierno.
La historia cultural, por su parte, ha caminado en estrecha comunicación con la historia política. Sus aportaciones suministran herramientas de análisis que permiten deconstruir los regímenes de historicidad en torno a los cuales se han escrito los relatos del pasado. A partir de metodologías diversas (interpretación densa, microhistoria, análisis discursivo, teoría crítica, etc.), se estudian las ideas que derivan en formas de pensamiento, tradiciones, e identidades que contribuyen a aprehender la complejidad del horizonte cultural dentro del cual se desenvuelven las comunidades humanas en tiempos específicos. Estas aportaciones están revitalizando los estudios que se realizan desde la óptica de la historia social, económica y demográfica. Las estructuras económicas, los indicadores de precios y consumo, así como la lucha de clases fueron complejizadas con la diversidad de agregados colectivos e individualidades que permanentemente negocian derechos, reivindican espacios y establecen acuerdos en torno al acceso a los recursos.
Las investigaciones desde la historia económica no han sido ajenas a estas tendencias, pues se ha atendido la dimensión social y cultural de las decisiones que toman los agentes económicos en coyunturas determinadas de crecimiento, estabilidad y escasez. Asimismo, se está prestando atención al hecho tributario, los derechos de propiedad y la ciudadanía desde la perspectiva de las clases populares, el género y las instituciones.
Desde el Doctorado en Historia y Estudios Regionales ha existido el interés por analizar en una escala espacial más específica, como es la región, por ser el punto de confluencia de diversos procesos de tipo socio-histórico. Por esta razón, dicha categoría analítica es objeto de reflexión por parte de la comunidad científica y estudiantil del posgrado. El análisis no es privativo sólo de la categoría de región, sino que se extiende a otros conceptos convergentes que contribuyen a complejizar las realidades que se investigan, como: la territorialidad, el espacio cultural, los imaginarios, los lugares de memoria, las localidades, los centros y las periferias, y los espacios virtuales. En tal sentido, la investigación que se realiza dentro del posgrado participa dentro de los principales debates que han permitido construir un sólido andamiaje teórico-metodológico en torno a las categorías de análisis espacial. Algunos de los más importantes fueron el revisionismo en torno a los estudios sobre los orígenes del Estado nacional a partir de la maduración de identidades provinciales y de procesos revolucionarios a escala regional.
En lo que va de este siglo, las disciplinas sociales y la historia, han sido partícipes de un intenso debate en torno a las bases epistemológicas del concepto de región y su elasticidad para poder abordar diferentes problemas de investigación. En años más recientes, las tensiones entre globalización y localocentrismo han subrayado la importancia de la región como unidad de análisis que permite ahondar en el estudio de procesos de migración, violencia social, descampesinización, periurbanismo, neoextractivismo de recursos naturales, defensa del territorio étnico y formas no capitalistas de organización productiva. Estas investigaciones se nutren en gran medida de los postulados teóricos derivados del “giro espacial”, en el entendido de que cada sociedad, desde su origen, tiene una dimensión espacial; del mismo modo que el espacio es fruto de una configuración social.
Fundamentos de la enseñanza
La enseñanza dentro del posgrado se basa en un esquema de desarrollo de capacidades y competencias que los estudiantes y tesistas ponen en práctica dentro del proceso de construcción de conocimiento. Durante la etapa de formación teórico-metodológica, que se efectúa en el aula bajo la orientación de un docente y a nivel de los comités tutoriales, se incentiva el pensamiento reflexivo, crítico, lógico y analítico que permite canalizar al estudiantado hacia la resolución de problemas específicos de investigación. Esta interacción se desarrolla dentro de un contexto de relaciones horizontales entre el cuerpo docente, los comités tutoriales y la comunidad de estudiantes-tesistas, que contribuye a lograr una mejor toma de decisiones en cuanto a contenidos temáticos de los cursos, enfoques teóricos, métodos de investigación y herramientas de análisis que coadyuvan a la construcción de nuevo conocimiento.
En un contexto de formación por competencias, la flexibilidad del plan de estudios es un elemento indispensable que permite articular las necesidades formativas de los estudiantes con la oferta de cursos que se desprende de los ejes de conocimiento y las LGAC del doctorado. En este sentido, el posgrado brinda la posibilidad de que los estudiantes, en conjunto con su comité tutorial, planifiquen la trayectoria académica y los saberes que deben ser suministrados a partir de los ejes de historia, estudios sociales, estudios regionales, epistemológico y formación en investigación; y que a través de los cursos optativos se vinculen con el quehacer que realizan las tres LGAC del posgrado, a saber: 1) de lo local a lo global: sociedad, economía, política y territorio; 2) grupos sociales, procesos culturales y territorios; y 3) Estado, procesos de democratización y actores sociales.
Formar investigadores, docentes y profesionales de alto nivel académico y científico en el área de la historia y de los estudios regionales para que puedan poner sus conocimientos y competencias al servicio del campo académico, de la sociedad y de los diversos sectores donde tiene incidencia el posgrado, entre ellos la academia, la educación superior y la administración pública.
El Doctorado en Historia y Estudios Regionales deberá consolidarse como un posgrado líder en su campo de especialización, con reconocimiento a nivel nacional e internacional, donde se formará una comunidad científica y humanística con enfoque interdisciplinario, cuyas investigaciones, focalizadas en el análisis multidimensional de la región, deberán generar conocimientos con pertinencia social y perspectiva histórica.
Formar investigadores con amplios conocimientos teóricos, metodológicos y empíricos en los campos de la historia, las ciencias sociales y las humanidades, haciendo énfasis en la región como unidad de análisis dentro de la cual convergen procesos de orden social, cultural, político y económico en múltiples escalas temporales y espaciales.
- Generar conocimiento innovador a través del desarrollo de investigadores doctorales de tipo interdisciplinario.
- Proponer interpretaciones sobre los procesos históricos, sociales y culturales que han configurado los espacios regionales.
- Acercar a los estudiantes a las principales corrientes teóricas, historiográficas y metodológicas desde las que se construye el conocimiento social.
- Desarrollar conocimiento con pertinencia social, que sea capaz de ofrecer soluciones a los principales problemas que afectan a las regiones y a otras escalas de organización del espacio.
- Vincular la labor de investigación con la sociedad, la comunidad académica, el sector educativo, organismos públicos y entes no gubernamentales
- El 70% de los estudiantes que ingrese en cada cohorte generacional obtendrá el grado académico una vez concluido el octavo semestre.
- El 70% de los alumnos realizará acciones de movilidad nacional e internacional, en instituciones de reconocido prestigio.
- El 100% de los tesistas participará en foros académicos a escala nacional e internacional, en calidad de expositores.
- El 100% de los estudiantes desarrollará textos científicos que serán propuestos para su publicación en medios impresos o electrónicos de reconocido prestigio.
- El 70% de la planta académica y estudiantil realizará acciones de vinculación con los sectores de incidencia del programa.