Boca
del Río, Ver.- Pese al avance de la tecnología
médica, el cáncer cervicouterino causado por el
virus del Papiloma Humano (VPH) sigue ocupando el primer lugar
nacional en la lista de causas de muerte en mujeres, mientras
que en Veracruz se coloca en el segundo sitio. A pesar de estas
cifras, la mayoría de las mujeres aún no han logrado
vencer el miedo ni la apatía que les impiden realizarse
periódicamente el examen del Papanicolau.
Gustavo Méndez Machado, jefe de la Dirección de
Investigación de la Unidad 14 del Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS), lamentó el hecho “porque este
tipo de cáncer es uno de los más fáciles
de tratar cuando se detecta a tiempo”.
En el Instituto de Medicina Forense de la UV, Guadalupe Melo Santiesteban
trabaja, junto con investigadores del IMSS y de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), en el desarrollo
de una técnica de biología molecular para detectar
si el VPH de la portadora pertenece a la categoría de alto
o bajo riesgo y, con ello, decidir el tratamiento a seguir.
“Por medio de una técnica de biología molecular
(citología de base líquida bajo inmunoestoquímica
con P16), es posible detectar la proteína P16 que se encuentra
en las células epiteliales afectadas por el VPH. Según
la cantidad, el estudio revela una gama de colores café,
que van desde el claro, que indica bajo riesgo, hasta el café
oscuro, que señala alto riesgo“, explicó la
investigadora.
La muestra se toma de las secreciones del canal vaginal y se analiza
en el Laboratorio de Inmunoestoquímica del Instituto de
Medicina Forense, que trabaja con dos poblaciones: la controlada,
que son pacientes del IMSS, y la abierta, constituida por mujeres
que no cuentan con cobertura médica.
Hasta el momento se ha detectado que, en la población controlada,
la mayoría presenta virus de bajo riesgo. “Faltan
los hallazgos en la población abierta, con lo cual podremos
definir el tipo de virus y determinar si están en el mismo
porcentaje las dos poblaciones”.
Aunque existen más de 100 virus reportados en la literatura,
sólo 13 son oncogénicos, es decir, pueden provocar
cáncer cervicouterino, y el bajo o alto riesgo determina
la clase de manejo: evitar la cirugía cuando no es necesaria
o tratar el virus de una manera más conservadora, aseguró
Melo Santiesteban. “Con el tratamiento correcto –que
dura alrededor de dos años– y eliminando los agentes
causantes o condicionantes, el VPH de bajo riesgo puede ser combatido,
lo cual evita acciones como la histerectomía o la eliminación
del cuello de la matriz”.
Finalmente, la investigadora del Instituto de Medicina Forense
informó que el inicio de actividad sexual a temprana edad
y el tener varias parejas son los principales factores para contraer
el VPH.