Corre, lee y dile
Por Germán Martínez Aceves
El esplendor de China tiene una base importante en su arte y en su cultura. A través de los siglos, su grandeza está representada en la arquitectura, en la pintura, en la escultura, en la cerámica y en su caligrafía.
En cada representación artística se expresa su historia, su espacio, su tiempo y sus religiones. Ideología, cosmogonía, espíritu y naturaleza son parte de un patrimonio cultural de riqueza inmensa que se plasma en Historia del arte chino, una historia cronológica contenida en cuatro tomos publicada por la Editorial de la Universidad Veracruzana.
Esta pequeña enciclopedia se realizó gracias a la coordinación entre la Universidad Renmin de China y la UV. Édgar García Valencia, editor del proyecto, escribe: “La obra forma parte de un acuerdo de intercambio entre ambas editoriales universitarias, que busca dar a conocer en nuestros respectivos ámbitos obras clave que abonen al entendimiento mutuo de nuestras culturas, historias y sociedades”.
La iniciativa surgió en 2018 al ingresar la Editorial UV a la asociación de editoriales académicas de la Franja y la Ruta con el apoyo del Centro de Estudios China-Veracruz.
Este importante trabajo que se da a conocer en español se logró a partir de la edición en inglés A History of Chinese Art editado en 2016 por Cambridge University Press, y fue cotejado con la versión en mandarín. Los textos con su traslado a nuestro idioma estuvieron bajo la coordinación de Karla Sánchez Domínguez, de El Colegio de México.
La obra comprende las primeras expresiones anteriores al periodo neolítico hasta la primera década del siglo XX, al final de la dinastía Qing, en la que un gran número de pintores, escultores, alfareros, arquitectos y filósofos transformaron la piedra, el barro, el bronce, la madera o el jade en piezas artísticas que dejaron honda huella de la gran civilización china.
El tomo 1 “Del periodo anterior a la dinastía Qin a la dinastía Han”, es autoría de Li Song, maestro de la Academia Central de las Bellas Artes de China, quien realiza un recorrido desde el periodo neolítico (ocho mil años antes de Cristo, aproximadamente) con la descripción e interpretación de reliquias de los clanes que habitaron las planicies del río Amarillo. El barro, el jade y los petroglifos dan cuenta de esa sociedad neolítica.
La organización de un sistema político basado en monarquías hereditarias conocidas como dinastías, marcó los principales periodos de la historia china. Así en las dinastías Xia, Shang y Zhou (2070 a 256 a.C.) sobresale el trabajo en bronce, la pintura y la escultura. En las dinastías Qin y Han (221 a.C. a 220 d.C.) la pintura, el bordado, la arquitectura y la caligrafía.
El tomo II “De la dinastía Wei a la dinastía Tang”, escrito por Jin Weinuo, miembro del Comité Editorial de la Colección de Obras de la Clasificación del Arte Chino, aborda este periodo que abarca de 266 a 907 d.C. donde la arquitectura, la artesanía, la escultura, la pintura y la caligrafía se vinculan con la filosofía y la religión. Es el periodo en el que confucionismo, taoísmo y budismo forman parte de la sociedad y los intelectuales aprecian y estudian las expresiones culturales y artísticas. La crítica de arte María Teresa González Linaje apunta: “es como recorrer un camino lento pero firme ascenso a la madurez plástica”.
El tomo III “De las Cinco dinastías a la dinastía Yuan”, los maestros Xue Yongian, Zhap Li y Shang Gang, de la Academia Central de Bellas Artes de China, abarcan cuatro siglos de intercambios de los grupos de la llanura central y las poblaciones de sus periferias que se expresan en la arquitectura, el tallado, la escultura, el muralismo, la pintura, la caligrafía y las artesanías. La articulación de la narrativa histórica con la extensión del budismo crea nuevas iconografías y la arquitectura de templos, pagodas y jardines.
Finalmente, el tomo IV “De la dinastía Ming a la dinastía Qing”, coordinado por Shan Guoqiang, director del Centro de Apreciación de Reliquias Culturales, aborda las dos últimas dinastías, la Ming (1636-1912 d.C.) y la Qing (1912-1949 d.C.) y el esplendor de la pintura, la caligrafía, la escultura, la cerámica, las lacas, los muebles, los grabados. Ignacio Villagrán, director del Centro de Estudios Argentina-China de la Universidad de Buenos Aires, resalta que del siglo XIV al siglo XX, el arte chino se revitaliza.
Los cuatro tomos de la Historia del arte chino son un pequeño gran tesoro en el que descubriremos además de la majestuosidad de la cultura china, muchos símbolos y manifestaciones artísticas que no nos son ajenos y que tienen ciertas similitudes con el arte de nuestros pueblos originarios.
Como bien apunta la antropóloga Sara Ladrón de Guevara: “acaso el saber de una cultura magnífica y antiquísima nos lleve a la más profunda reflexión sobre el ser humano y sus obras”.
Historia del arte chino, cuatro tomos, es de la Editorial de la Universidad Veracruzana, 2020-2021. Se puede adquirir en la librería Hyperión, que cuenta con el servicio de envío a todo el país.
