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El
miedo, la ansiedad y la depresión pueden transmitirse a
distancia de un individuo a otro debido a la importante participación
del sistema olfativo en este proceso, aseguró Ana Gloria
Gutiérrez García, investigadora del Laboratorio
de Neurofarmacología del Instituto de Neuroetología
de la Universidad Veracruzana (UV).
Gutiérrez García, junto con el equipo de trabajo
encabezado por el director del laboratorio, Carlos Contreras,
han estudiado cómo en modelos animales los estímulos
odoríferos pueden llegar a inducir estrés psicosocial
y los efectos que tienen a nivel de las estructuras cerebrales
que participan en el procesamiento emocional.
“La 2-heptanona, una sustancia cetónica muy volátil,
parece estar siendo secretada en la orina de la rata y estar liberándose
para informar a otra rata que hay peligro en el entorno. La rata
que recibe esta información olfativa incrementa su ansiedad,
genera desesperanza, tiene una baja motivación en su
comportamiento, el cual se revierte cuando le damos antidepresivos”,
precisó.
Esto quiere decir, añadió la psicóloga, que
su estado de ánimo se modifica al percibir que otro compañero
está siendo lastimado y que ella no puede hacer nada.
“En el caso de los humanos, esta investigación permitiría
explicar ciertos comportamientos; por ejemplo, los pacientes con
enfermedades terminales como el cáncer, o crónicas
como la diabetes, tienen olores muy característicos, que
contagian su sufrimiento”, explicó.
Además, tienen un proyecto que estudia las feromonas de
afinidad: “Esto involucra los afectos, es decir, por qué
nos sentimos atraídos por ciertas personas y cómo
ciertas sustancias odoríferas, a las que no se les ha reconocido
su naturaleza química ni qué función tienen
en el comportamiento, pudieran estar modulado”. Ana Gloria
Gutiérrez dijo que están investigando si en la simpatía
y empatía que podemos sentir hacia los demás se
pudieran estar involucrando feromonas de afecto y afinidad.
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