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Raúl
Arias Lovillo, rector de la UV, y José Pascual Buxó,
fundador de esta Facultad, develaron la placa alusiva al cincuentenario
de la Facultad de Letras Españolas, y coincidieron en que
el entonces rector de la Universidad Veracruzana (UV), Gonzalo
Aguirre Beltrán –quien propició la creación
de la Facultad de Letras que este año cumple medio siglo
de su fundación–vislumbró en 1957, una institución
de primer orden capaz de constituirse a sí misma como un
conjunto de humanistas y científicos encargados de reconocer
la realidad nacional y estatal para crear una universidad como
la que ahora orgullosamente se ha logrado.
José Pascual Buxó manifestó que no fue mera
coincidencia el que se fundaran el mismo año la Facultad
de Letras, la Editorial de la UV y la revista La Palabra y el
Hombre, pues con las tres instituciones se relacionan nombres
clave en el desarrollo de un movimiento cultural, independiente
y rico de esos años, como los de Emilio Carballido, Rosario
Castellanos, Sergio Galindo, Dagoberto Guillaumin, Jorge López
Páez, Alfonso Medellín Zenil, Ricardo Poza, Ramón
Rodríguez, Alejandro Rossi, Fernando Salmerón, Tomás
Segovia, Javier Tavera Alfaro, José Gaos y Leopoldo Zea.
En este sentido, el Rector aseguró que el orgullo más
grande de la comunidad universitaria “es que seguimos siendo
una universidad que reivindica el pensamiento de los grandes hombres
del 57, como Gonzalo Aguirre Beltrán, Fernando Salmerón,
Sergio Galindo, José Pascual Buxó y otros que propiciaron
que esta universidad se mirara como una institución que
podía impulsar la formación de creadores para que
fuera verdaderamente Arte, Ciencia y Luz”.
Para festejar el cincuentenario de la Facultad, también
se organizó el Primer Encuentro de Estudiantes de Lengua
y Literatura. Uno de los temas que más interés causaron
fue el de la mesa Lengua y poesía, donde Héctor
Miguel Sánchez Rodríguez habló de la relación
directa entre el erotismo y los alimentos.
“Aunque estudio profundamente la poesía, mi interés
por abordar este binomio se debió a un acercamiento narrativo
iniciado por mi lectura de El Quijote. Eso me llevó a descubrir
poemas donde de repente aparecía comida pero ya no se utilizaba
para describir cómo los personajes comían, sino
para describir partes del cuerpo humano”, dijo.
Sánchez Rodríguez estudia a partir de la comida
las relaciones eróticas que plasman en su poesía
autores como Sor Juana Inés de la Cruz, Garcilazo de la
Vega, José Lezama Lima o Coral Bracho, y que tiene que
ver con las frutas, la miel o el agua.
De la escritura femenina, la ausencia del papel del escritor,
de Barthes y Focault pasando por Marx, se habló en la mesa
“Teoría literaria”, donde se recordó
cómo a través del tiempo la escritura masculina
proveniente de las culturas occidentales –de hombres blancos
y católicos, principalmente– ha callado la voz de
“el otro” entre ese otro, el de las mujeres.
Sin embargo, ellas siempre han buscado su reconocimiento luchando
por construir su propia identidad alejada del discurso patrilineal:
“Es la literatura una de las tantas armas que las mujeres
han usado para construir su discurso”, dijo Víctor
Hugo Amaro Gutiérrez.
Por su parte, Rómulo Pardo Urías expuso el tema
“Los ojos para el arte: un balance histórico del
realismo francés y de las ideas estéticas de Marx”,
en el que habló de una Europa en la era de la industrialización,
de los valores enraizados en las doctrinas liberales de Descartes
o Kant y del nacimiento del “artista genio” con su
centro de acción en París. Para el ponente, si se
quiere entender de los valores “moderno” y “modernidad”,
es básico echar una mirada al pasado para poder comprender
el presente.
