Sin
duda, el humanista asume un compromiso por diagnosticar su situación
histórica. Da otras alternativas en la comprensión
de los hechos, desnuda los argumentos falaces, intuye las causas
y efectos de los procesos históricos, ofrece soluciones.
Examina al individuo dentro de un contexto específico y
nunca rehuye los grandes problemas nacionales.
De allí la pertinencia de las humanidades en la construcción
de una sociedad más justa, democrática y multicultural,
a pesar de la opinión tan negativa que priva sobre ellas,
al calificárseles de poco productivas en cuanto
a la generación de capital. Bajo tal argumento falaz intentan
desapa-recerlas, cuando el motivo verdadero reside en que han
denunciado la filosofía salvaje del neoliberalismo y la
globalización.
Con motivo del Segundo Coloquio Nacional de Hermenéutica
Compresión cultural de Latinoamérica,
que se realizó en la Unidad de Humanidades de la uv, los
filósofos Mauricio Beuchot, de la unam, y Samuel Arriarán,
de la Universidad Pedagógica Nacional, opinaron sobre el
homenaje que esta actividad rindió a la figura del pensador
alemán Hans-Georg Gadamer quien con la publicación
de Verdad y método (1960) se constituyó en uno de
los pilares de la hermenéutica, y en qué medida
esta disciplina humanística ayuda a la comprensión
de la realidad latinoamericana.
Para Mauricio Beuchot, la importancia de Gadamer testigo
de la cultura contemporánea, pues falleció hace
unos meses, a la edad de 102 años consiste en haberle
dado a la hermenéutica un estatuto de cientificidad,
de disciplina que sirve para la comprensión filosófica.
Debido a que su terminología no es entendida por la mayoría,
la hermenéutica ha sido muy criticada, incluso hay cierta
reticencia frente a ella. Estamos intentando plantear una
hermenéutica desde América Latina con una terminología
propia, perdiéndole el miedo a esos términos difíciles
que le ha dado la cultura europea y trasvasando las categorías
y conceptos más accesibles para nosotros.
La hermenéutica, aclaró Beuchot, no sólo
tiene implicaciones en la filosofía política y en
la ética, sino que también posee presupuestos antro-pológicos.
Supone a un sujeto libre, suficientemente comprometido con
el diálogo, con la conversación. Supone también,
desde el lado antropológico, una flexibilidad en las creencias,
en las argumentaciones, y de ahí tiene cabida un diálogo
simétrico, democrático, que nos va a tratar de enriquecer.
Gadamer es uno de los principales filósofos que han
defendido todavía los valores de una cultura humanista;
ignorar a un pensador de su dimensión es algo imperdonable.
Justamente en un momento de crisis, de descrédito de los
paradigmas humanistas, reivindicar a filósofos humanistas
como él es algo que es necesario enseñarles a las
nuevas generaciones, pues no todo está perdido, hay quienes
todavía defienden las humanidades, la filosofía
y su utilidad en la vida social, afirmó Samuel Arriarán,
postulador de la hermenéutica analógica barroca
aplicada a la educación.
Una de las aportaciones que han dejado Gadamer y otros pensadores
hermenéuticos, apuntó, es la de llevar a la práctica
esta disciplina a campos como la educación. Los filósofos
no podemos evadir esta responsabilidad, puesto que las autoridades
académicas, universitarias e incluso del mismo gobierno
nos demandan que el conocimiento humanístico como la hermenéutica
tenga fines útiles a la sociedad.
Aplicar la hermenéutica a la educación en la universidad,
a decir de Arriarán, permite cambiar las relaciones entre
maestros y alumnos. En vez de una educación autoritaria,
vertical, lo que la hermenéutica enseña es a dialogar,
a respetar los puntos de vista de los estudiantes. El maestro
no siempre tiene la razón, y la hermenéutica sirve
para que los estudiantes sepan argumentar y hacerse respetar con
sus propias opiniones, aunque sean diferentes de los razonamientos
de sus maestros. Eso es lo que se busca en los centros educativos:
hacer una relación más humana, una educación
basada en el diálogo y la tolerancia, no en el autoritarismo.
Incluso en la administración educativa da buenos resultados,
puesto que el trato que da el funcionario a quienes van a pedir
sus servicios es siempre despótico y burocrático.
Empero, no se puede negar que la intolerancia, el odio, la muerte,
la marginación y la represión son condiciones de
la actual situación latinoamericana. Si la hermenéutica
propicia el entendimiento entre todos los seres humanos, entonces
¿qué debe hacer para resarcir tal panorama?
Samuel Arriarán subrayó: En el mo-mento actual,
en un proceso de globa-lización y de neoliberalización,
lo que se impone es una relación destructiva entre la gente;
se trata de destruir al otro porque esa es la ley de competencia
de la sociedad capitalista. Sin embargo, la hermenéutica
también busca una nueva forma de sociedad, en la que las
relaciones en esquemas de competencia y de destrucción
de los individuos cambien a la convivencia pacífica.