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transformado
o, en algunos casos, devastado en forma alarmante.
¿Cómo es posible que un estado como el nuestro, el
tercero en biodiversidad en México uno de los siete
países con mayor megadi-versidad en el mundo, tenga
que reconocer que 90 por ciento de su riqueza ecológica ha
desaparecido?
Muchos factores han influido para llegar hasta aquí. Lo cierto
es que desde que se hizo conciencia del problema, la Universidad
Veracruzana ha sido protagonista de programas de investigación,
extensión, vinculación y conservación que le
han permitido colocarse como puntera en la preservación de
ecosistemas, especies y recursos naturales.
anp,
la mejor estrategia
Para atesorar la biodiversidad, la tác-tica más importante
es el establecimiento y la operación de Áreas Naturales
Protegidas (anp); es decir, áreas que por decreto (federal
o estatal) sean destinadas a asegurar la permanencia de ecosistemas
o especies que constituyan un patrimonio natural.
En Veracruz se han decretado 32 en las últimas ocho décadas,
pero no ha bastado con un mandato gubernamental que las declare
intocables para preservarlas. Y es aquí donde el trabajo
realizado por nuestra casa de estudios, en colaboración con
dependencias gubernamentales y organizaciones no gubernamentales,
toma sentido.
La uv ha participado directamente en el establecimiento de anp,
como es el caso de la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas, el
Parque de la Flora y Fauna Silvestre Tropical de Catemaco y el Manglar
de Son-tecomapan. También ha contribuido con investigación
que se aplica desde hace años para solucionar problemas de
manejo y preservación.
De ello, sobran ejemplos: Conservación de primates (donde
existe una tradición de más de 20 años y un
prestigio internacional por la contribución que se ha hecho
para la conservación de especies amenazadas), Humedales de
Alvarado, Parque Nacional Cofre de Perote y el Sistema Arrecifal
Veracruzano.
Además, es importante tomar en cuenta que está formando
los cuadros profesionales que tendrán como responsabilidad
el manejo de nuestros recursos naturales, pero quizá la responsabilidad
más importante es la que confiere su propia naturaleza, es
decir, el convertirse en surtidora de ideas que permitan definir
nuestra identidad en la relación con la naturaleza.
Un claro ejemplo es el Primer Seminario Taller sobre Áreas
Naturales Protegidas de Veracruz, que reunió en Xalapa a
especialistas en el tema, autoridades gubernamentales, académicos,
estudiantes, y operadores de las anp en Veracruz, para determinar
el estado de cada área natural protegida y reconocer la importancia
que tienen las mismas para el cumplimiento de los objetivos de conservación
y aprovechamiento sustentable.
Actualmente se define como desarrollo sustentable el manejo sostenido
de estos recursos, que implica un criterio de racionalidad en el
uso que garantice la permanencia de los recursos para disfrute de
las siguientes generaciones, de tal manera que en las anp, de acuerdo
con la modalidad de manejo, se pueden cumplir objetivos como conservar
ecosiste-mas y especies o asegurar su aprovechamiento racional y
sostenible.
El
equipo de trabajo
Para lograr un encuentro de tal importancia que derivara en
resultados concretos y sentara las bases para posteriores investigaciones
se juntaron los esfuerzos de las secretarías de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (Semarnat) y de Desarrollo Regional (Sedere),
el Consejo Estatal de Protección al Ambiente (Coepa), el
Instituto de Ecología, los colegios de abogados ambientalistas
y biólogos y, desde luego, la Universidad Veracruzana.
Por ser un primer acercamiento integral al problema, el seminario-taller
se planteó como una evaluación de cada una de las
anp. Para ello, la Universidad Veracruzana diseñó
un software que permitió determinar el estado de cada área
y su importancia; con él y durante intensas sesiones de trabajo,
los especialistas se dedicaron a conocer el estado actual de cada
uno de los territorios mencionados, los tipos de ecosistemas representados
en ellos, además de programas de manejo, conservación
y uso sustentable de recursos para identificar posteriormente las
tareas que necesitan desarrollar conjuntamente las instituciones
responsables para su conservación.
Los enfoques fueron múltiples. Desde la historia, prioridades
y problemas de las anp, el proyecto de instalación de un
sistema estatal de esas áreas en nuestro estado, el establecimiento
de criterios para determinar qué áreas deberán
formar parte de él, y de aquellas que por su importancia
deberían ser decretadas como áreas naturales protegidas,
la difusión de los diferentes mecanismos considerados en
la Ley de Protección Ambiental para decretarlas, estadísticas
de todo tipo y los objetivos que a corto, mediano y largo plazo
se plantean, con criterios biológicos, socioeconómicos
y de viabilidad política.
