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Breve
historia de la Editorial de la Universidad Veracruzana
Celia
del Palacio Montiel1 |
En
30 años, una de cada tres personas en el mundo habitará
en asentamientos clandestinos sin servicios, a menos de que los
gobiernos implementen políticas |
I.
Antecedentes
Como parte de la fundación jurídica de la Universidad
Veracruzana (UV) en 1944, quedó asentada la función
de fomento y extensión de la cultura, la cual se llevaría
a cabo a través de un Departamento Editorial. En principio,
las actividades de éste se limitaron a la publicación
de la revista Uni-Ver (editada entre enero de 1948 y enero de 1951,
bajo el rectorado de Gabriel Garzón Cossa). Sin embargo, la
labor de difusión y extensión universitaria se inició
el 10 de febrero de 1952. En esa misma fecha, dieron también
inicio las actividades del ya creado Departamento Editorial, cuyo
jefe fue, a partir de ese momento, Guillermo MacKinley.
Desde ese espacio institucional se coordinó la publicación
de la revista Universidad Veracruzana (entre enero de 1952 y diciembre
de 1955), la cual estuvo dirigida por el maestro Librado Basilio,
quien en junio de 1954 tomó posesión como Jefe del Departamento
y siguió publicando la revista citada y, posteriormente, el
Boletín Universitario (1955-1956). El maestro Basilio editó
también dos libros (Lascas, de Salvador Díaz Mirón,
y Caracteres de la Literatura Italiana, de Luigi Fiorentino) dentro
de la Colección Biblioteca Universitaria; por desgracia este
esfuerzo no tuvo continuidad. Otro intento disperso de edición
bibliográfica tuvo lugar en 1954: se trata de las Obras Completas,
de Rafael Delgado, y las Prosas, de Salvador Díaz Mirón,
compiladas por Leonardo Pasquel en una coedición entre la UV
y el Gobierno del Estado, para la Colección Autores Veracruzanos,
que el mismo Pasquel publicaba en la Ciudad de México.
II. Consolidación de la función editorial (1957-1968)
La llegada del Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán a la Rectoría,
en diciembre de 1956, marcó una época de ampliación
del proyecto académico y consolidación estructural de
la Universidad Veracruzana. Parte fundamental de ese proceso de institucionalización
fue el fortalecimiento del Departamento Editorial. El nombramiento
de Sergio Galindo –entonces joven escritor que se desempeñaba
como profesor de Estética en la Facultad de Teatro– como
Jefe del Departamento Editorial, el 20 de febrero de 1957, fue el
comienzo de un proyecto editorial ambicioso, vinculado a la literatura
y pensamiento universales, que probaría ser sólido y
duradero. En este visionario proyecto participó un grupo importante
de intelectuales que por fortuna se reunieron en Xalapa gracias a
la iniciativa de Dagoberto Guillaumin y de Fernando Salmerón:
Sergio Galindo, Ramón Rodríguez, Othón Arróniz,
Emilio Carballido, Alfonso Medellín Zenil, José Pascual
Buxó, Alfonso Tavera Alfaro, además del propio rector
Aguirre Beltrán, entre otros.
La primera labor de Galindo fue la edición, en abril de ese
mismo año, de la que sería la revista emblemática
de la Universidad: La Palabra y el Hombre. Al año siguiente,
comenzó a circular el primer número de la colección
Ficción –columna vertebral de la editorial, en la que
hasta la fecha se han publicado 236 títulos–, la novela
Polvos de Arroz, de Sergio Galindo. En esta colección, a lo
largo de sus primeros 10 años y gracias a la enorme visión
del maestro, se reunieron muchos de los entonces desconocidos talentos
regionales, junto a algunos representantes de la generación
del medio siglo, escritores ya con algún reconocimiento, así
como otros que se mantenían en el exilio, además de
jóvenes escritores latinoamericanos: Elena Garro, Blanca Varela,
Eraclio Zepeda, Rosario Castellanos, José Revueltas, Álvaro
Mutis, Jaime Sabines, Rosa Chacel, Juan de la Cabada, Luis Cernuda,
Gabriel García Márquez, Juan Carlos Onetti, entre otros
muchos.
