Corre, lee y dile
Por German Martínez Aceves
Cuba fue el paradigma revolucionario en los años 60 del siglo XX. Fidel Castro, Ernesto El Che Guevara, Camilo Cienfuegos y un considerable grupo de barbudos, lograron derribar un sistema a todas luces desigual. La oligarquía cubana había sumido a la mayoría de la población en la ignorancia, la extrema pobreza y la isla prácticamente se había convertido en el centro de diversiones de los Estados Unidos.
El triunfo de la revolución socialista sembró la esperanza de ser “el primer territorio libre de América”. La igualdad en el desarrollo económico y social fue la divisa principal, mientras que la educación, la salud, la cultura y el deporte se convirtieron en motores centrales de la nueva sociedad.
Pero como todo proceso histórico no todo es perfecto ni todos sus protagonistas piensan igual. Justo en tema centrales como el arte y la cultura se presentaron contradicciones que terminaron por no aceptar la diversidad ni la inclusión de otros sentires o pensamientos.
La investigadora María Isabel Alfonso (Morón, 1972) nos presenta una historia que se ubica en el esplendor revolucionario a través del seguimiento de las ediciones de El Puente donde se publicaron textos experimentales que dieron cabida a voces diversas de mujeres, jóvenes o afrocubanos que históricamente habían sido excluidos. Solo que hubo un pequeño problema, un buen número de integrantes del proyecto eran homosexuales quienes para el nuevo régimen cubano eran considerados enfermitos, en otras palabras, no deseables.
María Isabel Alfonso cursó letras en la Universidad de La Habana y se doctoró en Lenguas romances en la Universidad de Miami. Su tema de investigación es sobre la relación entre la sociedad civil y las prácticas culturales en la Cuba postsoviética pero sobre todo en el movimiento cultural de la década de los sesenta que se refleja en el libro Ediciones El Puente y los vacíos del canon literario cubano, publicado por la Editorial de la Universidad Veracruzana en la colección Biblioteca.
Ediciones El Puente fue un proyecto que surgió, como apunta la autora, a partir de la participación de José Mario Rodríguez, director de la casa editorial, en los Seminarios de Dramaturgia del Teatro Nacional realizados en la Biblioteca Nacional a una invitación de Nora Badías, miembro del Consejo Nacional de Cultura.
Ediciones El Puente mantuvo su proyecto vivo de 1961 a 1965. En ese periodo publicó un total de 37 obras literarias: 25 libros de poesía, ocho de cuentos y cuatro de teatro. Sus primeros tres años de producción mantuvieron un carácter relativamente autónomo. Al momento en que se nacionalizaron las imprentas cubanas perdieron su autonomía.
Ediciones El Puente fueron criticadas por “falta de compromiso político” y la mejor manera para desaparecer el proyecto fue no proporcionarle papel para sus publicaciones.
En esta reedición que presenta la Editorial de la UV, María Isabel Alfonso nos ofrece esta historia que podía correr el riesgo de quedar en el olvido. En su trabajo hace una revisión del campo cultural en los años sesenta en la Cuba revolucionaria. Nos describe qué se hacía en la literatura, el teatro, el cine, las artes plásticas, la música y cómo el concepto de “hombre nuevo” no estaba exento de machismo y misoginia.
Anota la autora: “…vale aclarar que el interés de nuestro libro no es en recrear el potencial carácter victimista del cierre de este proyecto editorial, sino hacer resaltar que su recuperación puede prevenir la perpetuación de paradigmas de silenciamiento en la historia literaria cubana y latinoamericana, en general”.
Ediciones El Puente y los vacíos del canon literario cubano, de María Isabel Alfonso, colección Biblioteca, 243 páginas, 2016. Se puede adquirir de manera gratuita en la siguiente dirección electrónica: http://libros.uv.mx/index.php/UV/catalog/book/BI312