Para Guadalupe Sirgo, titular del Coepa, el encuentro "fue
un paso muy importante para la conservación ecológica,
porque de ahí se van a abrir nuevas vertientes, empezando
por la conformación de un directorio de anp actualizado,
la formación de proyectos y programas de rescate, preservación
y difusión del tema, investigación en áreas
específicas, nuevas propuestas de creación de anp,
y más".
¿Cómo
reconocer una anp?
Hay distintas metodologías que permiten la planeación
de las áreas naturales protegidas. Según explicó
Ernesto Rodríguez Luna, director del área académica
Biológico-Agro-pecuaria de la uv, el primer paso es reconocer
en un territorio determinado cuáles son los objetos de conservación;
por ejemplo: determinado ecosistema cuya distribución se
esté reduciendo por diversas actividades humanas, una especie
que se encuentre en peligro de extinción o que tiene un valor
comercial y su aprovechamiento está poniendo en riesgo su
permanencia como población.
De acuerdo con las áreas se puede determinar con qué
modalidad de manejo es conveniente conservarlas. "La reserva
de biosfera es la categoría más incluyente, porque
al mismo tiempo que se asegura la conservación de la biodiversidad,
tenemos zonas donde se permite el uso de los recursos naturales,
siempre y cuando se respete cierta regulación para que sean
sostenidos; sin embargo, hay áreas que excluyen los asentamientos
humanos y que prohíben cualquier tipo de actividad transformadora
del paisaje natural, como son los santuarios, y hay también
modalidades intermedias, como los parques naturales, donde sí
se permiten algunas actividades, pero particularmente recreativas
o de investigación. Todo esto está normado por los
planes de manejo".
Sin embargo, apenas 11 de las 32 áreas naturales protegidas
del estado cuentan con programas de manejo y, de ellos, sólo
algunos se llevan a cabo, reconoció Juan Carlos Andrade Guevara,
secretario técnico del Coepa.
Grandes
retos
Partiendo de la premisa que estableció Antony Challenger,
ponente del seminario, de que para los están-dares mundiales
de conservación "todo lo que se tiene se debe conservar",
el reto es que ese 90 por ciento de devastación ecológica
no se acreciente, es decir, que cuando menos se logre proteger ese
10 por ciento de biodiversidad que aún nos queda.
En algunos casos es alarmante el deterioro, pero lo es más
la desin-formación. "Desafortunadamente no conocemos
mucho de las anp. Sabemos que existen pero no su situación
a detalle. De ahí que este ejercicio haya sido de verdadero
provecho para la protección ecológica", aseguró
Andrade Guevara al reconocer que nuestra sociedad ha dejado de lado
un asunto que es cuestión de supervivencia.
Ya durante el seminario se reconocía la importancia de no
dejar de lado ni siquiera las áreas pequeñas; que
tienen un papel importante que jugar. Se hablaba por ejemplo de
parques ecológicos que, lo creamos o no, son determinantes
para la ecología. Destacable es, sobre todo, el ejercicio
de evaluación y autocrí-tica que todos los participantes
desarrollaron. Éste, a diferencia de otros encuentros, no
pretendió ser una lluvia de propuestas inasequibles o de
elogios mutuos, sino un serio reconocimiento de la situación
que se convierta en el pilar de acciones futuras.
¿Qué
sigue?
Gracias al Primer Seminario Taller de anp se lograron varias cosas.
Desde el punto de vista meramente académico, Rodríguez
Luna explicó: "Para nosotros, hacer este ejercicio no
sólo significa tener un resultado inmediato, sino ir refinando
un instrumento de evaluación, porque muchas veces la validez
de una propuesta conservacionista resulta muy subjetiva. Lo que
tratamos de hacer es crear un instrumento de evaluación".
La titular del Coepa aseguró que, aunque la comisión
no está facultada para sancionar o multar, "seguiremos
cumpliendo con el trabajo de consulta y opinión, y, de ser
necesario, emitiremos recomendaciones", y añadió:
"si hay algo en lo que el Coepa puede apoyar es en sumar esfuerzos
que en ocasiones están dispersos", es decir, gestionar
propuestas y apoyar en cuanto a difusión ecológica
se refiere.
Aquí es importante señalar que no corresponde a la
Universidad Veracruzana aplicar programas de protección ambiental,
aunque en algunos casos lo hace en colaboración con el gobierno
o con organizaciones no gubernamentales (ong), sino que los gobiernos
federal, estatal y municipal tienen como marco de competencia asumir
la responsabilidad en el manejo y la protección de los ecosistemas;
aunque cabe destacar que la labor ecológica universitaria
es asumida por nuestra casa de estudios como parte de su corresponsabilidad
social.
Son muchas las acciones que a futuro se plantean. Sin embargo, en
breve el Coepa publicará las memorias del Primer Seminario-Taller
sobre Áreas Naturales Protegidas de Veracruz, con lo que
se marcará la pauta para futuras reuniones, investigaciones,
programas y proyectos de conservación ambiental; éste,
apenas fue el primer paso.
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