|
1.
Antecedentes. A partir de 1998, cuando la Universidad Veracruzana
inicia la transformación de su modelo educativo dejando atrás
la primacía de la enseñanza a favor del aprendizaje,
la Facultad de Teatro vislumbró la reactivación de
su proyecto académico, mismo que durante casi 20 años
estuvo centrado en la preparación de actores con un carácter
meramente instrumental y reproductivo.
Fue entonces que apareció por vez primera la necesidad de
contar con recursos de información y análisis sólidos
y confiables para poder plantear y realizar las modificaciones curriculares
y estructurales acordes al Nuevo Modelo Educativo. De este modo,
la investigación comenzó a ganar espacio en la facultad
a través del proyecto que sobre formación teatral
venía realizando, desde 1989, la decana de la institución
Elka Fediuk.
El acercamiento a las nuevas filosofías de la educación
y a las teorías de aprendizaje, el estudio diagnóstico
sobre la inserción profesional de los egresados, los resultados
del análisis de la disciplina en su comportamiento ascendente
y descendente, la observación del funcionamiento interno
y la operación de los grupos de teatro y de las políticas
que impactan el mercado del arte, así como el estudio comparativo
de los currículos en instituciones homólogas nacionales
e internacionales constituyeron el fundamento para la construcción
colectiva de un nuevo proyecto educativo y un nuevo plan de estudios,
vigente desde el año 2000.
Así, pues, el proyecto educativo tradicional de la facultad
cambió radicalmente al proponer la figura del teatrista,
en lugar del actor, como objetivo de la carrera. El teatrista incluía
un perfil muy amplio, por eso se propuso el "perfil diferenciado",
para permitirle al alumno la construcción de su perfil profesional
–coincidente con su proyecto personal y sus capacidades o
talentos– circulando por el currículo con amplia gama
de contenidos agrupados en Áreas de Orientación. De
esta manera, la facultad y su programa de licenciatura en Teatro
con Perfiles Diferenciados pretende convertirse en un espacio de
formación donde se aprende a aprender, a ser y a hacer, para
gestar y desarrollar proyectos teatrales significativos en el entorno
sociocultural.
Los saberes teatrales son múltiples y tienen gran variedad
de aplicaciones. En la Facultad de Teatro, el conocimiento teatral
está organizado por competencias; de este modo, el estudiante
–además de construir su propia base general de conocimiento–
elige un ámbito donde considera que puede desarrollarse mejor:
actuación, creación escénica (dirección,
dramaturgia, diseño escénico), gestión y producción,
pedagogía y teatrología. Esto hace que el plan de
estudios satisfaga las expectativas de los jóvenes del nuevo
siglo, quienes, además de entrar casi inmediatamente en contacto
con actividades profesionalizantes, tienen la oportunidad de trazar
su propia ruta de aprendizaje. Por otra parte, se fomenta el libre
ejercicio creativo y un compromiso genuino con la comunidad.
2.
Fundamentos epistemológicos
¿Cuál es el papel de la investigación teatral
ante los desafíos del presente? ¿Qué campos
constituyen los nuevos objetos de estudio de la investigación
teatral? ¿Qué función tiene el teatro en la
sociedad del conocimiento? Éstas son algunas preguntas más
frecuentes en torno al teatro, aunque rebasan sus fronteras. Tales
interrogantes adquieren preeminencia en tanto que incitan a la reflexión
sobre el modo de conocer y consumar el hecho teatral, cuestionamientos
que no pueden limitarse al ámbito académico o al disciplinar,
pues van más allá de los saberes legitimados y compartimentados.
Asimismo, alcanzan relevancia en tanto que la cognición es
portadora de diferentes estructuras que interactúan en la
experiencia teatral creando una provisión de significaciones
que impregnan toda observación y acercamiento en torno al
teatro.
Para responder estas preguntas, se cuenta con el auxilio de la teatrología
o ciencia de la teoría teatral, que permite contemplar a
partir de la experiencia del teatro cómo se configura la
experiencia humana. La teatrología identifica a la teatralidad
como la estrategia más pertinente para el estudio del teatro,
pues comprende todo proceso individual o colectivo de representación
que opera sobre la realidad concreta o imaginaria, es decir, que
no se circunscribe al teatro en sentido restringido. La complejidad
presente en nuestra estructura cognitiva, en la operación
práctica y en el goce estético que no puede reducirse
a gusto, muestra franjas de oscilación entre límites
de lo pensable y orienta la interpretación y la comprensión
de las alteraciones que ocurren en la creación, producción,
técnicas, escuelas y estilos.
El teatro, más allá de su estatuto como arte, es una
forma de conocimiento que tiene aplicaciones tanto en la vida social
como en distintos ámbitos profesionales. A partir del paradigma
de la complejidad, basado esencialmente en la interrelación
de las disciplinas y en la integración de lo múltiple
en la unidad, los estudios teatrales han encontrado una estrategia
pertinente para demostrar su capacidad heurística.
