Corre, lee y dile
Por Germán Martínez Aceves
El roce de dos objetos, la hierba seca y un líquido inflamable o el choque eléctrico intempestivo, son suficientes para crear el fuego. Flama solitaria que puede crecer incontrolable si encuentra asociación con todo aquello que puede prender al menor rozón.
Es el fuego una fuerza fascinante que adoran los dioses, es el juego que aspira dominar el hombre para tener poder. El fuego consume, el humo indica su intensidad y decadencia. El paisaje negro, quemado, marca un fin, pero a su vez el renacimiento desde las cenizas.
Alan Heiblun Robles escribe cuentos y juega con fuego. Sabe que de una chispa creativa puede surgir una historia inverosímil, una fantasía alegórica, una vida surrealista que insiste que sus anécdotas son sólo paisajes costumbristas, un incendio de lecturas a través de los muchos libros, una llamarada de escritura que antecede a una formación musical y a una gran apreciación a la pintura, un incendio que es relato, que es sueño, que es inventiva, que es cuento.
Inventario de un incendio, es una recopilación de doce cuentos escritos por Alan Heiblum Robles, publicados en la colección Biblioteca del Cuento Contemporáneo de Ficticia Editorial en coedición con la Editorial de la Universidad Veracruzana.
Compositor de música de cámara, dibujante y ensayista Alan Heiblum Robles (Ciudad de México, 1982) es doctor en Epistemología e Historia de la Ciencia por la Universidad Nacional Tres de Febrero, de Buenos Aires, Argentina, y físico por la Universidad Nacional Autónoma de México. En 2020 obtuvo el primer lugar del Premio Limaclara Internacional de Ensayo, con la obra Ensayo de la libertad o la libertad del ensayo. Realizó también un posgrado sobre Pluralismo en la Universidad de Cambridge y de 2016 a 2019 asistió a un proyecto de restauración ecológica en la Selva Lacandona, en donde fue testigo de la quemazón de una parcela experimental que era muy importante como proyecto piloto para la restauración del trópico.
Entre el asombro, la indignación y la resignación surgió la motivación para que escribiera cuentos que se convirtieron en su primera publicación sobre el género.
Hacer un inventario es tener una relación de las cosas que se tienen, constatar con qué se cuenta y cuáles son los faltantes. Regularmente se hace para tomar nota de los recursos materiales, pero ¿Por qué no hacerlo de historias? Todos tenemos en el archivo de la memoria anécdotas, vivencias o fantasías que forman nuestro inventario personal que no es ajeno a la inventiva particular.
Heiblum Robles presenta “Inventario de un incendio” que a su vez divide en cinco cuentos cortos con toques de humor en torno al fugo que van del origen de la humanidad en las estepas donde “la yesca arde”; a la discusión de un ensayista, una novelista y un cuentista que como Prometeos se quieren apropiar del fuego en sus debates mientras un pollo a la costra de sal sucumbe en un horno en exceso caliente; a un viajero agotado que llega a un lugar donde solo quiere comer algo y un mozo lo envuelve en una discusión hilarante para decidir entre un sándwich frío y otro caliente en medio de diversas opciones para servírselo, el hambriento se convierte en un Tántalo en medio del camino que prácticamente se le imposibilita comer algo; a los gemelos romanos Marciano y Lidia que “desfigurados por las quemaduras”, han decidido cambiar identidades; a un músico que no había comido nada caliente en semanas en medio de un ambiente apocalíptico y acaba con las manos encendidas.
Los cuentos de Alan Heiblum son una chispa inicial y acaban en incendios inesperados. Hay testigos que son inútiles; una biblioteca que busca tener el orden perfecto
en una clasificación de autores que dialogan entre sí; olores y hedores que ya no puede percibir una nariz perdida en Vietnam; una catacresis o metáfora de un cangrejo que bien puede perder su inmortalidad y sus patas mientras filosofa mirando al chef.
Heiblum Robles también pone al fuego cuentos donde en la sala de espera hay un investigador de literatura que se encuentra en “Tiempo y cambio. Tiempo sin cambio. Cambio sin tiempo. Ni tiempo ni cambio”; una cabeza que rueda por la historia y puede llegar a su mínima expresión; museos que languidecen en la soledad con todo y obras y custodios; fantasmas que existen y no creen en ellos mismos; vientos desatados que vuelan la nostalgia y se pueden llevar todo “excepto el hambre y la sed”; un investigador del movimiento de los astros y su relación con los días de la semana que está dispuesto a liberarla “de sus mundanos grilletes laborales y devolverle su carácter de laboratorio de oraciones planetarias” y; finalmente una entrevista ficticia con Remedios Varo en un juego de espejos de ideas, de palabras, de signos, de significados, donde lo mágico es real y lo real es mágico que incendia alucinaciones.
Inventario de un incendio, de Alan Heiblum Robles, es una coedición de Ficticia y la Editorial de la Universidad Veracruzana, 95 páginas, 2022. Para adquirir este libro consulta https://www.uv.mx/editorial/puntos-de-venta-11/