También en 1958 apareció el primer número de
los Cuadernos de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias,
colección que puso en marcha Fernando Salmerón y en
la que se publicaron 40 títulos a lo largo de diez años.
En 1959, comenzó a publicarse la colección Biblioteca
de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias, que se conserva
hasta hoy con el nombre de Biblioteca y que representa el otro pilar
indiscutible de la editorial. Ésta, hasta la fecha, está
conformada por 184 títulos.
En 1965, el maestro español César Rodríguez Chicharro
tomó las riendas de la Editorial, y en ese año apareció
la colección Fuentes para la Historia Económica y Social
de Veracruz. Rodríguez Chicharro sacó a la luz, en 1966,
la colección Águila o Sol, donde se publicaron dos títulos
ese año: El Cuento Veracruzano, de Luis Leal, y El Rey Lear,
de William Shakespeare. Posteriormente, en 1967, el célebre
escritor Sergio Pitol asumió la jefatura de la editorial, que
siguió editando las colecciones antedichas, así como
la revista emblemática: La Palabra y el Hombre.
1968 fue un año de rupturas y profundas transformaciones: ocupó
la jefatura editorial la escritora y traductora Rosa María
Phillips, y durante el periodo de su gestión se publicó
el primer título (y probablemente el único) de la Biblioteca
de la Facultad de Derecho; sin embargo, en los últimos meses
de 1968, Carlos Juan Islas Ricaño estuvo al frente de la editorial.
En tanto, La Palabra y el Hombre siguió apareciendo regularmente
(4 números al año), bajo la dirección de Sergio
Galindo (1957-1964), César Rodríguez Chicharro (1965-1966),
Sergio Pitol (1967) y Rosa María Phillips (1968). También
se siguieron publicando hasta ese año las colecciones Ficción
y Biblioteca. Lamentablemente, no sucedería lo mismo los años
siguientes. |
La
llegada de Gonzalo Aguirre Beltrán a la Rectoría
marcó una época de ampliación del proyecto
académico de la UV.
(Foto:
Acervo de la Fototeca de la UV)
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III.
Paréntesis editorial (1969-1979)
En 1969, como resultado de los conflictos estudiantiles y una reducción
importante a los subsidios universitarios, las tareas editoriales
se subsumieron en el Departamento de Difusión Cultural, que
estuvo a cargo de Luis Hernández Palacios (1971), Jaime Augusto
Shelley (1974), Juan Vicente Melo (1977) y Luis Arturo Ramos Zamudio
(1979). La única excepción fue Sergio Galindo, quien
ocupó el cargo de Director Editorial entre 1972 y 1973, aunque
sólo se produjera ese año La Palabra y el Hombre. En
efecto, la labor editorial entre 1969 y 1979 fue dispersa y obedeció
a iniciativas de diferentes departamentos y dependencias de la Universidad,
sin aglutinarse en una instancia administrativa única. Esta
situación cambió en 1979, cuando, por iniciativa de
Sergio Galindo, se separó la actividad editorial de Difusión
Cultural y se le confirió el nombre de Dirección Editorial,
con oficinas en la Ciudad de México.
Como consecuencia de la situación descrita anteriormente, no
apareció en 1969 ni La Palabra… ni ningún otro
título de las colecciones hasta entonces existentes. En 1970,
las circunstancias no fueron muy distintas, Roberto Bravo Garzón
logró publicar el último número perteneciente
a 1968 de La Palabra y el Hombre. Esta importante revista reapareció
de manera regular en marzo de 1972, bajo la dirección de Sergio
Galindo, quien estuvo al frente de ella hasta el año siguiente
y siendo director de la Editorial.
