La finalidad era encontrar vestigios prehispánicos que,
según estudios previos, se hallaban en la diversa y rica
composición de los cuerpos acuíferos de la entidad,
que van desde manantiales, ríos y esteros hasta enormes
lagunas, cuyas riberas y alrededores fueron habitados en épocas
antiguas por diversos grupos étnicos que veneraban el agua
con distintas ofrendas.
Ana Catalina Celis Hernández, egresada de la carrera de
Arqueología de la UV e integrante del equipo de investigaciones
subacuáticas de esta institución, comentó
que en todos estos afluentes existen materiales culturales sin
rescatar, que eran depositados en sus profundidades con fines
religiosos, tal y como lo demuestran los vestigios que ya fueron
exhibidos en el Museo de Antropología de Xalapa (MAX),
en la exposición “Arqueología subacuática,
trabajos de la Universidad Veracruzana”, la cual estuvo
integrada por 36 piezas encontradas en las más recientes
investigaciones llevadas a cabo en Arroyo Pesquero, Ojo de Agua
Grande y El Zapote, y que se conservan en las bodegas del MAX
y en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales
(IIHS) de la UV.
El
Papaloapan resugarda parte de nuestro pasado
Fue en el río Papaloapan donde los egresados de la UV,
Ana Celis y Jesús Rebolledo Rivera, bajo la coordinación
Pedro Jiménez Lara, miembro del IIHS, hicieron una investigación
gracias a la cual encontraron numerosas piezas.
Los estudiantes explicaron que lo característico de las
piezas, cuyo estado de conservación es muy bueno, a pesar
de haber estado bajo el agua tanto tiempo, es que miden 20 centímetros
y que muchas son figurillas con forma de mujer, las cuales portan
una vestimenta muy peculiar y elaborados tocados.
Una vez halladas, informaron, las piezas no fueron extraídas
de inmediato, ya que primero estudiaron el contexto del sitio
donde fueron localizadas, además de que algunas piezas
las dejaron tal y como las encontraron por respeto al sitio arqueológico.
Posteriormente, con las piezas que sacaron, siguieron un tratamiento
muy especial para estabilizarlas y poder contemplarlas en el exterior.
Nuevas
líneas de investigación en arqueología
Ana Celis Hernández comentó que, a partir de los
rescates realizados por la UV, decidió comenzar una nueva
línea de investigación en arqueología subacuática,
en colaboración estrecha con la Subdirección de
arqueología Subacuática de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM).
El proyecto, que también está a cargo de Pedro Jiménez
Lara, tiene como origen las propuestas del IIHS e intenta mostrar
los trabajos realizados desde los años sesenta, para dar
cuenta de la evolución de la disciplina, desde la conformación
del equipo de buceo hasta la manera de realizar en campo las investigaciones
y, sobre todo, cómo se ha mantenido en las nuevas generaciones
el interés por el rescate y estudio de los vestigios prehispánicos.
Dentro del mismo proyecto, cabe la propuesta de que nuestra casa
de estudios sea la única universidad del país en
ofrecer una especialidad en arqueología subacuática,
ya que en México sólo el INAH y la ENAH ofrecen
cursos de buceo con estos fines.
Por otra parte, actualmente, el Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH), en coordinación con investigadores de
la UV, sigue fomentando el trabajo conjunto de varias disciplinas
para enriquecer la información y los resultados de diferentes
investigaciones.
Tal es el caso del proyecto de la Flota de la Nueva España
(1630-1631), que se realiza en el Puerto de Veracruz y para el
que se necesitó la colaboración de oceanógrafos,
biólogos, geógrafos, historiadores y personal de
la Marina de México, con cuyas aportaciones se conformó
una base de datos que permite no sólo conocer el tipo de
condiciones meteorológicas que pudieron actuar en el naufragio
de tal o cual embarcación, sino también hacer hipótesis
sobre el rumbo tomado, de acuerdo con las cartas de navegación
que se conservan en los archivos.