En
México, prescindir de fertilizantes y plaguicidas agroquíímicos
mermaría en un 30 por ciento la producción del campo,
además provocaría hambre en el medio rural, depredación
de bosques y escasez de agua, aseguró Gabriel Díaz,
coordinador del Código de Conducta de la Asociación
Mexicana de la Industria Fitosanitaria, ac.
Durante el curso que impartió el 11 y 12 de marzo a estudiantes
de la Facultad de Ciencias Agrícolas, Díaz aseguró
que, si bien algunos métodos de agricultura orgánica
dan respuesta a ciertos problemas del agro, su uso sólo
es efectivo en pequeñas extensiones de tierra con problemas
muy focalizados.
Si no es posible dejar de emplear los fertilizantes, hay
que enseñarles a los usuarios finales productores,
agrónomos o campesinos a manejarlos correctamente,
aseguró el representante de la Asociación Mexicana
de la Industria Fitosani-taria (amifac), una agrupación
de 80 empresas que se dedican a la fabricación, formulación,
comercia-lización, importación y exportación
de agroquímicos y productos fito-sanitarios.
Y es que, según explicó, en el campo los técnicos,
campesinos, productores y agricultores utilizan los agroquímicos
de manera inadecuada, de ahí que surjan muchos problemas
por falta de información: la intoxicación
accidental es uno de los principales, ya sea porque los usuarios
vuelven a envasar los productos o porque los dejan al alcance
de cualquiera. También se han reportado casos de intentos
suicidas y errores en su manejo. Ésta es la razón
por la que la amifac lleva hasta los usuarios finales las experiencias
que han tenido durante 10 años en las prácticas
de campo.
Sobre la razón por la que los productores no tienen muchas
opciones para evitar el uso de agroquímicos, Gabriel Díaz
explicó que necesitamos tecnologías que puedan suplir
el rendimiento que da a un cultivo la aplicación de agroquímicos,
y hasta el momento no las hay. El año pasado, durante
un encuentro que reunió a investigadores, académicos,
industriales, grupos ecologistas y gobierno para definir si era
necesario emplear los agroquímicos, llegamos a la conclusión
de que en el corto plazo es imposible dejar de utilizarlos, si
queremos conservar el rendimiento que tenemos actualmente,
puntualizó.
Díaz dejó abierta la invitación para que
los usuarios lean cuidadosamente la etiqueta de los productos
agroquímicos y se apeguen a la información que marca:
La etiqueta es la primera fuente de información;
ahí los productos especifican el uso, los cuidados personales
y al ambiente, las recomendaciones al médico, qué
contiene, quién lo fabrica, porcentajes de ingredientes
activos e inertes, para qué cultivos o plagas debe emplearse,
y qué dosis debe aplicarse, así como las fechas
del año en las que está recomendado usarlo, en fin,
toda la información que un productor necesita saber.
Apegándose a estos datos, quienes hacen uso de dichas sustancias
podrán manejarlas correctamente en beneficio de su cultivo,
medio ambiente y salud.