de
la parte mexicana del litoral del Golfo de México.
En el Museo de Antropología de Xalapa, en presencia del secretario
de Educación y Cultura, Juan Maldonado Pereda, y de Enrique
Levet Gorozpe, secretario general del Sindicato del Personal Académico
de la uv (Fesapauv), Arredondo mencionó que la Universidad,
como cualquier organización social, logrará el desarrollo
si todas sus potencialidades están debidamente constituidas
y descentralizadas en un trabajo de equipo.
En el ámbito internacional, añadió, nuestra
casa de estudios cada día llama más la atención
como una institución seria y de excelencia. Prueba de ello
es el creciente interés de diversas universidades del mundo
por asociarse con ella, en esquemas de colaboración académica
y alianzas estratégicas. Estos logros para alcanzar la proyección,
indicó, se han obtenido gracias al trabajo de las entidades
académicas, directivos y estudiantes, pero también
gracias al Gobierno del estado que ha mantenido, aún
en estos tiempos difíciles, su compromiso con la máxima
casa de estudios.
Al reconocer el trabajo, la entrega, la disciplina y el empeño
cotidiano de docentes e investigadores de nuestra casa de estudios,
Arredondo señaló que en la organización universitaria
los liderazgos ejercidos por dichos académicos distinguidos
constituyen el recurso más valioso, pues permitirán
superar los retos y rezagos que todavía se observan en algunas
áreas institucionales.
La Universidad Veracruzana ha reconocido año con año
a los maestros que obtienen los niveles más altos de evaluación
en el sistema de productividad académica implantado por esta
institución. En la ceremonia se entregaron reconocimientos
tanto a los maestros que obtuvieron las mejores calificaciones en
las evaluaciones académicas de los últimos siete años,
como a los que alcanzaron el nivel de excelencia en una encuesta
realizada entre los alumnos: Rosa Elena López Jiménez,
Carlos Alberto Ma-rrufo Gurrutia, Ernestina Quintero Espinoza y
Xóchitl Martínez Ramírez.
Juan Maldonado Pereda centró su discurso en la necesidad
de que los maestros universitarios continúen con la imprescindible
labor de dar luz a las nuevas generaciones de profesionales que
trabajarán en beneficio de su localidad, el estado y el país.
Reconocen
a académicos con trayectoria
El director de Apoyo al Desarrollo Académico, Octavio Ochoa
Con-treras, agradeció a los más de 40 académicos
galardonados por constituir, con su quehacer cotidiano, la actividad
sustantiva y fundamental de la institución, sobre la cual
se funda la capacidad de transformación y cumplimiento de
los fines sociales que persigue nuestra casa de estudios.
Asimismo, informó que los resultados del Programa de Estímulos
al Desempeño Académico, correspondientes a la convocatoria
para el bienio 1999-2001, y los datos acumulados durante el funcionamiento
del programa, permitieron ofrecer un especial reconocimiento a miembros
de nuestra comunidad académica, quienes se han distinguido
por obtener de manera continua la más alta evaluación
de productividad académica.
Los catedráticos reconocidos con diploma y una medalla de
oro por las mejores calificaciones en los últimos siete años
fueron Rafael Lozano González y Adalberto Tejeda Mar-tínez.
Al mismo tiempo fueron galardonados con diploma y medalla de plata
por mantener las máximas notas durante seis años Víctor
Hernández Morales, Domitilo Pereyra Díaz, Íñigo
Verdalet Guzmán, María Susana Domínguez y García,
María Gabriela Nachón García, Santiago Vázquez
Torres, Ragueb Chaín Revuelta, Agustín Gómez
Fuentes, Abel Juárez Martínez, Alberto Olvera Rivera
y José Velasco Toro.
Además les fue otorgado un reconocimiento a 13 catedráticos
por cinco años de permanente labor de calidad: Gustavo Félix
López, Godeleva Rosa Ortiz, Rafael Jiménez, Roberto
Oropeza Olivares, Miguel Vélez Arceo, Patricio Mendoza Morales,
Timothy McKeown Nolan, Mikhail Medvid, Carmen Enríquez Lara,
Federico Roesch, María Isabel Aranda, Dora Trejo Aguilar,
Ana Lilia Ulloa Cuéllar y Enrique Hernández Guerson.
A nombre de los premiados, Adal-berto Tejeda Martínez reconoció
que en los últimos cinco años se ha producido el cambio
de mentalidad que es el inicio de una nueva cultura universitaria
que ha incorporado como máxima que el éxito de cualquier
maestro dependerá de que sus estudiantes aprendan a
aprender por sí solos; que el quehacer debe estar más
abierto al cotejo externo, si es posible internacional; que el trabajo
docente debe incorporar las tecnologías informáticas,
y que el número de horas frente al pizarrón no es
garantía de aprendizaje.
|