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Poseedor
de una trayectoria distinguida siendo ejemplo de entrega absoluta
al teatro, Dagoberto Guillaumin falleció a finales de 2007
dejando una huella profunda y un espacio insustituible en el mundo
de las artes. Para recordarlo y rendirle homenaje, alumnos, maestros,
familiares y amigos se reunieron para rendir un último
adiós a este ser de su tiempo.
Pilar en el teatro nacional de la segunda mitad del siglo XX,
Guillaumin fue un hombre íntegro con dedicación
profunda a la enseñanza del teatro. Sus aportaciones fueron
y serán significativas en la formación actoral de
muchas generaciones de la familia de las artes escénicas.
En el homenaje, el rector de la UV, Raúl Arias Lovillo,
expresó que la universidad tiene en el humanismo un sedimento
profundamente arraigado, legado de innumerables hombres y mujeres
que la han ido construyendo y dotando de vida propia, uno de ellos
es el maestro Guillaumin: “Ejemplo profesional y humano
que en el ejercicio cotidiano fue referente de docencia y ética.
Desde muy temprano definió su vocación profesional
y a él nuestro reconocimiento a más de 50 años
de labor magisterial, a nuestro querido Dagoberto, hombre de excepcional
calidad humana.”
Francisco Beverido, reconocido actor y director del Centro de
Investigación Teatral Candileja AC, lo calificó
como un hombre de firmeza en sus convicciones y flexibilidad de
carácter con trayectoria personal tan larga como importante:
“El teatro universitario tiene frutos grandes, Dagoberto
se ha convertido en un árbol sólido que dio semillas
sólidas y energéticas. Hombre de convicciones y
empeño reconocemos hoy su tesón, entrega, pasión
y sólo podemos decir: ¡Gracias, Dago!”
Rafael Guillaumin Fentanes, hermano del director fallecido, habló
en nombre de toda la familia Guillaumin y agradeció la
atención hacia Dagoberto que –dijo– honra a
toda la familia, aunque añadió que el mejor homenaje
sería darle continuidad a su proyecto de teatro itinerante:
“Dagoberto siempre apostó por la aculturación
de las comunidades segregadas del estado de Veracruz, por eso
trabajó 13 años con su compañía de
teatro ambulante, sólo podemos preservar viva su memoria
dando continuidad a su proyecto.”
Elka Fediuk, directora del Área de Artes de la UV, fue
la encargada de leer los mensajes de los actores María
Rojo, Héctor Bonilla y José Alonso, quienes enviaron
sus condolencias y afecto por la pérdida de un ser insustituible
y leyó además las palabras del poeta Ramón
Rodríguez, amigo cercano a Guillaumin.
Tras develar la placa conmemorativa a su vida, la actriz Juana
María Garza presentó un fragmento del monólogo
de Luisa Josefina Hernández Ciertas cosas, que en vida
la dirigiera Dagoberto Guillaumin. Descanse en paz por siempre. |