El 19 de marzo de 2003 el gobierno de Estados
Unidos, con el apoyo de la Inglaterra y España, decidió
unilateralmente atacar Irak, y aunque era un acto predecible, semanas
antes de la invasión, la mayor parte del mundo presionó
para evitar la guerra. El escritor mexicano Carlos Montemayor, miembro
de la Academia Mexicana de la Lengua, compartió su opinión
sobre las razones que tuvieron los países aliados para invadir
al pueblo iraquí, y sobre las complicidades y sobre los apoyos
recibidos para desatar la guerra.
El
domingo 16 de marzo, en el mundo aún se hablaba de la posible
guerra entre los Estados Unidos e Irak, se teorizaba, se especulaba
y,
no obstante su cercanía, la mayor parte de los hombres
y las mujeres que habitan el planeta tenía esperanzas de
que no sucediera. De hecho, millones de personas se pronunciaron
durante semanas contra el conflicto bélico echando mano
de distin-tos medios: la escritura, las manifestaciones civiles,
los discursos, el arte, la Internet.
Sin embargo, tres días después, las suposiciones
y los deseos de paz se disolvieron entre los sonidos de las sirenas
que ulularon en Bagdad cerca de las 5:30 horas y entre los misiles
Tomahawk que la Marina estadounidense lanzó contra objetivos
específicos de esa milenaria ciudad. La guerra comenzó,
a pesar de los esfuerzos de la Organización de la Naciones
Unidas, de la negativa de distintos gobiernos, de las expresiones
de cientos de miles de manifestantes e, incluso, a pesar de la
desesperación del pueblo iraquí.
En efecto, el domingo 16 de marzo fecha en la que obtuvimos
la opinión acerca de este conflicto del ensayista y narrador
mexicano Carlos Montemayor, quien visitó la ciudad de Coatepec,
Veracruz, para ofrecer una plática sobre el tema,
la invasión al país gobernado por Sadam Hussein
era todavía una sospecha, más bien una sospecha
a medias, que poco después se convirtió en una realidad
trágica, sustentada en los intereses de quienes pretenden
modificar el mapa del Oriente Medio (región por demás
codiciada por su riqueza petrolera), al tiempo que intentan demostrar
al mundo entero su poderío militar y económico.
Sobre este y otros temas de política internacional, con
los tambores de guerra apenas sonando, platicamos con Carlos Montemayor
en la siguiente entrevista.
¿No
es paradójico hablar de democracia en Estados Unidos, un
país cuyo presidente recibió el poder después
de un proceso electoral anómalo, y donde la voz de los
ciudadanos no es escuchada?
Hay diversos conceptos de democracia. Cuando predomina una idea
de democracia solamente en términos electorales pueden
cometerse muchas barbaridades en nombre de ella. En efecto, de
todos los presidentes de la Unión Americana George W. Bush
es el más cuestionable en términos de vencedor en
procesos electorales. No obstante, el país entero sigue
considerándose como el adalid de la democracia en el mundo.
Pero hay que considerar que los habitantes de esa nación
están entendiendo por democracia fundamentalmente los procesos
electorales y no tanto el de la participación ciudadana.
En el caso de Estados Unidos, el poder judicial a menudo se ha
levantado de manera muy clara para acotar los poderes del ejecutivo
federal, en tanto que el poder legislativo también ha tenido,
en ocasiones, distanciamientos o controles efectivos sobre el
presidente de la república.
¿Cree
que la guerra contra Irak ya estaba planeada desde el momento
en que Bush llegó a la presidencia?
Naturalmente, una parte del equipo del ahora presidente de Estados
Unidos ya había pensado invadir Irak, intención
que fueron trabajando a lo largo del tiempo y que fortalecieron
con los atentados del 11 de
septiembre.
De hecho, un periodista muy conocido del Washington Post acaba
de publicar un libro titulado Bush at War, en el que relata, hora
por hora, las reuniones, situaciones, contextos y conversaciones
que el presidente Bush sostuvo con su gabinete durante los primeros
días posteriores a los ataques en las ciudades de Nueva
York y Washington. Es así como en Bush at War se consigna
que el 11 de septiembre, a las cuatro de la tarde, en la primera
sesión, cuando predominaba en el gabinete la necesidad
de identificar a los culpables, Donald Rumsfeld secretario
de Defensa de Estados Unidos planteó aprovechar esos
ataques terroristas para invadir Irak de inmediato.
Así que, efectivamente, es un plan concebido previamente,
que no está vinculado con las declaraciones recientes de
Bush ni con los propósitos que dice tener para mejorar
las condiciones de vida de los iraquíes. Se trata, pues,
de un proyecto anterior e independiente de los sucesos del 11
de septiembre, de las circunstancias políticas que prevalecen
en Irak y de las condiciones militares de aquella nación
del
Medio Oriente.
Además
del petróleo, ¿qué otros intereses mueven
al gobierno de Estados Unidos para invadir Irak?
Estados Unidos que es una nación que consume más
de la cuarta parte de la producción total de hidrocarburos
en el planeta tiene, desde hace muchas décadas, el
propósito de modificar los equilibrios económicos
y políticos de todas las zonas del centro asiático
y del Oriente Medio. Por ello, tendríamos que decir que
la invasión a Irak está motivada no sólo
por el petróleo iraquí, sino también por
el de Irán, el de Afganistán y el de las ex repúblicas
soviéticas cercanas al Mar Caspio y colindantes con Afganistán,
que representan una riqueza inmensa en gas natural y en petróleo.
