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Se
reunieron expertos de Italia, España, Alemania y México
para analizar a Nietzsche
Edith
Escalón, Alma Espinosa, Juan Carlos Plata, Dunia Salas,
David Sandoval y Gina Sotelo |
“El
reto fue profundizar en el contenido de la filosofía
de Nietzsche bajo diversos instrumentos de análisis,
difundir sus enseñanzas de manera sencilla y provocadora
para que se sigan formando muchos jóvenes en su estudio”:
Ricardo Corzo
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El
pensamiento del filósofo alemán Friedrich Wilhelm
Nietzsche es un catalizador para repensarnos a nosotros mismos en
un momento en el que la racionalidad ha dejado de ser un cielo protector,
aseguró el investigador del Instituto de Filosofía
de la Universidad Veracruzana Julio Quesada, a propósito
del Congreso Nietzsche ¿ha muerto? Filosofía, arte,
religión, política; memorias de un caminante intempestivo,
que organizó la UV, junto con la Fundación Cultural
Hombre y Mundo, la Universidad Autónoma de Madrid, la Fundación
Ética Mundial de México, y la Embajada de España
en México.
Acerca de la pertinencia de haber debatido sobre el pensamiento
filosófico de Nietzsche, Quesada afirmó que los problemas
en relación con nuestra identidad cultural, destino, de carácter
científico, religioso, morales y éticos, políticos,
sobre el sentido de la democracia y demás, se están
viendo ahora como si estuviéramos en la cresta de la ola
que él pensó y advirtió prácticamente
con más de un siglo de antelación.
Ricardo Corzo, secretario Académico de la UV, presidió
la inauguración del encuentro, en la que aseguró que
se han abierto enormes expectativas para un amplio sector académico
y estudiantil. “El reto fue profundizar en el contenido de
la filosofía de Nietzsche bajo diversos instrumentos de análisis,
difundir sus enseñanzas de manera sencilla y provocadora
para que se sigan formando muchos jóvenes en su estudio”. |
Giuliano
Campioni, reconocido en la UV por su liderazgo intelectual |
La
UV, recién fundada, comprendió que su quehacer académico
no podía estar ajeno a la filosofía y a la formación
de recursos porque precisamente no solamente nuestros corpus teóricos
requieren de tal, sino lo requiere la sociedad. En tanto, Gerardo
Martínez, presidente de la Fundación Hombre y Mundo,
dijo que Nietzsche sigue siendo un gran provocador, lo cual es un
gran ejemplo para las fundaciones que pretenden ser provocadoras
del cambio para buscar el bien común.
“Se requieren cambios en las estructuras filosóficas,
del pensamiento y, sobre todo, en la economía, por eso es
grato para las fundaciones ser provocadoras de este diálogo
para que juntos podamos aportar al futuro en que si no hacemos cambios
importantes ponemos en peligro a la humanidad y al planeta”,
asentó.
Julio Quesada Martín, al presentar su libro Nietzsche: afirmación
y demonio melancólico, editado por la UV, dijo que ante el
hecho de que nuestra civilización ha tocado fondo, en lo
referente a los valores científicos, tecnológicos,
políticos y morales, la filosofía emerge de manera
contundente, ya que existe la gran necesidad de que volvamos a plantearnos
si hemos hecho las cosas bien. |
“Se
necesita una gran transvaloración, una gran crítica,
pero para que haya una crítica se necesita una gran crisis.
La filosofía tiene que ver con la ilustración, entendida
ésta como el valor de cada individuo de servirse de su propio
pensamiento, como decía Kant. La filosofía es una
especie de luz ámbar en el semáforo que continuamente
está llamando la atención sobre la necesidad de pensar
las cosas otra vez”, sostuvo.
En la mesa redonda “Nietzsche, la filosofía y el arte”,
Jorge Manzano, académico de la Universidad de Guadalajara,
se refirió al estilo exaltado con el cual desarrollaba sus
ideas el filósofo alemán, quien planteaba que “todo
estilo ha de comunicar por medio de signos un estado de ánimo”.
Uno de los temas recurrentes en la obra de Nietzsche, dijo, es el
mito del eterno retorno, que será abordado en la representación
teatral como un proceso emocional, definido como dionisiaco, más
que un proceso racional, “a Nietzsche lo mueve una idea dionisiaca:
el amor a la vida”, resaltó Manzano.
Guadalupe Lucero, académica de la Universidad de Buenos Aires,
refirió en su ponencia “Afirmarse en el desierto: ecos
del diagnóstico nietzscheano en la música del siglo
XX” el planteamiento del filósofo alemán como
“un regreso al gozo, a la forma dionisiaca, en el arte”.
