Corre, lee y dile
Por Germán Martínez Aceves
Demasiado larga para ser un cuento y demasiado corta para ser una novela. He ahí que aparece un género literario: la novela corta. Puede llegar a tener una extensión menor de 100 páginas o mayor a 150. En sí no hay una regla exacta que la ajuste. La ausencia de capítulos, lo conciso de la historia o los pocos personajes que la habitan, son parte de las características de la novela corta.
Ernest Hemingway, Jorge Luis Borges, Miguel de Cervantes, Franz Kafka, Juan Carlos Onetti, Gabriel García Márquez, son algunos autores ejemplares de la novela corta.
Sobre este género, la investigadora en Literatura, Raquel Velasco, nos ofrece un estudio sobre las obras de Mariano Azuela, Juan Rulfo, Rodolfo Walsh, Julio Cortázar, Roberto Bolaño y Juan Pablo Villalobos en el libro La novela corta en conflicto. Cinco ensayos alrededor de la incertidumbre, de la colección Libros del Ocelote del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IILL) de la Universidad Veracruzana.
Con esta nueva recopilación de textos de sus investigadores, el IILL “busca ser un espacio de discusión con las tradiciones teórico-críticas generadas en Latinoamérica”. Así aparece la colección Libros del Ocelote que “se propone ser memoria y renovación de los saberes sobre nuestro quehacer teórico y crítico en el campo de la literatura”.
El trabajo de Raquel Velasco deja de manifiesto estos objetivos en el que desmenuza a uno de sus géneros literarios favoritos: la novela corta, “esa pelota arrojada en el parque que aún no toca el suelo”, en referencia a un poema de Dylan Thomas.
Escribe Raquel Velasco: “se establece un recorrido comparativo entre las distintas manifestaciones que tuvieron influencia en las letras hispanoamericanas del siglo XX y su repercusión formal y temática en la novela corta, buscando una afinidad entre sus recursos estéticos, a partir de la tematización de la incertidumbre como lenguaje común en los momentos convulsos”.
En su primer ensayo, la autora analiza “el silencio y el vacío” en el discurso histórico de la Revolución mexicana en Los de abajo, de Mariano Azuela; Pedro Páramo, de Juan Rulfo y Madero, el otro, de Ignacio Solares.
En el segundo aborda la novela corta Operación masacre, del periodista argentino Rodolfo Walsh, donde campea la incertidumbre a través de la anécdota policial.
En el tercero, Julio Cortázar y su relato El perseguidor, basado en el excelso saxofonista Charlie Parker, el jazz es una síncopa en la novela corta.
Estrella distante, Amuleto y Nocturno de Chile, son tres novelas cortas del chileno Roberto Bolaño que cabalgan en el principio de incertidumbre.
El último ensayo hila entre la novela corta y el cine de autor teniendo como parámetro a Gilles Deleuze quien fija en el cine sus reflexiones sobre la construcción del pensamiento. Así, Raquel Velasco analiza las conexiones discursivas entre La virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo y el cine asceta de Robert Bresson; El arma en el hombre, de Horacio Castellanos y la obra cinematográfica de Jean-Luc Godard y Fiesta en la madriguera, de Juan Pablo Villalobos y el cine epopéyico de Akira Kurosawa.
La novela corta en conflicto. Cinco ensayos alrededor de la incertidumbre, de Raquel Velasco, es de la colección Libros del Ocelote del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana, 218 páginas, 2020. Se puede adquirir en Xalapa, Veracruz, en la librería Hyperión.