El pensamiento complejo se opone a la idea de realidad como reflejo
del mundo y plantea que, a través de todo un sistema neurocerebral,
los sentidos captan un determinado número de estímulos
y el espíritu-cerebro produce representaciones, nociones
e ideas por las que se percibe y concibe el mundo exterior. Esta
perspectiva deriva de la física cuántica que nos ha
descubierto que no vemos las cosas como ellas son en sí mismas,
sino tan sólo algunos de sus aspectos superficiales, ya que
nuestros sentidos no captan la estructura más íntima
de la materia. Por eso, también en la perspectiva de la transdisciplina
se reconoce la existencia de diferentes niveles de realidad, regidos
por diferentes lógicas.
3.
Proyectos
En la línea de generación y aplicación del
conocimiento (LGAC) Formación Teatral, se ha desarrollado
–bajo la responsabilidad de la ex directora de la facultad,
Elka Fediuk– el proyecto "Transformación del currículo
teatral desde el paradigma de la complejidad", que tuvo como
propósitos sistematizar las observaciones, categorizar los
procesos, reflexionar sobre el arte, la enseñanza y el aprendizaje,
para buscar mejoras en el diseño y la operación del
currículo, pero también para atender el área
de generación del conocimiento disciplinario sin desligarlo
del de las otras áreas del saber. Sus resultados fueron múltiples:
el Plan de Estudios 2000 de la Facultad de Teatro, una disertación
doctoral, conferencias y ensayos publicados en revistas especializadas,
y está por aparecer el libro Proyecto Cliché, propuesto
durante el XXX Congreso del Instituto Internacional de Teatro, ITI-UNESCO,
dentro del tema "Rituals for 21st century", y cuyo primer
objetivo era identificar las diferencias de significado que tiene
el cliché para las distintas culturas teatrales. Actualmente,
se lleva a cabo el proyecto "Poéticas del cuerpo".
Por otra parte, en la LGAC Estudios Teatrales, a cargo de quien
esto escribe, se han llevado a cabo los proyectos "Teatralidades
en México", cuyo objetivo fue identificar las distintas
formas de creación a partir de la complejidad cultural del
país, y que dio como resultado el libro Teatros y Teatralidades
en México. Siglo XX; "Teorías de la Teatralidad",
proyecto realizado con el fin de integrar los distintos campos de
conocimiento que buscan explicar el fenómeno teatral y del
cual surgieron los libros Elogio del oxímoron. Introducción
a las teorías de la teatralidad y Para comprender la teatralidad.
Está en proceso el proyecto "Teatro y Complejidad"
que ha tenido resultados parciales, como la propuesta de desarrollo
humano denominada "Ecopoiesis ritual" que busca trascender
los límites del arte a través de reencontrar el acto
creativo con la potencialidad que existe en toda persona y, al mismo
tiempo, reconstruir el sentido ritual que implica todo acto de comunión
y co-creación entre el ser humano y el cosmos, y que habrá
de concluir con un análisis de los fundamentos epistemológicos
para el estudio de las representaciones humanas.
4.
Estado actual
Hoy, la investigación en la Facultad de Teatro ocupa un lugar
destacado, reconocido en los ámbitos nacional e internacional.
La celebración, hasta la fecha, de tres encuentros internacionales
de la Asociación Mexicana de Investigación Teatral
en 1996, 2002 y 2005; la publicación regular de la revista
semestral Investigación Teatral a partir de 2002; los intercambios
académicos en materia de investigación con universidades
nacionales y latinoamericanas; la existencia de un cuerpo académico
que cuenta con dos miembros dentro del Sistema Nacional de Investigadores
en los niveles uno y dos, y una planta docente con cinco maestros
de tiempo completo –tres de los cuales cuentan con doctorado
y dos con maestría– y con un 50 por ciento de académicos
de tiempo parcial con estudios de posgrado, muestran la fortaleza
de una comunidad que ha comprendido perfectamente el papel de la
educación en el siglo XXI que demanda la generación
y no la repetición de conocimientos.
La Facultad de Teatro tiene como misión preservar y transformar
los saberes teatrales, así como mantener viva en la sociedad
la esperanza del auténtico cambio, o sea, el que nos hacer
ser mejores personas. Esto sólo es posible mediante la práctica
permanente de la investigación. Si el teatro del siglo XXI
se orienta, por un lado, hacia la ruptura de las fronteras entre
las artes de la representación y, por otro, hacia la espectacularidad
tecno-cibernética, a las escuelas de teatro, en particular
a nuestra facultad, les toca jugar un papel transformador con respecto
a la manera de comprender y representar a la persona, a la sociedad
y al mundo.
NOTAS
1. Doctor en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana y
Director de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana.
|