La Palabra… ha continuado apareciendo hasta la fecha. Durante
los diez años de inestabilidad editorial, esta publicación
fue dirigida por los encargados de Difusión Cultural. Tal fue
el caso de Jaime Augusto Shelley (1974), Juan Vicente Melo (1977-1979)
y Luis Arturo Ramos (1979-1985), a excepción de Mario Muñoz
(1975-1977), quien era profesor de carrera y tuvo un nombramiento
informal como director de la revista. Luego de que la situación
editorial fue regularizada, estuvieron al frente de esta importante
publicación Raúl Hernández Viveros (1986-1996),
Guillermo Villar (1996-1999) y Jorge Brash (1999-2006).
Entre las dependencias universitarias que sostuvieron las funciones
editoriales entre 1969 y 1979 se encuentran las siguientes:
1. Instituto de Antropología. En 1970, apareció
el primer número del Anuario Antropológico.
2. Unidad Interdisciplinaria de Investigaciones Estéticas
y Creación Artística. Ésta, a cargo del pintor
Fernando Vilchis, fue un importante bastión para la producción
editorial relacionada con las artes en general y la literatura en
particular. Ahí se publicó la colección Yunque
de Mariposas (1969), con el objetivo de dar a conocer trabajos inéditos
de creación musical del siglo XX. Entre 1969 y 1976, se editaron
12 obras musicales como parte de ella. En 1974, comenzaron a publicarse
los Cuadernos del Caballo Verde, consagrados a autores veracruzanos
jóvenes. Hasta 1979 se publicaron diez títulos bajo
la dirección de Luis Arturo Ramos. Por otro lado, a partir
de 1978, el mismo Fernando Vilchis se dio a la tarea de publicar la
revista Arte Nuevo.
3. Centro de Investigaciones Lingüístico
Literarias (CILL). Este importante espacio de investigación,
bajo la dirección de Jorge Ruffinelli, constituyó también
un soporte imprescindible para las labores de edición.
Desde ahí se dieron a conocer los resultados de investigación
tanto de sus miembros como de importantes críticos literarios
latinoamericanos en diversas colecciones que sobreviven hasta hoy.
En 1973, se publicó la colección Biblioteca Veracruzana,
donde apareció la obra completa de Lorenzo Turrent, a cargo
de César Rodríguez Chicharro, quien permaneció
en Xalapa como profesor de la Facultad de Letras y, posteriormente,
como investigador de este centro. En el mismo año, surgieron
los Cuadernos del CILL, que en 1976 se convirtieron en los Cuadernos
de Semiolingüística, cuyo número uno fue dedicado
a la obra de Augusto Monterroso. Luego, en 1978, bajo el nombre de
Cuadernos de Texto Crítico, continuaron publicándose
hasta 1980. Los Cuadernos (ya sin apellido) completaron 50 números
en 2006. Desde este mismo Centro se publicó, en 1977, un título
aislado de la entonces desaparecida Colección Biblioteca: El
lugar de Rulfo, de Jorge Ruffinelli. También se produjeron
algunas publicaciones periódicas: la revista Letras de Veracruz
del CILL, a cargo de Rodríguez Chicharro, y Cosmos, Revista
de Actividad Contemporánea, dirigida por Raúl Hernández
Viveros, ambas de 1973. En 1975, apareció el primer número
de la revista Texto Crítico, la cual estaba integrada, hasta
1990, por 43 números, y después de algunos años
de silencio reapareció, en 1995, para continuar su labor ininterrumpida
hasta hoy. |
En
medio, Fernando Salmerón y Sergio Galindo, dos de los artífices
del proyecto que diseminaría, dentro y fuera de la UV, la
literatura y el pensamiento universales.
(Foto:
Acervo de la Fototeca de la UV)
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4.
Instituto de Investigaciones Jurídicas. En 1974, surgió
la Revista de Estudios Jurídicos que siguió circulando
hasta 1978, así como la colección Estudios Jurídicos
y Políticos que, diez años más tarde, se transformaría
en Estudios Jurídicos.
