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UNESCO
retoma y traduce a todos los idiomas manual educativo creado en
la UV
Edgar
Onofre |
Jesús
Lau, director de la USBI Mocambo, obtuvo financiamiento de IFLA
y UNESCO; esta última destinó 10 000 dólares
para traducir el modelo al árabe, ruso, alemán, español,
francés y chino
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La
Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés)
retomó, y está traduciendo a todos los idiomas registrados
en Naciones Unidas, una serie de directrices educativas desarrolladas
por Jesús Lau Noriega, director de la Unidad de Servicios Bibliotecarios
y de Información (USBI) de la Universidad Veracruzana (UV)
–ubicada en la región Veracruz-Boca del Río–,
que servirán como modelo ideal de las capacidades que los estudiantes
universitarios del mundo deben tener para sacar provecho de la información
a su disposición.
El modelo desarrollado por Lau Noriega, también director de
la Biblioteca Virtual (BIV) de la UV, inicialmente contó con
el financiamiento de la Federación Internacional de Asociaciones
de Bibliotecas (IFLA, por sus siglas en inglés), con sede en
La Haya, Holanda. Ahora UNESCO ha destinado 10 000 dólares
para realizar su traducción a idiomas como el árabe,
ruso, alemán, español (dado que la versión original
fue escrita en inglés), francés y chino. |
Jesús
Lau es el creador del manual de competencias educativas retomado
por la UNESCO. |
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La
propuesta de Lau Noriega se conforma por una serie de directrices
homologables en el ámbito internacional que establecen
el estándar a seguir para que los jóvenes universitarios
de cualquier país obtengan, durante su paso por la educación
superior, las habilidades –también llamadas competencias–
para localizar, recuperar y utilizar la información de
su entorno. “Acceso, evaluación y uso de la información
son las tres grandes categorías de estas competencias,
necesarias si queremos que realmente aprenda a aprender”,
explicó.
Comentó que en los modelos educativos de tipo constructivista,
como el MEIF de la UV, “para que los alumnos puedan desarrollar
competencias de aprendizaje deben contar primero con competencias
informativas, es decir, que sepan identificar su necesidad de
información y expresarla, para luego localizar la información
que necesitan, recuperarla, evaluarla, usarla y comunicarla. Éstas
son las competencias que se proponen y que el alumno debe recibir
a lo largo de su formación universitaria”.
De acuerdo con Lau, el documento retomado por la UNESCO servirá
como “estándar para las instituciones de educación
superior del ámbito internacional para que puedan conseguir
su misión educativa dentro del constructivismo. Estas directrices,
en cierta medida, apoyan a aquellos países que están
en desarrollo o a instituciones de cualquier país que estén
iniciando un programa (de desarrollo de competencias en información)
o que deseen fortalecerlo y no sepan cómo hacerlo”.
La importancia del modelo propuesto por Lau aumenta toda vez que
“en el terreno internacional hay muchas limitaciones para
favorecer la adquisición de habilidades, y es que las autoridades
no entienden con claridad la idea, el concepto de cómo
armar un programa para desarrollar competencias informativas”.
Por ello, señaló Lau Noriega, el modelo incluye
un apartado con sugerencias para generar un cambio en las autoridades
educativas y obtener su apoyo para lanzar un programa de esta
naturaleza.
Según explicó, la información (y la capacidad
de valerse de ella) “es un elemento indispensable en los
procesos de aprendizaje; es la materia prima con la que se pueden
resolver problemas de aprendizaje; es el vehículo que transporta
al conocimiento, a la experiencia humana, en pocas palabras, a
los saberes que tiene la sociedad. Si no sabemos usarla, no podemos
resolver problemas. La población requiere de información,
pero no está consciente de esta necesidad”.
No obstante, añadió, la necesidad de desarrollar
competencias del tipo “cuesta trabajo de entender porque
buena parte de los docentes y las autoridades educativas han sido
formados en ambientes con escasos recursos informativos. Por ejemplo,
la UV hace 10 años no tenía la infraestructura bibliotecaria
que tiene en este momento”.
Por todo lo que representan, las directrices elaboradas por Lau
han sido, pues, “muy bien recibidas porque no existía
en el ámbito mundial un documento de esta naturaleza. Ahora
la tarea que tenemos es traducirlas a diferentes idiomas para
que UNESCO las lleve a los gobiernos”. Luego de desarrollar
este modelo, el director de la BIV encabezará a un grupo
de seis investigadores de países como Noruega, Suecia,
Estados Unidos y Suráfrica para determinar el estado que
guardan las competencias informativas en el mundo, pues la UNESCO
está interesada en desarrollar una agenda sobre alfabetización
informativa en el ámbito internacional para los gobiernos.
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