Universidad Veracruzana

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Haiku o la captura del instante

Corre, lee y dile

 

Por Germán Martínez Aceves

 

La vida es un instante. Vista en la inmensidad del universo es nada y a la vez, todo. Es lo más pequeño y de igual forma lo más grande; lo sencillo y lo complejo. En su dinámica, los contrarios juegan a complementarse y quien los interiorice y los absorba, desarrollará una profunda sensibilidad que podrá expresarla a través de las letras.

Es así la esencia del haiku, esta perla literaria japonesa convertida en poema breve cuya estructura regularmente se define en diecisiete sílabas distribuidas en tres versos con la clásica alineación 5/7/5.

Matsuo Bacho, el gran poeta japonés del siglo XVII, es el artífice del género, a través del haiku interiorizó con la naturaleza, con su instante, su fugacidad, su espiritualidad y su eternidad. Con pincel y tinta trazó los ideogramas convertidos en poemas y en dibujos para crear una filosofía de la vida profundamente sensible.

La escritora chilena María José Ferrada escribe: “Un haiku es como una foto hecha palabras”. Como si fuera una interpretación de esta frase, el maestro Tomás Rodríguez Pazos y el fotógrafo Adrián Mendieta Pérez se unieron para formar el libro La captura del instante. Haikus mexicanos, una comunión de haikus y fotografías que publica la Editorial de la Universidad Veracruzana.

Por gusto, los autores asumieron el reto del haiku, género muy poco practicado en nuestro país. Dos de sus cultivadores son, por ejemplo, José Juan Tablada (Es mar la noche negra;/la nube es una concha;/ la luna es una perla…) y Octavio Paz (El mundo cabe/en diecisiete sílabas:/ tú en esta choza).

Tomás Rodríguez Pazos (San José Acateno, Puebla, 1946) estudió filosofía en el Seminario de Xalapa, donde encontró su vena poética. En la Ciudad de México fue maestro del Colegio de Bachilleres. Fue fundador del Telebachillerato en Veracruz en 1980. Y Adrián Mendieta (Puebla, 1948) es miembro cofundador del Departamento de Difusión Cultural de la Benemérito Universidad Autónoma de Puebla y del Taller de Cine de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, donde desarrolló una notable labor autoral como fotógrafo. Forma parte de los fundadores de la Facultad de Artes Plásticas y el Instituto de Artes Plásticas.

Ambos unieron sus talentos a través de las letras y la fotografía para transformarlos en haikus fieles a su origen, es decir, la naturaleza, la admiración y el asombro. Como apunta André Valdivia en la introducción: “Jugar con las palabras, en verso o en prosa, ordenarlas o desordenarlas con un sentido, con orientación lúdica, y fusionarlas con el arte fotográfico nos lleva también a resultados impredecibles”.

Aquí unos ejemplos de haikus escritos por Tomás Rodríguez Pazos que se incluyen en el libro.

Luna perfecta/Haiku, broma redonda/ Luz en la sombra

Fotografía./Arte de la mirada/ Haiku, luz breve

Cámara y lente;/Cazador de instantáneas,/ Coleccionista

En el estanque,/ El ombligo de Venus,/ Cuna de luz.

Anuncia el tren/ El término del viaje. / Cargas recuerdos

Fugaz estrella,/ parabólica traza/ Asciende y cae

Un remolino/ Brota al fondo del río./ Gira tramposo

Sin concesiones, / sin retraso posible./ Puntual la muerte

Bambú gigante./ Señera fortaleza/ Del samurái

 

Adrián Mendieta acompaña a los haikus de Tomás con fotografías que interpretan el espíritu de los pequeños poemas a través de lunas, árboles, flores, plantas, ríos y caracolas. Naturaleza viva y letras vitales.

La captura del instante. Haikus mexicanos, de Tomás Rodríguez Pazos y Adrián Mendieta Pérez, es de la Editorial de la Universidad Veracruzana, 93 páginas, 2019. Se puede adquirir en la librería Hyperión y cuenta con envíos a todo el país.

 

 

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Fecha: 14 agosto, 2024 Responsable: Editorial Contacto: direccioneditorial@uv.mx