5. Escuela de Antropología. En 1974, se publicaron
los Archivos de información sobre el idioma y la cultura náhuatl,
a cargo de Heriberto García Salazar y Lucila Galván
Mora, además de los Cuadernos Antropológicos, en 1978.
6. Facultad de Comercio y Administración.
La revista Ensayos, de esta facultad, apareció en 1974, y cuatro
años más tarde, la revista Ciencia Administrativa.
7. Facultad de Pedagogía. Desde aquí
se echó a andar la colección Pedagógica Universitaria,
donde se publicaron algunos títulos entre 1975 y 1977. |
8.
Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos
y Sociales (IIESES). En 1971, comenzó a publicarse la revista
Dualismo que continuó apareciendo por lo menos hasta 1981.
Posteriormente, cuatro años más tarde, se inició
la colección del instituto, que llegó a editar diez
títulos hasta 1991.
9. Facultad de Artes Plásticas. Desde este
espacio educativo surgieron, en 1976, los textos del taller de Investigaciones
y Experimentación, que dio a luz en su primer y único
número conocido El Cartel, de Víctor Gorka.
10. Centro de Investigaciones Históricas
del Instituto de Investigaciones Humanísticas. En 1977, comenzaron
a publicarse los Anuarios de Investigaciones Históricas,
que reunían la producción de este centro, entonces
perteneciente al Instituto de Investigaciones Humanísticas.
Esta revista siguió apareciendo hasta 1996, cuando se publicó
el Anuario X.
11. Facultad de Letras. En 1977, dio inicio la
segunda época de la revista Juglar, misma que se transformó,
a partir del número cinco, en Revista de la Facultad de Humanidades.
12. Revista Tramoya. Es importante recalcar el
esfuerzo independiente del ya célebre director y escritor
de teatro Emilio Carballido, quien, con el fin de difundir la actividad
teatral, encabezó la edición de la revista Tramoya,
la cual nació en 1975 y sigue publicándose hasta hoy.
IV.
Reinicio de las funciones editoriales (1979-1985)
Como podrá percibirse, la mayor parte de las publicaciones
mencionadas fueron el resultado del esfuerzo de los diversos centros
de investigación y facultades de la Universidad Veracruzana,
sin que, como se dijo más arriba, se hubieran unido de manera
sistemática los trabajos en una sola instancia administrativa.
Sin embargo, en 1979, Sergio Galindo le pidió a Roberto Bravo
Garzón que se reinstalara y se independizara la función
editorial. Entonces se creó la Dirección Editorial
encabezada por el propio Galindo, con oficinas en la Ciudad de México.
Bajo su tutela, se organizaron tres jefaturas de departamentos:
Publicaciones (Luis Arturo Ramos con oficina en Xalapa, encargado
de La Palabra y el Hombre); Distribución y Ventas (Arturo
Serrano, con oficina en México) e Impresos (Rosaura Romero,
Chagüita, con oficinas en Xalapa). También en este año,
gracias al nuevo impulso de su fundador, reaparece la colección
Ficción –cuya publicación ha sido ininterrumpida
hasta la fecha– y la colección Biblioteca, después
de casi diez años de vacío editorial. Desde entonces,
tampoco se ha suspendido la publicación de ésta.
Entre 1979 y 1985, periodo en que Galindo estuvo a cargo de dichas
colecciones desde la Ciudad de México, Luis Arturo Ramos
tomó la dirección de La Palabra y el Hombre, pero
también fomentó otras iniciativas, como la publicación
de la colección Luna Hiena (1982-1990), que incluyó
sobre todo libros de poesía y que estuvo bajo la dirección
de Ángel José Fernández. En 1984, nació
la colección Divulgación (1984-1995), la cual se fundió
con la colección Biblioteca, y surgió la colección
Rescate, que continúa hasta la fecha. En ambas se han publicado
más de 40 títulos.
