La
prolina, un compuesto orgánico que permite que las plantas
capten y mantengan agua y nutrientes en cantidades superiores,
aumenta más de 300 por ciento con la aplicación
de hongos micorrízicos en las raíces de las plantas,
como demostró una investigación realizada por estudiantes
de la Universidad Veracruzana (UV) en algunas especies desérticas.
Aunque reconoció que futuros trabajos son necesarios para
esclarecer los mecanismos involucrados en esta relación,
Jacob Bañuelos, uno de los autores del estudio, aseguró
que con base en los resultados obtenidos se podría suponer
que a mayor colonización de los hongos micorrízicos
(HMA) más producción de este aminoácido.
Jacob, quien cursa el tercer semestre de la carrera de Biología
en la UV, explicó que las micorrizas (hongos que únicamente
pueden vivir en las raíces vivas de las plantas, por lo
que dependen totalmente de la fotosíntesis de ellas) son
captadoras de fósforo, cobre y zinc, principales nutrientes
de las plantas, barreras para el desarrollo de enfermedades de
la raíz y reductoras de la tensión fisiológica
causada por condiciones ambientales extremas.
Junto con su compañera Guadalupe Sosa Valencia, Jacob ha
demostrado que las micorrizas también aumentan, indirectamente,
la capacidad de la planta para captar y mantener el agua, un descubrimiento
vital para muchas especies del campo veracruzano que sufren las
consecuencias de largas sequías.
Los resultados de este trabajo fueron presentados por primera
vez en el Congreso Latinoamericano de Micología, en Brasil,
al que asistieron los dos estudiantes gracias al apoyo de autoridades
de la Facultad de Biología y de la Rectoría de nuestra
casa de estudios. Ahí, explicaron a expertos en micología
que las respuestas de las plantas a la deshidratación son
diversas y complejas, incluida la acumulación de sustancias
como la prolina, cuya concentración se incrementa notoriamente
en condiciones de sequía, en alta o baja temperatura, así
como por diferencias nutrimentales.
Según Jacob, los hongos micorrízicos están
asociados con plantas de regiones áridas, regiones que
se caracterizan por su microhábitat centrado en plantas
nodrizas y por la integración de semilleros de hongos de
varios tipos dentro de una comunidad vegetal, pues incrementan
su sobrevivencia.
De acuerdo con el estudiante, los hongos mejoran el crecimiento
de las plantas a través de la entrada de nutrientes y agua,
al tiempo que permiten la tolerancia a la sequía: “A
pesar de que las raíces de las plantas micorrizadas acumulan
más prolina en sus tejidos que las que no tienen estos
hongos, el conocimiento que tenemos acerca de este proceso es
escaso, por lo que creo que muchos estudios son necesarios para
integrar la función de los HMA con el sistema planta-suelo-hongos
en los desiertos”.
Cabe señalar que el objetivo de esta investigación
fue comparar el porcentaje de desarrollo de hongos micorrízicos
y la cantidad de prolina en dos plantas con diferente metabolismo
(Neobuxbaumia tetetzo y Mimosa luisana), para lo cual siguieron
un procedimiento científicamente riguroso.
El trabajo de campo, informó el universitario, fue realizado
en la reserva de la biosfera de Tehuacán-Cuicatlán,
en Puebla, donde se tomaron muestras de seis individuos de cada
especie. Posteriormente, llevaron a laboratorio las muestras para
inducir la colonización de micorrizas. Este sitio fue elegido
por el equipo de trabajo porque es una zona árida importante
de México, que presenta un alto porcentaje de endemismo
de plantas (más de 3 000) y la vegetación dominante
es el matorral.