Cuatro
académicos de la Universidad Veracruzana (UV), especialistas
en diversas áreas, fueron designados como nuevos miembros
de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), órgano que reúne
a los más destacados científicos de la nación,
de acuerdo con la información difundida por la propia AMC
en su portal de Internet.
En el área de Ciencias Exactas fue aceptado Alejandro Raúl
Hernández Montoya, del Departamento de Física e
Inteligencia Artificial, mientras que en Ciencias Naturales lo
fue Pablo Pacheco Cabrera, del Instituto de Investigaciones en
Neuroetología. En las áreas de Ciencias Sociales
y Humanidades fueron admitidos los investigadores Félix
Báez-Jorge, del Instituto de Antropología, y Alberto
Javier Olvera Rivera, del Instituto de Investigaciones Histórico
Sociales (IIHS).
Para el antropólogo Báez-Jorge, el nombramiento
le significa mayor responsabilidad con la universidad. “Mi
trayectoria académica y mis alumnos me obligan a dar un
mayor rendimiento en mis investigaciones y en mi trabajo de docencia.
Además, tengo responsabilidad con el contexto social donde
vivo, porque no sólo se refiere a la entidad académica
donde actúo, que es la Universidad, sino al propio estado
de Veracruz”.
Agregó que dicha designación da la posibilidad de
tener acceso a otros foros, a otros espacios de comunicación
académica, como plataforma de lanzamiento para tener relaciones
con entidades y colegas que no tenía. “La Academia
te ayuda muchísimo para establecer estos contactos y acceder
a estos espacios que se van creando. También te da la responsabilidad
de proponer, construir nuevos conocimientos y plantear nuevas
tendencias de investigación en tu ramo”.
Alberto Olvera Rivera, director y miembro del IIHS, aseguró
que la distinción constituye un reconocimiento a muchos
años de trabajo en su disciplina. “Creo que los investigadores
tenemos como una de nuestras aspiraciones el contar con el reconocimiento
de nuestros pares, y la pertenencia a la Academia Mexicana de
la Ciencia, sin duda, es uno de los más altos honores que
podemos tener”.
Luego de señalar que el ser miembro de la AMC otorga reconocimiento
y prestigio, añadió que la admisión a ésta
confiere “visibilidad nacional, lo cual es importante para
los investigadores de provincia, dado que en el país tenemos
una enorme concentración de la producción científica
en la Ciudad de México, y para los investigadores de otras
entidades resulta más complicado alcanzar visibilidad y
reconocimiento nacionales. Así que, para nosotros es doblemente
importante pertenecer a una sociedad de científicos como
ésta”.
Por su parte, para Hernández Montoya, de Inteligencia Artificial,
la admisión a la AMC es un reconocimiento no sólo
a su propio trabajo, sino también a la institución
donde labora, “porque prueba que en ésta se hace
investigación científica competitiva”.
Mencionó que si bien ha recibido varias distinciones, nacionales
e internacionales, el haber sido elegido por la AMC resulta especial,
pues significa reconocimiento por parte de la comunidad científica
del país, la cual lo califica como un investigador productivo
y de alto nivel. “Este reconocimiento me fue otorgado en
el área de la Física y es un aliciente para continuar
con mi labor científica y representar a mi universidad
dignamente”.
A su vez, el fisiólogo Pablo Pacheco comentó que
la admisión a la Academia “estrechará lazos
de carácter académico y científico con el
resto de la comunidad del país, la cual es muy reducida
en número y un tanto dispersa por las distancias”,
además de que es también una oportunidad para “estar
al día en materia científica, tanto en el área
de la fisiología como en otras disciplinas de investigación
del país”.
Afirmó que el hecho de que académicos de la UV –una
universidad relativamente joven en materia científica–
tengan acceso a una academia nacional, como la de Ciencias, resulta
importante porque así los investigadores de esta casa de
estudios podrán seguir muy de cerca el devenir de la ciencia
en México y pertenecerán a la comunidad científica
nacional.
Como es sabido, la AMC es una asociación civil independiente
y sin fines de lucro. Después de 45 años de vida,
actualmente agrupa a 1 716 miembros de destacadas trayectorias
académicas que laboran en diversas instituciones del país
y del extranjero. Así, esta organización enlaza
a científicos de muy diversas áreas del conocimiento
bajo el principio de que la ciencia, la tecnología y la
educación son herramientas fundamentales para construir
una cultura que permita el desarrollo de las naciones, pero también
el pensamiento independiente y crítico, a partir del cual
se define y defiende la soberanía de México.