Por otro lado, la labor de edición iniciada en los diferentes
centros, institutos y facultades en la década anterior no
cesó, y algunos de los esfuerzos de las distintas instancias
académicas que se realizaron en esos años fueron los
siguientes:
El entonces joven académico y literato boliviano Renato Prada
Oropeza se integró al Centro de Investigaciones Lingüístico-Literarias
e inició, en 1979, la publicación de la revista Semiosis,
misma que sigue apareciendo regularmente a cargo del ahora Instituto
de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IILL). También
en este año, a cargo de Prada Oropeza, se inauguró
una segunda época de los Cuadernos del Caballo Verde, desde
el CILL, con Este Laberinto de Hombres, de Sergio Galindo, pero
sólo se editaron nueve títulos más en esta
colección.
Otros centros continuaron con la labor de publicar sus resultados
de investigación en forma de cuadernos. Es el caso de los
Cuadernos del Centro de Investigaciones Humanísticas (1982);
los Cuadernos Antropológicos (1983); los Cuadernos del Museo,
dirigidos por Fernando Winfield Capitaine (1983); los Cuadernos
de Trabajo del Instituto de Investigaciones Jurídicas (1984-2000),
y los Cuadernos del IIESES (1985-1993). |
Las facultades e institutos también dieron a conocer su producción
a través de revistas y otras publicaciones periódicas,
entre ellas el Boletín Mensual del Taller de Hemeroteca, de
la Facultad de Sociología, que sólo se publicó
en 1979. Otros esfuerzos realizados a partir de 1980 fueron: el Anuario
del Seminario de Historia (1980); Márgenes, revista de la Facultad
de Sociología (1981-1983); Anuario Estadístico de la
Facultad de Economía (1982); Boletín del Instituto de
Antropología (1983); Anuario del Instituto de Investigaciones
Jurídicas (1983-1984), así como el Boletín de
la misma dependencia (1983-1990); La Cuestión Económica,
de la Facultad de Economía (1984); revista Facultad de Letras
(1986-1991), y revista Salud, del Área Académica de
Ciencias de la Salud (1986). Asimismo, las instancias administrativas
sintieron la necesidad de publicar órganos informativos institucionales,
como Universidad (1979), la revista Rectoría (1983) y la revista
Extensión (1988-1990).
V. Institucionalización de la actividad editorial (1985-2006)
1985-1988 |
Sergio
Galindo también fundó la que sería la revista
emblemática de la Universidad: La Palabra y el Hombre.
(Foto: Archivo de la familia Galindo) |
Luego
de la salida de Sergio Galindo, el también escritor Luis Arturo
Ramos se desempeñó como Director de la Editorial, en
marzo de 1985, al tiempo que retomó la dirección de
La Palabra y el Hombre. A partir de ese momento, todas las funciones
editoriales volvieron a reunirse en Xalapa. Posteriormente, en 1986,
Raúl Hernández Viveros ocupó tanto la Dirección
Editorial como la dirección de la revista. Pero, en 1988, Ramos
Zamudio tomó posesión como primer Director General Editorial,
mientras que Hernández Viveros siguió con la dirección
de la revista hasta 1996. Bajo la dirección de Luis Arturo
Ramos, aparecieron nuevas colecciones. Tal es el caso de Tesitura,
dedicada a la música, donde se dieron a conocer, de 1985 a
1998, 26 partituras de compositores mexicanos y extranjeros. En tanto,
bajo la dirección de Hernández Viveros, renació
la colección Luna Hiena, con el libro El árbol sagrado,
de Fernando Ruiz Granados. También inició la publicación
de la colección Clásicos Mexicanos, en la que se editaron,
hasta 2005, cinco títulos.
