Universidad Veracruzana

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Para entender el pensamiento chino

Corre, lee y dile

 

 Por Germán Martínez Aceves

 

De las antiguas grandes civilizaciones, la china es la que permanece firme como muralla gracias a la fortaleza de su pensamiento y de su cultura. Es claro que las formas de vida del siglo XXI están presentes en el gigante asiático, pero es notorio también que las raíces de su historia ancestral están vivas y forman parte de la cotidianidad.

Ello lo podemos constatar en El pensamiento chino, de Marcel Granet, libro 74 de la invaluable colección Biblioteca del Universitario de la Editorial de la Universidad Veracruzana.

Así como el veneciano Marco Polo realizó sus asombrosos viajes por Mongolia y China en el siglo XIII para generar otras formas de intercambio de negocios en la Ruta de la seda, Marcel Granet (Francia 1884-1940) realizó incursiones asiáticas, pero para entender las claves sociales, políticas, culturas y religiosas de la cultura china.

Granet fue historiador, etnólogo y sinólogo (especialista del mundo chino), centró sus estudios en el feudalismo, lo que lo llevó a adentrarse a las dinastías chinas aplicando métodos sociológicos de acuerdo con lo propuesto por Émile Durkheim quien planteó, entre otros pasos, ir directamente a las fuentes. En este caso, el idioma pudo ser una limitante, misma que el propio Granet no consideraba como obstáculo.

El sinólogo francés fue testigo de la caída de la dinastía Qing y su último emperador como producto de la Revolución china (1911-1913). El término del extenso periodo feudal con el inicio de la República fue un contexto por demás interesante para que Granet profundizara en sus estudios sobre China basados en los textos antiguos, en el pensamiento religioso, en leyendas, en música, en danza y en la deslumbrante arquitectura.

A través de sus escritos sobre el pensamiento chino, Granet separó las confrontaciones con el pensamiento occidental y demostró que uno no es superior a otro, simplemente son diferentes.

Marcel Granet comprende la estructura del pensamiento chino a partir de la escritura, del espacio, el tiempo, el Yin y el Yang, los números, el taoísmo, el confucionismo, la astronomía, la filosofía y las formas de gobierno de las dinastías que basaban su poder principalmente en el feudalismo.

El contexto en el que Granet estudió al pensamiento chino es muy bien explicado en el prólogo que acompaña a la obra y que escribe la doctora Soledad Jiménez Tovar, de la División de Historia del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas (CIDE), especialista en estudios sobre China.

El pensamiento chino se divide en cuatro libros. En el libro primero, Granet escribe sobre la lengua, la escritura, la estilística, la rítmica chinas y anota: “El chino es una gran lengua de civilización que ha conseguido llegar a ser y seguir siendo el instrumento de cultura de todo el extremo Oriente”.

En el libro segundo aborda sobre las ideas directrices del pensamiento chino, el tiempo y el espacio, el Ying y el Yang, los números, los signos cíclicos, los emblemas adivinatorios, las relaciones musicales, las proporciones arquitectónicas, las funciones clasificatorias, las protocolarias y el dao (“poder imaginado, de manera más o menos realista, bajo el aspecto de un principio de orden supremamente eficaz”). Granet subraya: “Un chino, sobre todo si es filósofo y pretende enseñar, no recurre nunca para traducir el detalle de sus opiniones más que las únicas fórmulas de las que un lejano pasado garantiza la eficacia”.

El libro tercero trata los temas: El sistema del mundo, el macrocosmos, el microcosmos y la etiqueta (o correspondencias entre significados). Así lo interpreta Granet: “Las ideas conjuntas de orden, de total, de eficacia, dominan el pensamiento de los chinos. No se han preocupado de descubrir reinos de la naturaleza. Toda realidad es en sí total. Todo en el universo es como el universo”,

Finalmente, en el libro cuatro habla de las sectas y las escuelas; de la ortodoxia confuciana; del filósofo Mencio y su idea del gobierno por la beneficencia; Xunzi, pensador confucionista con su propuesta de gobierno por los ritos y; Dang Zhongshu, quien pensaba que el confucionismo debería reemplazar a todas las escuelas y hacer el gobierno por la historia.

Marcel Granet concluye: “Desdeñando toda ciencia discursiva y únicamente preocupados de la cultura, los chinos pudieron limitarse a meditar desde que sus sabios les enseñaron a comprender que el pensamiento es una fuente de liberación”.

El pensamiento chino, de Marcel Granet, es de la colección Biblioteca del Universitario de la Editorial de la Universidad Veracruzana, 650 páginas, 2021. Se puede adquirir, en Xalapa, en la librería Hyperión, con envíos para todo el país.

 

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Fecha: 14 agosto, 2024 Responsable: Editorial Contacto: direccioneditorial@uv.mx