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Asesorados
por la Facultad de Ciencias Químicas-Poza Rica
Agricultores producirán extracto de
vainilla con calidad de exportación
David
Sandoval |
En
30 años, una de cada tres personas en el mundo habitará
en asentamientos clandestinos sin servicios, a menos de que los
gobiernos implementen políticas |
Agricultores
del ejido La Unión, ubicado en el municipio de Tihuatlán
–al norte del estado de Veracruz–, trabajan de manera
conjunta con la Facultad de Ciencias Químicas de Poza Rica
para mejorar la producción de extracto de vainilla. Para ello,
tuvieron primero que contactar a María de la Luz Arriaga Gaona,
profesora de dicha entidad universitaria, quien, junto con un grupo
de estudiantes, encontró un alto potencial en un tipo de vainilla
que es comercializado a muy bajo costo.
Arriaga Gaona explicó que, con el fin de darle un valor agregado
a sus cosechas, un grupo de productores se acercó a la facultad
con la intención de que se analizara dicha variedad, ya que
era cultivada, pero se compraba a un costo menor. Cuando se obtuvieron
los resultados, quedaron sorprendidos al encontrar un alto contenido
de vainillina –ingrediente activo– en esta planta, la
cual produce un litro de extracto con 100 gramos. “Comenzamos
a trabajar con la vainilla que tiene menos precio, es decir, la pequeña,
misma que es comprada por los acaparadores del mercado, pero no a
un costo adecuado, y la verdad, quedamos sorprendidos porque tiene
un contenido de vainillina bastante alto”.
Probablemente, dijo, quienes compran esta variedad de la planta saben
de su potencial; no obstante, la pagan a un precio irrisorio, de 10
a 15 pesos el kilo, y para los productores cuesta lo mismo producir
el tipo gourmet (una de las características de esta especie
es que debe medir de 15 a 30 centímetros) que la vainilla pequeña.
“Ahora se sabe que pueden vender la vainilla grande y producir
extracto con la variedad pequeña”.
A pesar de que en los mercados internacionales se prefiere el extracto
de la vainilla grande, luego de conocer los resultados del estudio
realizado en la Facultad de Ciencias Químicas, se abre la posibilidad
de comercializar otro tipo de extracto tanto en el ámbito nacional
como en el internacional. “Buscamos los datos necesarios para
hacer el extracto e investigamos cómo se realizaba el proceso
siguiendo la norma internacional. Después de obtener la información
y de llevar a cabo el estudio pertinente, se pretende crear una planta
productora; posteriormente, se distribuirá el producto para
saber cuál es su aceptación”.
De la flor al extracto
El proceso desde que polinizan la flor hasta su cosecha dura nueve
meses, comentó la investigadora: se fecunda la flor, se poliniza
en la primera o segunda quincena de marzo y se corta en diciembre;
posteriormente, se deshidrata a través de un proceso de secado
(antiguamente este último paso se hacía bajo el sol,
pero puede realizarse en horno, aunque es lento porque debe mantenerse
a una temperatura menor a los 40 grados), para que se desarrolle el
aroma de la vainilla.
Después de que se obtiene la vainilla, ésta se pica
en porciones pequeñas y se pone en una solución alcohol-agua:
“El proceso puede ser más efectivo por medio de percolación:
se coloca en un tanque y se recircula el solvente para que se disuelva
la vainillina”. Luego, todo el líquido se filtra, ya
que la vainilla tiene unas semillas muy pequeñas que deben
removerse para envasar el extracto, y como tiene un mínimo
de 35 grados de alcohol, no requiere de conservadores, lo que lo hace
un producto cien por ciento natural.
Los ejidatarios producen una tonelada de vainilla de este tipo al
año, informó María de la Luz Arriaga: “Hemos
visto que la mayor cantidad de materia prima que podemos procesar
es de 100 kilogramos, con lo cual tendríamos una producción
durante todo el año; ya hicimos el análisis económico
y no es muy alto. Ahora, los productores están buscando financiamiento
para instalar su propia planta; de hecho, ya tienen un terreno cerca
de la autopista hacia Tuxpan, donde piensan edificarla”.
Además, se pretende que los alumnos del servicio social apoyen
en la instalación y operación de la planta, así
como en la capacitación a los agricultores, para que éstos
se hagan cargo de la producción e, incluso, contraten a algunos
de los egresados.
La universitaria aseguró que cuando se ponga en marcha esta
planta, aproximadamente 40 familias de los productores serán
beneficiadas, y señaló que también se trabaja
con ellos para obtener un refresco de vainilla: “La primera
inquietud de los productores fue saber cuáles son las posibilidades
de elaborar un refresco, ya que hay en el mercado hay una bebida de
este tipo que se vende como si fuera de vainilla natural, pero en
realidad está hecho de harina. Las posibilidades son muchas;
sin embargo, el primer paso es capacitarlos para que administren su
propia planta de extracción; después podrán producir
el refresco”. |
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