Otras facultades e institutos publicaron en esa etapa diversas colecciones
y revistas. En 1986, aparecieron las colecciones Estudios Psicológicos,
en la que se publicaron ocho títulos hasta 1993, e Historias
Veracruzanas, del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales,
serie conformada por ocho títulos hasta 1995. Los Anales Antropológicos,
de la Facultad de Antropología, que surgieron también
en 1995 y que están a cargo de Carlo Antonio Castro, son la
continuación de Anuario Antropológico. Asimismo, en
1987, reapareció la colección Estudios Jurídicos,
en la que se publicaron 16 títulos hasta 1995; y, en 1987,
desde el Instituto de Artes Plásticas, se produjo la colección
Zeta, para dar a conocer los trabajos realizados en los distintos
campos de las artes plásticas, y con el mismo nombre de esta
colección se publicó una revista trimestral: Zeta.
En 1986, inició la producción editorial en las regiones
de la Universidad, con la serie Medio Ambiente en Coatzacoalcos, a
cargo del Centro de Ecodesarrollo de la Universidad Veracruzana y
con la colaboración y patrocinio del Ayuntamiento de Coatzacoalcos
y del Patronato de la Universidad Veracruzana (entre 1986 y 1987 aparecieron
15 volúmenes).
Por otra parte, en 1987, el entonces director de Investigaciones,
José Velasco Toro, presidió el esfuerzo de publicar
la primera revista de divulgación científica en la Universidad
Veracruzana, y nació La Ciencia y el Hombre, cuyo primer director
fue Marco Tulio Aguilera Garramuño (1987-1999). Esta revista
se sigue publicando hasta hoy bajo la dirección de Rafael Bullé-Goyri.
También en 1987 vieron la luz las revistas Ergo, de la Facultad
de Filosofía –que después de un receso inició
una nueva época en 1995, y se sigue editando hasta hoy–,
y la revista Integración, que sigue circulando a pesar de algunas
dificultades. |
El primer edificio que albergó a la Editorial de la UV.
(Foto: Manuel González) |
1988-1992
Al regreso de Luis Arturo Ramos, ya como Director General Editorial,
surgió, en 1988, la importante colección Textos Universitarios
–en la que han aparecido hasta la fecha 142 títulos–,
con el propósito de apoyar la docencia. La mayor parte de esta
serie, cuyo carácter y maqueta se han ido modificando, está
conformada por textos de académicos de la propia universidad.
También apareció la colección Cuadernos de Investigación,
que no tuvo la misma suerte que la anterior; sólo publicó
tres títulos ese año. A ellas hay que sumar la colección
Manantial en la Arena –a cargo de Ángel José Fernández–,
la cual conjuntó obras de poesía, ensayo y narrativa;
hasta 1992, llegó a reunir cinco títulos.
Por esas fechas, se creó la revista Psicología y Salud,
que aún existe; además, el Instituto de Salud Pública
comenzó a editar un boletín bibliográfico, mismo
que apareció hasta el año 2000, y la Facultad de Antropología
sacó a la luz, en 1990, la revista Tlácatl, dirigida
por Carlo Antonio. Otro hecho interesante de esa época fue
la primera publicación periódica en coedición,
realizada con la Universidad Autónoma de Nuevo León
y el Instituto Mora. Se trata de la revista Siglo XIX, que siguió
circulando hasta 1993.
En esta administración también se produjo, en 1990,
el primer disco de la editorial, Terciopelo Violeta, de Sergio Galindo,
e inició la publicación de los 19 tomos de la Obra Antropológica,
de Gonzalo Aguirre Beltrán –en coedición con el
Fondo de Cultura Económica, el Instituto Nacional Indigenista,
el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social y el Gobierno del Estado de Veracruz–, la cual se concluyó
en 1994. También en 1990 dio inicio la publicación de
los hasta ahora 114 títulos fuera de colección. |
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1992-2006
En 1992, llegó a Dirección de la Editorial el poeta
José Luis Rivas, quien permaneció al frente de ella
hasta mayo de 2006. A lo largo de su gestión, se enriquecieron
las colecciones emblemáticas de la editorial, se iniciaron
algunas nuevas y se publicaron nuevas revistas, además de
las ya existentes que siguieron apareciendo. Algunos de los acontecimientos
más relevantes para la historia de la editorial en estos
años fueron los siguientes.