Señaló que en las obras de Nietzsche, particularmente
en Más allá del bien y del mal, se plasma una necesidad
de pensar en adelante una estética en términos fisiológicos,
contrario a lo que expresaban las obras del compositor alemán
Richard Wagner, quien fue criticado por Nietzsche en sus últimos
años.
Lizbeth Sagols, profesora de Bioética en la UNAM, aseguró
que el superhombre de Nietzsche no aspiraba a la dominación
ni buscaba el control de unos sobre otros, sino la realización
plena de sus capacidades; su pensamiento ha sido malinterpretado
a conveniencia del poder en turno, como sucedió con los Nazis
en el siglo XX: “Nietzsche no estaría de acuerdo en
usar su filosofía como justificación de la opresión
y el despotismo, porque el superhombre no es un político
rapaz: es un artista, con todo lo que ello implica”.
Según la interpretación que hace Sagols, para Nietzsche
el superhombre no es un futuro o una posibilidad, sino una realidad.
“Tiene que haber estado presente en algún momento de
la historia porque el futuro no puede negar el pasado, no podemos
pensar en una novedad total porque el tiempo es circular, se repite
siempre, por eso tuvo que haber existido”, aunque la universitaria
reconoce que “a él no le interesaba tener razón”.
Por su parte, Mónica Cragnolini, dijo que el filósofo
alemán supo ver, hace más de 100 años, las
características de la cultura occidental y, en su calidad
de pensador visionario, predijo su derrumbe: “Nietzsche se
consideraba a sí mismo un profeta, y podemos decir que en
muchos sentidos fue un visionario, tuvo la capacidad de ver lo que
caracteriza a la cultura occidental y cómo esta cultura se
derrumbaría. En esa posibilidad de ver el derrumbe de la
cultura occidental, si lo vemos como algo propio de esta cultura
y no como algo que viene de afuera, podemos decir que predijo lo
que estamos viviendo”.
La académica aseguró que si se sigue hablando de Nietzsche
es porque lo que él planteaba estaba adelantado a su tiempo,
su época no podía absorber la crítica a los
valores que él hizo, su crítica a los fundamentos
de la moral hay que ir absorbiéndola y asimilándola
poco a poco.
De acuerdo con Adolfo Vázquez Rocca, profesor de la Universidad
Pontificia de Valparaíso, en Chile, el hombre es el único
animal que se predice, que es capaz de construirse a sí mismo,
de saber lo que es y lo que puede llegar a ser, l a estrategia de
hostilidad, decadencia y disolución de valores que sostenía
la corriente de pensamiento denominada nihilismo fue superada por
la filosofía de este pensador alemán, considerado
el más influyente del siglo XIX.
“Ya no se trata sólo de la construcción intelectual
o espiritual, también hablamos del uso de la tecnología
para mejorar al hombre (llamada antropotecnia), y eso incluye la
biotecnología, la genética, incluso la cirugía
estética”, comentó el universitario, docente
de posgrado en la institución chilena.
“Las sociedades contemporáneas dan un sentido al dolor
basado en la retribución que se tiene a cambio de experimentarlo,
contrario al planteamiento de Friedrich Nietzsche en su doctrina
del eterno retorno, en la cual el dolor es en sí mismo un
fin, ya que tiende a repetirse eternamente, manifestó Tomás
Pollán García en su conferencia “Eterno retorno
y mentalidad sacrificial”. |
El
académico de la Universidad Autónoma de Madrid, explicó
que en la mentalidad sacrificial el dolor, el sufrimiento, al margen
del resultado, hacen al sujeto acreedor a algún tipo de derecho
y se recompensa con un valor adquisitivo para comprar bienes o un
valor en el sentido moral. Esta idea niega al dolor su carácter
de realidad última”.
Los principios que guiaron la crítica que el filósofo
alemán Friedrich Nietzsche hizo al cristianismo pueden utilizarse
para otras religiones, aseveró Enrique Romerales Espinosa,
académico de la Universidad Autónoma de Madrid, quien
señaló las tres principales razones que Nietzsche
encontraba para estar en contra del cristianismo. La primera es
su objeción por el monoteísmo porque anula la voluntad
humana e individual; la segunda es su crítica a todo lo que
involucrara el ultraterrenismo que afirma la existencia de otra
vida después de la vivida, y por último, la moral
cristiana caracterizada por la obediencia y sumisión.
En tanto, Gerardo Martínez Cristerna, presidente de la Fundación
Hombre y Mundo, expresó que para Nietzsche, la música
representa la creación sin límites presente tanto
en el universo como en el ser humano, en este aspecto se aleja de
las concepciones de su tiempo que destacan a la visión como
la forma en que se puede comprender al universo. |
Diego
Sánchez Meca, director de la edición Friedrich Nietzsche.
