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Miseria
e ignorancia impiden la democracia; deberían considerarse
ilegales: Savater
Edgar
Onofre |
La
UV otorgó el doctorado Honoris Causa al filósofo español,
“un defensor radical e inteligente de la democracia”:
Arias Lovillo
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Fernando
Savater recibió el doctorado Honoris Causa de la máxima
casa de estudios del estado de Veracruz. |
No
hay democracia mientras existan la miseria y la ignorancia; ambas
excluyen al individuo del ejercicio democrático y deberían
considerarse ilegales, al igual que la esclavitud, aseguró
el filósofo español Fernando Savater, durante la ceremonia
en que la Universidad Veracruzana (UV) le otorgó el doctorado
Honoris Causa, su máxima distinción académica.
En sesión solemne del Consejo Universitario General (CUG),
realizada el 7 de diciembre, Savater afirmó que la lucha contra
la pobreza y la ignorancia no es cuestión de altruismo, sino
un elemento básico para la democracia, y como ejemplo citó
al economista canadiense John Kennet Galbraith: “Todas las democracias
sienten miedo de la influencia de los ignorantes”. Sin embargo,
explicó que por ignorancia debe entenderse aquella que impide
expresar nuestras demandas con claridad, escuchar las peticiones de
los demás y valerse de la argumentación y la persuasión,
y aquella que no posee más información que la que ofrece
la página deportiva de los diarios. |
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Frente a representantes universitarios que conforman el CUG, encabezados
por el rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, y ante el gobernador
del estado, Fidel Herrera Beltrán, el filósofo se
refirió a la situación latinoamericana: “América
Latina no necesita caudillos, sino buenos líderes políticos,
pero es fundamental salir de la ignorancia para no caer en manos
de caudillos que fascinan”, y añadió que “en
la democracia, todos somos políticos. Los malos políticos
son responsabilidad nuestra: los elegimos y no los revocamos.
La costumbre es que los candidatos propongan, cuando somos nosotros
quienes debemos proponer y exigir que se comprometan con nuestras
necesidades”.
No obstante, dijo, en la democracia la población tiende
a evitar sus responsabilidades y muestra pereza política,
mientras otros toman las decisiones importantes. En este sentido
señaló que existen dos tipos de pereza: la del optimista
que piensa que el tiempo lo resolverá todo, “a pesar
de que el tiempo no resuelve los problemas, acaso los pudre”,
y la pereza del pesimista –“el cual goza de mayor
prestigio”–, quien cree que frente a las multinacionales,
el capitalismo y el presidente (George) Bush nada podemos hacer
y que todo está destinado al fracaso.
Al respecto, se declaró un pesimista activo y en lucha
contra el optimismo y el pesimismo irracionales, al tiempo que
criticó a quien condena y no se mueve (para hacer algo)
por resultar absurdo. Asimismo, retomó el Poema del Mío
Cid para advertir que “debemos ser bocas con manos y mostrar
a los jóvenes que muchas cosas se pueden hacer en la democracia”,
herramienta que sirve para conocer y transformar la realidad,
no para echarse a dormir.
Luego de mencionar que la educación “no resuelve
todos los problemas”, pero en la solución de éstos
siempre interviene en alguna medida, habló sobre su tarea
docente, la cual ha ejercido durante 30 años: “Lo
que menos mal hago es ser maestro, pero no en el sentido honorífico,
sino en el más simple, el de maestro de pueblo, porque
entiendo la ignorancia –y la tengo–. Los sabios no
son buenos maestros porque consideran la ignorancia como un insulto”.
Por otra parte, explicó que recibir el Doctorado Honoris
Causa en México, país al que lleva “30 años
afiliado”, según su propia expresión, es de
una particular importancia para sí mismo. “En México
he compartido mucho, he hablado mucho, he bebido mucho y he amado
algo (…) Ya no podría imaginar mi vida sin México
desde hace muchos años; de modo que este honor que me hacen
ustedes, sepan, en cualquier caso lo hacen a uno de los suyos.
Yo me siento como parte de México desde hace mucho, y ahora,
en concreto, parte del claustro de esta digna casa de estudios,
de esta Universidad Veracruzana”.