En cuanto a funciones, lo más importante a recalcar aquí
es la creación del Consejo Editorial de la Universidad, a
partir de 1994. Este órgano colegiado –que está
formado por 18 reconocidos académicos de la Universidad y
que sigue en ejercicio hasta el día de hoy– depende
directamente del Rector, quien es el encargado de vigilar el correcto
desarrollo de la política editorial en todas las entidades
de la Universidad Veracruzana. Este acontecimiento de singular relevancia
permitió consolidar la institucionalización de las
tareas de la Editorial.
Sobre la labor editorial hay que destacar la publicación,
en 1993, del Diccionario Enciclopédico Veracruzano, así
como de las importantes colecciones Veracruz: cifras y perfiles,
entre 1995 y 1996, y Veracruz, leyes y decretos 1824-1919, en 1997.
A ello hay que agregar la edición de las revistas que surgieron
en este periodo: Neskáyotl, de la Facultad de Historia (1994-1996);
Estudios Jurídicos (1994); Hojas de papel volando, órgano
de divulgación de la Escuela para Estudiantes Extranjeros
(1994-2000); la nueva época de Ergo (1995-2005); la nueva
época de Texto Crítico (1995-); Ce-Ollin de Antropología
e Historia, publicada por el Instituto de Antropología (1995-2000);
DAU, del Doctorado de Arquitectura y Urbanismo (1995); Sotavento,
del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (1997-2003);
Economía, del Taller de Análisis Económico
de la Facultad de Economía (1997-…); Viviendo, Crisis
y Educación (1997- 2000); Virajes, de los estudiantes de
la Facultad de Historia (1997-2000); Foresta Veracruzana (1998…);
Alma pariente, de la Facultad de Antropología, (1998); Avance
Bibliográfico Jurídico (1999…); Boletín
Bibliográfico del IIESES (1999-…); Letras Jurídicas
(2000-…); Themis. Nueva Generación (2000-…);
Boletín de Intercambio Académico, de la Dirección
General de Apoyo al Desarrollo Académico, bajo la dirección
de Mario Miguel Ojeda (2000-…); boletín Corre, Lee
y Dile, que da a conocer las novedades editoriales (2001-2006; en
2007 se convirtió en electrónico); Quadro (2003-2005);
Ulúa, continuadora de Sotavento (2003-…), y Pampedia
(2004-…).
Como nueva colección salió, en 1996, Ficción
Breve, de formato pequeño, que ha albergado hasta ahora cerca
de diez títulos; ese mismo año reapareció la
colección Fuentes para la Historia Económica y Social
de Veracruz –que coordinó César Rodríguez
Chicharro en 1965–, esta vez bajo la dirección de Luis
Chávez Orozco, pero sólo se publicó un volumen:
Colección de Reales Cédulas sobre el Castillo de San
Juan de Ulúa. En 1997, nació la colección Historia
y Sociedad, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales,
en la que se editaron sólo tres títulos hasta 1998.
Un año después se creó la Serie Especial para
albergar libros de arte, y hasta 2004 se elaboraron 12, el primero
de ellos fue Sol de Plata, Joaquín Santamaría.
En 2004, nació la colección Carlos Fuentes, con obras
de la literatura universal que el ilustre escritor mexicano escogió
para su distribución entre los universitarios. También
en ese año, la Universidad Veracruzana Intercultural comenzó
a publicar textos para la enseñanza en una colección
que lleva el nombre de esta institución. Finalmente, adaptándose
a los nuevos tiempos, la Editorial de la UV comenzó, en 2001,
la producción de libros en soporte digital. Hasta la fecha
son más de diez los títulos elaborados en este formato.
Para concluir con este recuento, cabe mencionar que, desde mayo
de 2006, se encuentra al frente de la labor editorial, Celia del
Palacio.
1.
Directora General Editorial de la Universidad Veracruzana.
|
Personal
que laboraba en los departamentos de Publicaciones y de Impresos
a principios de los años ochenta. |
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