La destrucción de los ecosistemas y la escasez de recursos naturales es una problemática a nivel mundial. En 1987 se utiliza por primera vez el término “desarrollo sustentable” (sustainable development) en el “Informe Brundtland”, elaborado por distintas naciones para la ONU, por una comisión encabezada por la ex primer ministro noruega, Gro Brundtland, y fue definido como “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”.
Las edificaciones, en pleno uso y funcionamiento, representan un alto impacto ambiental. Una solución para contrarrestar el impacto ambiental que causan las edificaciones es proyectar con un enfoque hacia el desarrollo sustentable, asumiéndolo como el eje funcional y fundamental para la consecución, canalización y concreción de las soluciones a las necesidades más apremiantes de la sociedad.
El diseño sustentable es un planteamiento que pretende asegurar que las futuras generaciones gocen de un acceso continuo a los recursos naturales y que los proyectistas puedan realizar un cambio significativo, contribuyendo a la consecución de un futuro sostenible. Es decir, a través de la arquitectura y el urbanismo sustentable se puede contribuir a disminuir el impacto ambiental que causan las edificaciones.
