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Incluso
al de las moscas
El
reloj biológico humano es igual al de los animales
Juan Carlos Plata |
En
el IIB de la UV estudian los ciclos circádicos de los conejos,
investigación dirigida por Mario Caba y apoyada por los Institutos
de Salud de los Estados Unidos
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Los
genes que controlan el reloj biológico de los seres humanos
son exactamente iguales a los de conejos y de todos los animales,
incluso a los de las moscas, por lo que es posible hacer experimentos
sobre el funcionamiento de este reloj interno que regula las funciones
del cuerpo en animales y compararlos con los resultados que se tendrían
en humanos, aseguró la investigadora del Departamento de
Psicología de la Universidad de Columbia, Rae Silver.
La especialista norteamericana está trabajando como asesora
en el Laboratorio de Biología de la Reproducción,
del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de la Universidad
Veracruzana (UV), en un proyecto sobre el funcionamiento de los
ritmos circádicos del reloj biológico en conejos –a
cargo de Mario Caba, miembro del IIB–, que fue aprobado por
los Institutos de Salud de los Estados Unidos para los próximos
cinco años. |
Rae
Silver, investigadora del Departamento de Psicología de la
Universidad de Columbia. |
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Rae Silver afirmó que desde hace años se sabe que
hay un reloj en el cerebro que organiza todas las funciones fisiológicas
y de comportamiento del cuerpo, para que todo ocurra en el momento
correcto, pero se tiene la impresión de que nos despertamos
y nos vamos a dormir por estímulos externos, como por ejemplo
la luz solar; sin embargo, esto no es así, porque si estuviéramos
en una cueva totalmente oscura, sin la intervención del
medio, también dormiríamos y despertaríamos
en ciclos de 24 horas.
“Los ciclos circádicos son dictados por el cerebro
y son endógenos, independientes de los estímulos
ambientales. Cuando se tiene el estímulo ambiental, en
este caso la luz, el reloj se vuelve a ajustar al horario local,
pero sin el estímulo externo, el reloj corre de acuerdo
con el ritmo endógeno, que también tiene una duración
de 24 horas, aproximadamente.
”La duración de los periodos del reloj de cada quien
puede tener ciertas variaciones (el ejemplo más básico
es que hay gente que necesita dormir más y otras, menos),
pero básicamente es igual; genéticamente está
determinada en la especie, y nuestros relojes del cerebro necesitan
los mismos estímulos para sincronizarse”, señaló
la investigadora estadounidense.
Todo en el cuerpo está organizado de manera temporal, dijo.
En el reino animal, cada especie tiene sus actividades temporalizadas,
es decir, cada función en el cuerpo está temporalizada
para optimar las fuentes de energía. En el cuerpo no todo
trabaja al mismo tiempo, y precisamente la función del
reloj del cerebro es organizar el cuerpo.
Por otra parte, cabe señalar que, según las últimas
investigaciones –una de ellas la que se realiza en el Laboratorio
de Biología de la Reproducción del IIB de la UV–,
se cree que otro signo que ajusta el reloj biológico del
cuerpo es la comida.
“Una de las cosas que hemos aprendido últimamente
es que antes de comer, el cuerpo está listo para digerir
comida, pero si no está preparado, el metabolismo del proceso
de digestión no es bueno. El reloj circádico es
el que determina el momento en que se debe liberar una hormona
que es importante en el proceso digestivo (la grelina), y esto
pasa incluso antes de que uno tenga la sensación de hambre,
es decir, el cuerpo se prepara desde antes para recibir los alimentos”,
explicó Rae Silver.
La
investigación en el IIB
El proyecto que dirige Mario Caba consiste en estudiar los ciclos
circádicos de los conejos, animales que, según la
investigadora de la Universidad de Columbia, “son un excelente
sistema para analizar las señales de la comida, porque
reaccionan de manera muy exagerada a la hora de comer. Estos animales
son alimentados una vez al día, a diferencia de otras especies,
y el periodo de lactancia es de apenas de dos o tres minutos,
tiempo en el que ingieren hasta una tercera parte de su peso en
comida.
”Poco antes de que su madre llegue para alimentarlos, las
crías tienen una actividad motora muy importante, y en
este caso el alimento es el estímulo; aquí la luz
no es un estímulo porque los conejos mantienen los ojos
cerrados aproximadamente 10 días después de nacer”.
El objetivo de la investigación es determinar, pues, qué
mecanismos cerebrales se activan para que los conejos puedan “predecir”
la cercanía de la hora de alimentarse y su cuerpo se prepare
para recibir el alimento.
Para Rae Silver el estudio del reloj que controla las ciclos circádicos
es sumamente interesante, ya que en la actualidad se sabe cuáles
son los genes responsables de los cambios diarios, su localización
en el cerebro, y cuáles son las respuestas fisiológicas
y de conducta que se ven afectadas; además, es un sistema
que se puede estudiar desde el nivel de eventos moleculares que
se dan por la activación de genes, hasta el nivel de comportamiento
del individuo.
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