Mediante
técnicas de destilación y diferentes procesos de laboratorio,
alumnos de Ingeniería Química (IQ) de la Universidad
Veracruzana (UV) crearon el primer extracto comercial de epazote,
una nueva presentación de esta hierba aromática que
alargará su vida útil y conservará, al mismo
tiempo, todas sus propiedades nutricionales y medicinales sin conservadores
químicos.
El producto procesado tiene muchas posibilidades de tener éxito
en el mercado, porque hasta ahora no existe ninguno igual, aseguró
Juan Schuster Fonseca, director del Fondo de Empresas Universitarias,
quien informó que la UV ayudará a los estudiantes
a “incubar” una empresa que lo produzca y comercialice.
La nueva presentación (un extracto en aceite envasado) podrá
sustituir a la tradicional “ramita de epazote” fresco,
que tiene la desventaja de que no se puede conservar por mucho tiempo
y no tiene ningún control de calidad, según explicaron
Daniela Alarcón Heredia, Miguel Chávez Estudillo,
Gerardo Peredo Valdés y José Manuel Vargas Medellín,
los universitarios del noveno semestre de IQ que crearon el producto.
De acuerdo con sus proyecciones de mercado, la actual demanda del
epazote garantiza el éxito de la comercialización
del extracto, pues el aceite esencial resultaría mucho más
práctico por su duración, y es que a pesar de no contener
conservadores químicos, calcularon que su duración
oscilaría entre los seis y siete meses.
También sería más económico que el natural:
considerando los estudios económicos, un gotero de 15 ml
podría tener un costo aproximado de 15 pesos. Además,
sería un producto de más calidad que el natural, ya
que el proceso de producción industrial implica la selección
y limpieza de las hojas aromáticas.
El epazote se utiliza frecuentemente en la cocina mexicana y es
usado tradicionalmente como vermífugo, es decir, como antiparasitario.
Otra de sus ventajas es la disponibilidad de la materia prima, ya
que esta planta (Chenopodium ambrosioides) se mantiene verde todo
el año, nunca pierde sus hojas, florea en tiempo de lluvias
y es capaz de retoñar después de un corte.
Los creadores del extracto comentaron también que esta hierba
aromática –nativa de Mesoamérica, según
reporta la literatura científica– conserva todas sus
propiedades luego del proceso de extracción, es decir, la
energía, proteínas, grasas y carbohidratos que tiene
en su estado natural, así como sus proporciones de calcio,
hierro, tiamina, riboflavina, niacina, ácido ascórbico
y retinol.
De acuerdo con los estudiantes, la tecnología para la obtención
de aceites esenciales no es compleja, porque comprende sólo
operaciones de transferencia de masa y calor (destilado, condensado
y decantado), así como operaciones mecánicas (cortado
y molienda), de ahí que consideren que, por no ser una tecnología
compleja y por estar considerando la instalación de una planta
piloto en una población de la región (Acajete), el
monto de la inversión será atractivo para los inversionistas.
“Creemos que podrían sumarse a nuestro proyecto, pues
estamos considerando una inversión
asequible, para echar andar una planta se necesitarían cuatro
millones de pesos, aproximadamente”.
Fuentes
de trabajo
Uno de los principales objetivos de este proyecto, y de muchos otros
que jóvenes de la Facultad de Ingeniería Química
han propuesto, es la creación de fuentes de empleo, como
lo señalaron también los creadores del extracto, quienes
resaltaron que emprender un proyecto de tal naturaleza podría
aliviar, en parte, el problema de desempleo y, al mismo tiempo,
participar en el incremento de las exportaciones no tradicionales
con la consecuente captación de divisas para el país.
Según sus cálculos, la planta piloto que piensan instalar
en Acajete tendría 25 empleados inicialmente, pero este número
podría crecer a medida que la empresa se consolide. Además,
su visión va más allá del extracto de epazote,
pues piensan también realizar investigaciones con otras materias
primas para la obtención de aceites esenciales. |