Corre, lee y dile
Por Germán Martínez Aceves
Taláng, tilang, taláng, tilang…en las tardes y noches el sonido del campanero va y viene por las calles para anunciar que el camión de la basura, ese monstruo que se alimenta de bolsas llenas de deshecho, pasará para llevarse lo que ya no sirve, lo que estorba, miasma rodante que sigue el taláng, tilang del cencerro que lleva un heraldo enigmático, oscuro, que llama y corre desaforado porque viene por ti, por mí, por todo aquello inservible que no tendrá otro destino que el abandono, la soledad y la descomposición.
El campanero es un libro compuesto por once cuentos de Édgar Aguilar (Xalapa, 1977) que se publica en la colección Ficción breve de la Editorial de la Universidad Veracruzana, en el que habitan personajes que caminan por la delgada línea entre lo fantástico y lo terrorífico que se confunden con la realidad, en una ciudad como Xalapa que se extiende entre subidas y bajadas, entre calles y callejones con recovecos a veces tan intrincados y obscuros como las vidas solitarias y tormentosas de algunos de sus habitantes.
Édgar Aguilar es poeta, editor y narrador que obtuvo el Premio de Poesía Jorge Cuesta 2000 organizado por la Editorial UV en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario. A lo largo de casi un cuarto de siglo ha publicado los libros Ecos, La torta y otros relatos menos crueles, Trazos fugaces, Juegos de luz y sombra y Diario de un loco. En la inquietud de la creación de publicaciones independientes ha dirigido las revistas literarias Libertina y Artemisa y ha publicado en revistas y suplementos culturales como La Palabra y el Hombre, Luvina, Laberinto y la Jornada Semanal, entre otros.
Siempre en la búsqueda de historias para convertirlas en relatos nos ofrece este libro que surge en las entrañas xalapeñas, en una ciudad que mantiene sus leyendas fantasmales como el musgo que crece en las paredes húmedas y que se desarrolla en el desorden citadino entre autos que se aglomeran en las calles estrechas y casas o departamentos aparentemente comunes y sencillos, pero que encierran las vidas de sus habitantes que se evaporan como la niebla que cubre las noches entre sombras fantasmales que desaparecerán cuando al otro día escampe y nadie recuerde el caos, el misterio, la huida falsa, la amenaza constante o la gente que muere sola y que solo será tomada en cuenta por el olor fétido que invade el ambiente y que finalmente se perderá en los caminos de la soledad que llevan al olvido.
Édgar Aguilar encuentra material para sus relatos en las calles xalapeñas y en los personajes extraños que las habitan. En “El escritor” aparece su alter ego y se describe así: “A veces me pregunto si soy escritor, si verdaderamente soy escritor. Porque el miedo, la angustia y la desesperación hacen presa de mí. Y si a todos los escritores les sucede lo mismo. Y si viven con miedo, angustia y desesperación permanentes y casi insoportables. Y si piensan y sienten igual que yo: por ejemplo, que algún día uno de mis vecinos amanecerá asesinado. O que ese cualquier otro asesino ronda mis pasos y sabe mis horarios, de mis entradas y salidas, del instante que duermo…”
En esa atmósfera se desenvuelven sus cuentos en los que la constante es la soledad de los personajes insomnes que viven una realidad alterada, sus demonios los persiguen, se alimentan de literatura o de incapacidades de entender al otro porque el otro es su espejo que refleja sus miedos, sus traumas, sus derrotas, sus neurosis.
Estos son los títulos de los textos: “Diálogos de una nariz”, “El escritor”, “La puerta de la terraza”, “El tren de medianoche”, “Elene Bezkro”, “El campanero”, “El oráculo”, “Pelirrojo”, “El edificio fantasma”, “El borracho” y “Quiero hablar con usted”.
Dice el escritor Juan Luis Nutte: “Lo fantástico, o acaso los delirios de la locura, permean los cuentos del libro El campanero, mostrando personajes acosados por sus propios miedos, a los cuales se les dificulta precisar dónde comienza todo, y más difícil todavía, si existe algún final”.
El campanero, de Édgar Aguilar, es de la colección Ficción breve de la Editorial de la Universidad Veracruzana, 106 páginas, 2024. Para adquirir el libro consulta libreria.uv.mx