Corre, lee y dile
Por Germán Martínez Aceves
Ludwig Wittgenstein es una de las mentes más brillantes de la humanidad. Gracias al Centro de Estudios e Investigaciones en Conocimiento y Aprendizaje Humano (CEICAH) de la Universidad Veracruzana se compiló una edición especial de nueve libros dedicados al gran filósofo quien, junto con Martin Heidegger, es considero uno de los pensadores más importantes del siglo XX.
A partir de la Cátedra Ludwig Wittgenstein se invitó a estudiosos del autor de Tractatus Lógico-Philosophicus para dialogar desde diversas disciplinas la relación que existe entre el lenguaje, el conocimiento, las ciencias sociales y la ciencia del comportamiento, átomos activos en la filosofía wittgensteiniana. La hondura de ese encuentro es el resultado invaluable de la Colección Ludwig Wittgenstein.
Estas confluencias académicas y editoriales son producto del trabajo e interés de Emilio Ribes Iñesta, Ricardo Pérez-Almonacid, Alejandro León Maldonado y Carlos Ibáñez, del CEICAH, e investigadores reconocidos como Víctor Manuel Alcaraz Romero, Ricardo M. Rubio, Alejandro Tomasini y Jorge Brash, quienes participaron en la traducción y la revisión técnica de los textos.
Ludwig Wittgenstein nació en Viena, Austria, en 1889. En la geopolítica aún existía el Imperio austrohúngaro y la industrialización europea estaba en su apogeo.
El joven Ludwig tuvo la oportunidad de estudiar ingeniería en Berlín y en Manchester, Inglaterra, donde creció su interés por los fundamentos de las matemáticas, camino que lo llevó a Cambridge donde tuvo como maestro a Bertrand Russell.
Es muy probable que el cerebro de Wittgenstein evolucionaba de una manera vertiginosa que le impedía establecerse en la comodidad de la fortuna de su padre, renunció a ella; o en la vida esquemática de la academia, por lo tanto, dejó Cambridge y se fue a Noruega, donde construyó una cabaña para mantenerse en aislamiento y dedicarse a poner en orden la turbulencia de sus pensamientos.
Al estallar la Primera Guerra Mundial que llevaría a la disolución del Imperio austrohúngaro, se enlistó en el ejército austriaco y desde la trinchera, en medio del conflicto bélico, escribió su primer libro, Tractatus Lógico-Philosophicus que se convirtió en un texto imprescindible del Grupo de Viena, que reunía a los principales filósofos europeos de la época. El mismo escrito fue su tesis doctoral que presentó en Cambridge, sus sinodales, Russell y George Edward Moore, la consideraron “una obra maestra”, en ella se explica el funcionamiento de la lógica donde mundo, lenguaje y pensamiento nos llevan a las representaciones mentales y a las proposiciones. “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”, decía Wittgenstein.
Después plantearía que sus pensamientos escritos en el Tractatus estaban equivocados y desarrolló entonces nuevos planteamientos que expresó en Investigaciones filosóficas, libro que se publicaría después de su muerte que fue en 1951, en Cambridge. Ahí, más que explicar la lógica a través del lenguaje y el pensamiento se centra en los que producimos el lenguaje, cómo aprendemos a leer y cómo nos sirve.
Estos son apenas planteamientos iniciales que evidentemente son mucho más profundos y que se abordan a lo largo de nueve libros en la Colección Ludwig Wittgenstein desde diversas disciplinas y perspectivas. Estos son:
Preocupaciones wittgensteinianas, de Robert L. Arrington, profesor emérito del Departamento de Filosofía de la Georgia State University, en el que hace una semblanza y un análisis de las proposiciones de Wittgenstein.
La filosofía moral de Anscombe, de Duncan Richter, profesor de Filosofía en Virginia Military Institute, libro coeditado por Ediciones de La Noche, en el que se analiza el pensamiento de Elizabeth Anscombe, alumna de Wittgenstein, considerada una pensadora valiente y original.
Más allá de lo interno y de lo externo. Filosofía de la psicología de Wittgenstein, de Michel Ter Hark, profesor emérito de la Facultad de Humanidades de la VU University Ámsterdam, quien aborda la “naturaleza de los conceptos psicológicos en el contexto histórico” en que escribe sus obras Wittgenstein.
Cultura, individuo y juegos de lenguaje. Una aproximación naturalista al conocimiento, de Francisco López Valadez (1951-2021), del CEICAH de la UV. Basado en los estudios de Wittgenstein sobre el lenguaje propone el concepto de ciclos culturales que “articulen los procesos de creación, difusión, institucionalización y objetivación del conocimiento”.
Del método temprano de Wittgenstein a sus métodos últimos, de James Conant, director del Centro de Filosofía de la Universidad de Chicago, quien, en cuatro ensayos “rastrea y reconstruye con agudeza el origen de las preocupaciones y concepciones centrales del trabajo filosófico” de Wittgenstein.
Carlos Marx y la filosofía de la praxis, de Gavin Kitching, profesor de la University of New South Wales, quien plantea la teoría marxista de manera inteligible y hace conexiones con la filosofía de Wittgenstein.
Las bases filosóficas de las neurociencias, del neurocientífico M.R. Benenett y el filósofo P.M.S. Hacker, es un gran manual para estudiantes e investigadores que los aproxima al conocimiento multidisciplinar de las funciones cerebrales, esencias del pensamiento wittgensteinano.
Wittgenstein, reglas e instituciones, de David Bloor, de la University of Edinburgh, quien hace una interpretación sociológica de la filosofía de Wittgenstein.
Finalmente, Para entender Sobre la certeza de Wittgenstein, de Daniéle Moyal-Sharrock, filósofa de la Universidad de Hertfordshire, en el que concluye “uno de los mayores logros de Ludwig Wittgenstein es señalar el error categorial que cometen una y otra vez los estudiosos de la filosofía, entre lo que podemos saber y de lo que sin saber tenemos la certeza”.
La Colección Ludwig Wittgenstein es del Centro de Estudios e Investigaciones en Conocimiento y Aprendizaje Humano de la Universidad Veracruzana y la Editorial de la UV. Se puede adquirir, en Xalapa, en la librería Hyperión, con envíos para todo el país.