Savater,
defensor radical e inteligente de la democracia: Arias Lovillo
Como Octavio Paz en México y como Mario Vargas Llosa en
Perú, Fernando Savater ha sido en España un defensor
radical e inteligente de la democracia como forma de vida social,
aseguró el rector de la Universidad Veracruzana, Raúl
Arias Lovillo. “Lo ha sido en un país que tiene una
enorme deuda con la democracia, luego de la larga noche del franquismo
y de los delirios y las fantasías de nacionalismos fanáticos
e intolerantes. Esto le confiere un significado y un valor especiales
a su labor. El precio que como individuo ha debido pagar ha sido
alto. No importa, más allá de los riesgos que ha
debido correr, le queda la satisfacción de ser consecuente
con lo que cree y de expresar libremente lo que piensa. En eso
radica precisamente la democracia”.
Sin embargo, afirmó que defender la democracia no ha sido
una tarea fácil, sino compleja, incomprendida y tratada
injustamente. Ha sido una labor a contracorriente que han tenido
que asumir las minorías, “tan lúcidas como
valientes, sí, pero también minorías atacadas,
vilipendiadas e, incluso, asesinadas.
Los obstáculos, las acechanzas, los riesgos que la construcción
de la democracia ha tenido que sortear han sido también
–toda proporción guardada– los obstáculos,
las acechanzas, los riesgos que sus defensores han tenido que
enfrentar”. A pesar de todo ello, dijo, la democracia “ha
sido, es y puede seguir siendo una realidad”.
El rector de la UV señaló que si tuviera que elegir
entre el Savater filósofo profundo y esclarecedor, el ético
que es al mismo tiempo un catedrático, el ensayista literario
lúcido y agudo, el novelista y dramaturgo, el polemista
de artículos periodísticos tan finos como acertados,
“por supuesto, me quedo con todos. No en balde André
Glucksmann lo llamó el Sartre español”.
Finalmente, destacó tanto el legado cultural que la obra
del filósofo español representa para los seres humanos
comprometidos con la construcción de un mundo más
habitable, como el hecho de que una pequeña pero importante
parte de su obra circule bajo el sello de nuestra casa de estudios:
Apóstatas razonables, A decir verdad y el prólogo
de La isla del tesoro de Stevenson.
Poner
la sociedad al servicio del individuo, la convicción de
Savater: Héctor Subirats
Poner la sociedad al servicio de los fines del individuo, “rescatándole
de su sacrificio irrestricto y ciego”, es convicción
de Fernando Savater, señaló el filósofo mexicano
y representante de la UNAM en Madrid, Héctor Subirats,
durante la semblanza que hizo de su homólogo español,
condecorado por nuestra casa de estudios con el doctorado Honoris
Causa.
“Defensor incansable de los derechos humanos, es decir,
de los derechos del individuo frente al absolutismo tribal, dicho
para enojo de quienes disfrutan con el calor del establo”,
Fernando fue para mí “alguien que dijera en mi lengua,
por fin, todo lo que detestaba de la academia y de la verborrea
seudoizquierdosa que padecía yo en una facultad que más
bien carecía de cualquier facultad.
”Es un experto en transmitir, con precisión y fluidez,
todo aquello que la pedantería académica convierte
en palabrería hueca. Dicho de otra manera, Savater consigue
que lo que parece sólo para iniciados vuelva a la polis
contribuyendo a profundizar el diálogo público de
los ciudadanos”, precisó.
Subirats destacó que Savater opone a la prédica
y la creencia, la vivencia de la insumisión: “Frente
a los tratadistas cuyos diplomas sólo prueban que poseen
un diploma de limitación, aparece alguien que considera
que filosofar es hacer de la curiosidad una virtud. La obra de
Savater representa desde el principio, entre la grisura de los
manualistas, la osadía de un pensamiento racionalista,
cuya ética se basa en la alegría y la vida, creyendo
en un ser humano que pueda vencer las servidumbres a las que parece
destinado”.
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Añadió
que una de las cualidades del filósofo es que su discurso está
elaborado de manera que quienes no son especialistas puedan seguir
sus argumentaciones, asentir o discrepar, rechazar o compartir las
sospechas y las certezas que se comunican. Además, agregó,
a Savater le sobran las banderas, no le basta una causa y, quizá,
un aforismo de Lichtenberg lo defina: “Aunque mi filosofía
tampoco descubra nada, al menos tiene suficiente corazón para
considerar inexistente los pensamientos establecidos”.
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El
filósofo español, flanqueado por sus anfitriones,
muestra el reconocimiento que le fue entregado por el rector de
la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo. |
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