Los estudiantes Fernanda Díaz Basteris, de la Universidad
Autónoma de Yucatán, y Carlos Javier Orozco Hurtado,
de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM-I)
compartieron la inquietud por inmiscuirse en todos los recovecos
de la literatura mexicana y española aunque en siglos muy
distantes, finales del XVI y principios del XVII y el XXI.
Fernanda Díaz ha enfocado sus esfuerzos al análisis
de la poesía del escritor Jorge Esquinca, mientras que
Carlos Orozco dice gustarle “endemoniadamente” toda
la literatura del Siglo de Oro. Ambos participaron en el Primer
Encuentro de Estudiantes de Lengua y Literatura que organizó
la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana
(UV) para celebrar su 50 aniversario.
Aunque Carlos Orozco disertó sobre el sentido y forma de
Guerra en el paraíso de Carlos Montemayor, a quien considera
un narrador del siglo XX comprometido con la guerrilla de Lucio
Cabañas, su interés central está depositado
en la literatura del Siglo de Oro, que calificó como muy
complejo de descifrar aunque ya existan numerosas y afamadas investigaciones.
Comentó que el Siglo de Oro es un campo muy fértil,
por lo que en la UAM-I actualmente se desarrollan bases de datos
y catálogos documentales. Gracias a este trabajo, él
ha podido tener más acercamiento a su autor favorito, Pedro
Calderón de la Barca, poeta y dramaturgo.
Una de las actividades más importantes por lo emotiva,
cálida y sincera fue el homenaje que la Facultad de Letras
rindió al más representativo dramaturgo de la narrativa
contemporánea, el cordobés Emilio Carballido; y
no era para menos pues curiosamente –y en los 50 años
que tiene la Facultad– es la primera vez que se le rinde
tributo a tan valioso personaje.
En un abarrotado Auditorio de la Unidad de Humanidades dio inicio
el festejo con una de las tres lecturas en atril que se realizaron
en la jornada. Fue nada menos que Teseo, tragicomedia publicada
en 1962 en La Palabra y el Hombre y estrenada en el Teatro Xola
de la Ciudad de México bajo la dirección de Salvador
Novo.
Participaron en esta lectura los estudiantes de primer semestre
Josué Sánchez, Nayeli Olmedo y Carlos Alberto Velasco.
Roberto Benítez, dramaturgo, director y maestro de la Facultad
de Teatro de la UV y con más de 18 años de experiencia
en el teatro, dijo que Carballido es parte fundamental del teatro
que vemos en nuestros días: “Animador de la vida,
generoso maestro de muchos dramaturgos, nos sorprende su vigor
y energía. Si algo es evidente en la dramaturgia de Carballido
es que su destino es la escena. Su curiosidad principal es querer
saber más de la naturaleza humana”, expresó.
Nidia Vincent, ex directora de la Facultad de Letras, habló
del gran escritor como una de las figuras más notables
de la cultura mexicana de toda la segunda mitad del siglo XX y
lo que va del XXI. Dijo que es un autor que ha hecho escuela entre
los dramaturgos mexicanos y quien además es promotor incansable:
“Estamos homenajeando al hombre que escribe, al hombre de
letras que tiene una obra narrativa muy importante. Nos pareció
importante el mostrar a las nuevas generaciones el teatro de Carballido.
Sabemos que el teatro se lee poco, de los géneros literarios
es el menos leído y ésta es una oportunidad de dárselo
a conocer a nuestros alumnos.”
El académico Mario Muñoz dijo que en este caso se
hace un homenaje a las diferentes facetas de Carballido y no sólo
al hombre de teatro, sino también a su actividad como narrador,
que quizás es una de las menos estudiada en su vida literaria:
“Uno de nuestros objetivos es dar a conocer a los nuevos
estudiantes la importancia que tiene para la literatura nacional
hispanoamericana la figura del maestro”. Finalmente, Magdalena
Hernández y Monserrat Zúñiga entregaron a
Emilio Carballido, en nombre de toda la comunidad de la Facultad
de Letras Españolas, un reconocimiento simbólico
a su trayectoria y a la importancia que su constante quehacer
como narrador y dramaturgo representa para las letras mexicanas. |