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Se
reúnen para hablar de esta joya de la cultura olmeca
Estela I de La Mojarra, pieza que revolucionó las teorías
sobre la escritura mesoamericana
Alma
Espinosa, Ricardo Luna y Gina Sotelo
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En
1986, procedente de la congregación La Mojarra, municipio de
Alvarado, llegó al Museo de Antropología de Xalapa (max)
la Estela I, también conocida como El Indio, obra monumental
labrada por los olmecas, que presenta jeroglíficos de tradición
pre-maya y pos-olmeca. Su hallazgo revolucionó las teorías
sobre los sistemas de escritura mesoamericana, ya que la pieza da
cuenta de un lenguaje escrito que es considerado como uno de los más
antiguos y completos de América.
Este bloque de piedra de origen ígneo, cuyo peso supera las
cuatro toneladas, tiene labradas sólo dos caras. La principal
presenta a un personaje de perfil en cuya mano sostiene un glifo,
lo cual evidencia el empleo de uno de los primeros lenguajes escritos
de la historia mesoamericana, probablemente el primero del que se
tiene evidencia.
Para hablar de esta joya de la escultura olmeca, que tiene aproximadamente
2 000 años de antigüedad y que desde 1996 se exhibe en
el max, el 6 y 7 de marzo se llevó a cabo la Segunda Reunión
sobre la Estela I de la Mojarra en el auditorio del museo, en la que
especialistas e investigadores mexicanos y extranjeros expusieron
trabajos sobre desciframiento, medio ambiente y relaciones culturales. |
Actualmente
la Estela I de La Mojarra es albergada por el Museo de Antropología
de Xalapa. (Foto: César Pisil) |
Las
jornadas académicas se pusieron en marcha con la conferencia
Eclipse solar del 13 de julio de 139 d.c., por Fernando
Winfield Capitaine, antropólogo de la Universidad Veracruzana,
quien habló de un glifo de la Estela I que da cuenta de uno
de los eclipses solares y lunares descritos en ese monolito, que debió
presentarse el 13 de julio del año 139 d.c. Según este
investigador, no es el único eclipse al que se hace referencia
en dicha pieza arqueológica que en gran parte consigna fenómenos
astronómicos.
El investigador Rubén Morante López, director del max,
señaló que la piedra volcánica que mide 2.20
metros de altura y 1.20 de ancho está conformada por dos caras
en estado natural y dos especiales para el grabado. En el costado
derecho se pueden apreciar 21 columnas de signos, mientras que en
el frente se observa un personaje en relieve. Morante López
también hizo referencia al sistema de escritura de la Estela
I que, a pesar de ser desconocido, es muy parecido al maya, dato arrojado
por la interpretación y los estudios iconográficos realizados
por especialistas internacionales.
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La
estructuración del texto jeroglífico, otra de
las ponencias incluidas en la reunión, fue presentada por Hugo
Prestinary Canossa, académico de la Universidad de Santa Ana,
California, quien desde hace 15 años ha dedicado su atención
al estudio de los glifos de la Estela de la Mojarra, roca labrada
por los olmecas a la que considera como puente entre esta cultura
y la maya.
Prestinary Canossa comentó que a través de cálculos
matemáticos ha descubierto en las inscripciones de la Estela
de la Mojarra imágenes de manos y ha encontrado la lógica
que los antepasados utilizaron para realizar los glifos. Pero como
su trabajo aún no ha concluido, sugirió a la uv que
realice una profunda investigación sobre los demás glifos,
con el objetivo de conocer el significado del mensaje y el porqué
de su colocación.
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Hugo
Prestinary Canossa participó en la Segunda Reunión sobre
la Estela I de la Mojarra, con la conferencia La estructuración
del texto jeroglífico. (Foto: César Pisil) |
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