Fragmentos póstumos, presentó los dos primeros volúmenes
de la obra |
Con
la conferencia “Los oídos de Nietzsche. La música
como reforma corporal del sujeto metafísico”, Martínez
Cristerna dijo que el tema de la creatividad en la obra del filósofo
alemán es determinante desde sus primeros textos como “el
nacimiento de la tragedia” donde plantea un discurso filosófico
que se enfrenta a los valores y creencias de su época, proponiendo
un lenguaje fácil de leer pero sujeto a diversas interpretaciones.
En la mesa “Pensamiento, metafísica y ontología
en Nietzsche”, Virginia Mabel, académica de la Universidad
de Buenos Aires, planteó en qué sentido la creación
tiene que ver con el olvido: “La necesidad de recuperar la
facultad del olvido –que ha sido bastante vapuleada desde
el sentido común, e incluso, desde la tradición filosófica–
a partir de la figura más importante de Nietzsche que es
la figura del niño, una de las figuras del tipo creador por
excelencia, es decir, el niño es niño porque olvida”.
Para explicar por qué el niño, en tanto olvido, se
constituye en nuevo creador, partió de la distinción
entre un simple olvidar el proceso de creación de los conceptos
y un olvido que es lo que permite un cierto desprendimiento respecto
de estos modos de ver el mundo, que pueden ser liberados: “El
olvido es necesario porque es lo que permite justamente que uno
no se quede anclado a una interpretación determinada; si
no existiera esa fuerza vital que es el olvido, no habría
posibilidad de cambiar nuestro modo de concebir el mundo”,
aseguró.
El ensayista Rafael Toriz aseveró que debido al número
de textos y sobre todo al contenido ideológico, a Friedrich
Nietzsche se le puede considerar como una máquina textual
impresionante, ya que de las distintas lecturas uno intenta agarrarse
de diversas aristas para aprender de sociología, filosofía.
En el marco del Congreso Internacional Nietzsche ¿ha muerto?
Filosofía, arte, religión, ciencia y política:
Memorias de un caminante intempestivo, se presentaron los dos primeros
tomos de los cuatro que conforman la obra Friedrich Nietzsche. Fragmentos
póstumos, editada por Editorial Tecnos, y que incluye el
material que el filósofo alemán dejó inédito
cuando ya no estaba consciente.
Diego Sánchez Meca, director de la publicación, aseguró
que era necesaria una edición en español fiel y correcta,
lo cual fue muy difícil pues se necesitó una labor
de archivo muy precisa: “Justamente en los escritos que Nietzsche
dejó sin publicar está la parte más importante
de su pensamiento, de ahí la importancia de la publicación
en castellano de esta obra. Ahora los hablantes del español,
en especial las universidades, estaremos en igualdad de condiciones
con las otras lenguas en las que ya se publicó esta obra:
alemán, italiano, francés y japonés”,
agregó Sánchez Meca.
En otro sentido, Giuliano Campioni, profesor de Historia de la Filosofía
en la Universidad de Lecce, en Italia, y uno de los estudiosos del
pensamiento de Niestzsche más reputados del mundo, aseguró
que para Niestzche, la muerte de Dios significaba la potencial liberación
del hombre de la falsa seguridad divina, que consideraba el máximo
peligro para el surgimiento de seres superiores.
El académico italiano, cuya conferencia cerró los
trabajos del congreso Niestzche ¿ha muerto? organizado por
la Universidad Veracruzana (UV), recibió además
un homenaje por su liderazgo intelectual y sus contribuciones a
la formación de generaciones de filósofos y estudiosos
del pensamiento de Nietzsche, tanto en Europa como en América
Latina.
En su exposición, Campioni aseguró que en la filosofía
de Nietzsche, pensador alemán “cuyo legado sigue vigente”,
entender la muerte de Dios implica “experimentar nuevas formas
de vida, alejadas de la falsa seguridad del héroe que camina
y vive bajo la sombra protectora de Dios, quien expresa la divinidad
del mundo”.
Julio Quesada, Mónica Cragnolini y Luis S. Grevon, académicos
e investigadores de universidades mexicanas e italianas, aseguraron
que los trabajos intelectuales de Campioni, al que calificaron como
“el gran maestro” son y serán fundamentales no
sólo para la formación de nuevos filósofos,
sino para descubrir en Niestzsche las claves de un pensamiento lúcido
que ayude al hombre a encontrarse a sí mismo. |
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Filósofos
se reunieron en el Teatro del Estado para dialogar sobre Friedrich
Nietzsche
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