Octubre-Diciembre 2005 , Nueva época No. 94-96
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Agrónomos de la UV apoyan a productores
Buscan cura contra el virus de la tristeza en cítricos

Juan Carlos Plata

La investigación está enfocada a crear nuevos patrones de naranja que sean más resistentes al CTV

La investigación realizada en la Facultad de Ciencias Biológicas pretende generar nuevos patrones de naranja que sean resistentes al virus de la tristeza.
Tuxpan, Ver.- La Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Veracruzana, región Poza Rica-Tuxpan, a través de la carrera de Ingeniería en Agronomía, trabaja en una investigación que pretende generar nuevos patrones de naranja que sean resistentes al virus de la tristeza en cítricos (CTV), enfermedad considerada como la más importante en el ámbito mundial, afirmó Julio César González Cárdenas, director de la carrera.
 

“El trabajo que estamos haciendo en la facultad surgió a partir de la preocupación de los productores agrícolas de la zona por la enfermedad, es decir, la Asociación de Citricultores le propuso a la Facultad de Ciencias Biológicas trabajar coordinadamente en la búsqueda de alternativas de producción más resistentes”, informó González Cárdenas.

Como consecuencia de dicha solicitud, señaló, la facultad habilitó una superficie de dos hectáreas para el proyecto de investigación, y ahí se están estudiando diferentes variedades de cítricos. “Actualmente, ya tenemos considerados siete patrones –injertos que mejoran la resistencia– de los cítricos que más se producen en la región, y se va a evaluar su desempeño y resistencia ante la enfermedad”.

La inquietud de los productores se debe a que la naranja que más se produce en el norte del estado de Veracruz es el naranjo agrio o “cucho” y, precisamente, esta variedad de cítricos es la más susceptible de sufrir el virus de la tristeza; incluso, en Chile se prohibió el injerto de naranjo dulce con el agrio para evitar que esta enfermedad llegara a los campos de producción.

“Hace algunos años, el CTV acabó con la mayor parte de la producción agrícola de Brasil. Ahora, se cree que en la región norte de Veracruz ya existe esta enfermedad. Lo que ha detenido su propagación es que aquí hay una muy baja incidencia de una especie de insecto conocido como pulgón, que es el que transmite el virus, ya que llega a una planta enferma, succiona la savia y, al ir a otra planta sana y clavar su estilete, la contagia”, explicó el director de Ingeniería en Agronomía.

La finalidad de la investigación es que los productores sepan que hay otros patrones con los que se puede tener una buena producción. “Hemos encontrado cierta resistencia de los productores a cambiar sus plantaciones de naranjo agrio por miedo a que la nueva opción no sea tan rentable como la que ya manejan, por lo que la investigación que estamos realizando también incluye estudios de viabilidad de producción de los patrones que estamos analizando”, dijo.

González Cárdenas comentó que la intención de la parcela demostrativa es poder ofrecer a los productores alrededor de 39 combinaciones diferentes de los cítricos que más se producen en la región, y aseguró que ya tienen variedades como la naranja Mónica y la Valencia, las cuales cuentan con un patrón tolerante a la enfermedad. “En la parcela de la facultad, estamos trabajando naranja, toronja y mandarina con diferentes patrones, que son algunos de los que ya han sido utilizados en otros lugares, como California o Brasil”.

El virus de la tristeza
Bautizado en los años treinta para describir un síntoma de los cítricos consistente en un rápido decaimiento, este síndrome se asoció, en 1946, a un virus transmitido por áfidos, denominado “Tristeza de los cítricos”, el cual ataca los tejidos conductores de la planta, principalmente.

Los primeros síntomas externos de las plantas afectadas por este virus son: hojas de coloración verde opaca, clorosis de la nervadura central, consistencia coriácea y caída de las hojas. Posteriormente, a partir del segundo año después de la infección, la planta comienza a mostrar pérdida de vigor.

Todos estos síntomas son consecuencia de la acción del virus que afecta los vasos conductores y sus células acompañantes. Éstos, al perder consistencia, se aplastan, lo cual provoca hipertrofia y, en consecuencia, falta de agua y de nutrientes en la zona radicular.

El CTV es un miembro del grupo de los closterovirus que se caracterizan por tener partículas filamentosas de 2 000 nanómetros de largo y 30 nanómetros de ancho, y que se diseminan en la naturaleza mediante áfidos vectores. Además, el virus presenta varias razas diferenciadas por sus características serológicas y severidad de ataque.