Corre, lee y dile
Por Germán Martínez Aceves
Enriqueta Ochoa fue una poeta mística con un talento literario que tejió su obra entre los entornos culturales del siglo XX mexicano y la religiosidad católica. Dueña de una técnica impecable en la creación de poemas, no es exagerado compararla con Sor Juana Inés de la Cruz y reivindicarla como una de las mujeres sobresalientes en la creación poética.
Enriqueta Ochoa nació el 2 de mayo de 1928 en Torreón, Coahuila. Eran las épocas de la postrevolución. Su educación fue a través de maestros particulares pues su padre evitaba los colegios religiosos. No obstante, Enriqueta, en la adolescencia optó por el catolicismo que se sumó con sus estudios de filosofía grecolatina y literatura renacentista, influencias que perfilaron su poesía.
Ester Hernández Palacios, investigadora de la Universidad Veracruzana, estudiosa de los escritos de Jaime Sabines y José Juan Tablada, conoció la poesía realizada por Enriqueta Ochoa y a partir de ese momento apreció el arte poético impregnado de femineidad, religiosidad y naturaleza. Sus acuciosos estudios dieron como resultado el libro Enriqueta Ochoa: la configuración de un femenino sagrado, que ahora ve la luz bajo los sellos del Fondo de Cultura Económica y la Editorial de la UV.
Escribe Hernández Palacios: “Pretendo, en este trabajo, interpretar la poesía de Enriqueta Ochoa ya que, por su fuerza transformadora, la considero pieza angular de la poesía mexicana, particularmente de la poesía escrita por mujeres”.
El libro se compone de dos grandes apartados: el primero “Enriqueta Ochoa: el camino de la revelación” en el que la autora nos muestra una semblanza de la autora de La urgencia de un Dios y; en el segundo, “La configuración de un femenino sagrado”, donde Hernández Palacios analiza el núcleo de la palabra poética que recupera los valores de la femineidad y el misticismo característico en la obra de Enriqueta.
Las influencias principales de Enriqueta Ochoa fueron Sor Juana Inés de las Cruz, Concha Urquiza, Santa Teresa de Ávila y Gabriela Mistral. Publicó ocho libros de poesía, mismos que son parte del análisis de Hernández Palacios, quien a través de citas de fragmentos poéticos desmenuza el significado de los poemas que dan forma al “femenino sagrado”.
El Dios de Enriqueta Ochoa no está marcado por el signo masculino sino que también tiene su representación femenina que “configura una amorosa unidad, una cópula universal, una participación mística integral sin fronteras ni divisiones”, apunta la autora.
Enriqueta Ochoa: la configuración de un femenino sagrado, de Ester Hernández Palacios es de la colección Lengua y estudios literarios en coedición con la Editorial de la Universidad Veracruzana, 204 páginas, 2019. Se puede adquirir en Nogueira 7, Zona centro, Xalapa. Veracruz.