De tal suerte que la intención de ese país norteamericano
es tener el control de reservas de hidrocarburos en una gran parte
del continente asiático; además, la necesidad de
imponer claramente a todo el mundo su poderío militar y
económico orilla al gobierno
estadounidense a desatar la guerra.
¿A
pesar de la negativa de otros gobiernos y de las manifestaciones
de millones de ciudadanos tanto estadounidenses como de otros
países?
Ellos están decididos a invadir a pesar del clamor del
mundo que se pronuncia a favor de la paz. Es más, la administración
de George Bush no había previsto que se generara tanta
oposición en Estados Unidos, no en el ámbito civil,
sino en el seno de organizaciones sindicales y de concejalías
de ciudades tan importantes como Nueva York. A esto hay que agregar
el desconcierto de esa cúpula de poder de no contar con
el apoyo del Consejo de Seguridad de la Organización de
las Naciones Unidas, que creía hasta hace unos días
absolutamente factible. Ya no espera tal resolución. Y
como sigue el riesgo del veto por parte de Rusia y de Francia,
el gobierno de George Bush optó por retirar la discusión
en el seno del Consejo de Seguridad.
Desde
su punto de vista, ¿cuáles
son las razones por las que
Inglaterra y España están
apoyando las intenciones y decisiones estadounidenses?
Es necesario aclarar que no son España ni Inglaterra, son
los gobernantes de Inglaterra y de España, mas no los pueblos,
los que apoyan a Bush (inclusive, parte del gabinete de Tony Blair
está en desacuerdo, y de los tres gobiernos éste
es el que más se está tambaleando). Así que
estamos ante un ejemplo claro de que las decisiones de una guerra
no las toman los pueblos sino un grupo de gobernantes. Sus razones,
no sabemos; quizá estén motivados por el miedo,
por la simpatía, o por intereses económicos, políticos
o militares, y en esa gama completa de intereses, puede caber
desde la corrupción hasta la confraternidad.
En
este escenario de ayudas y complicidades ¿están,
además de los dueños de las industrias petroleras,
armamentistas y trasnacionales, los propietarios de los medios
de comunicación?
Sin duda. La mayor parte de los grandes consorcios informativos
de los Estados Unidos está vinculada con las grandes trasnacionales
estadounidenses, que representan la parte directamente interesada
en la expansión militar y económica de dicha nación.
Así que detrás de todas las corporaciones informativas
están los intereses de la guerra; por ello, los medios
de comunicación siempre han sido parciales desde la guerra
de Corea, la guerra de Vietnam, la guerra del Golfo, la invasión
en Panamá
El
papel de países como Francia, Rusia, China y Alemania ha
servido para retrasar el conflicto armado, pero su posición
a favor de la paz ¿se debe a un acto humanitario o detrás
de esa postura existen otros intereses?
Los intereses fundamentales de naciones como Francia, Alemania,
China o Rusia son fortalecer la multilateralidad, consolidar los
espacios de equilibrio internacional y preservar la vida útil
de la Organización de las Naciones Unidas, creo que eso
es lo importante. De ahí que haya una confrontación
entre la actitud del gobierno de Bush que quiere que Naciones
Unidas; se le rinda de manera total a sus deseos unilaterales,
y la reacción de los otros países que luchan por
la conservación de la multilateralidad. Esto para mí
es lo esencial.
¿Cuál será el destino de la onu si el gobierno
estadounidense decide unilateralmente atacar a Irak?
Podría recibir un golpe devastador y mortal. Incluso, el
presidente Bush sería capaz de retirarse de la onu, desbaratar
los espacios de discusión internacional y desintegrar esa
organización mundial
Con ello, podría establecerse
un mundo de barbarie.
Y
la soberanía de los países estaría en riesgo
.
El internacionalismo estaría en riesgo. La justicia mundial
estaría pisoteada. No habría ninguna seguridad ni
legalidad internacionales. Sin embargo, aunque el gobierno de
Bush esté dispuesto a efectuar tal atrocidad, el pueblo
de Estados Unidos no lo apoyaría. Por eso creo que las
protestas que han tenido lugar en la Unión Americana son
fundamentales para detener el espíritu salvaje de George
Bush, a quien no le importa lo que ocurre fuera de su país.
En
el seno de la onu y en el mundo entero, los votos de países
como Chile y México para apoyar o no legitimar la guerra
produjeron una gran expectación. ¿Por qué
el gobierno de Vicente Fox puso en duda su decisión durante
varios y largos días?
Primero por ineptitud, después por cobardía y, finalmente,
porque no tiene idea de lo que es la dignidad del país.
Yo creo que por esas tres razones. Por otra parte, hay que considerar
la posibilidad de que Estados Unidos le haya cedido a México
un lugar en el Consejo de Seguridad para tener un aliado.
Desde
la instauración del actual gobierno mexicano, se han señalado
algunos errores cometidos por quienes se encargan de las relaciones
internacionales. ¿Qué opinión le merece la
política exterior que
la administración de Fox está desarrollando?
Pésima. Es de las peores épocas de nuestro país
en cuanto a política exterior se refiere, ya que es evidente
que carece tanto de una columna vertebral, como de una claridad
de cooperación internacional. Al mismo tiempo, es visible
la actitud absolutamente de súbdito que está mostrando
el ejecutivo federal ante Estados Unidos. Sin duda, es uno de
los peores momentos que ha vivido este país en ese sentido,
sobre todo si los comparamos con periodos anteriores, en los que
la política exterior abanderó un criterio absolutamente
firme de no intervención, de respeto por la autodeterminación
de los pueblos y de reconocimiento de sus gobiernos. Esta posición
le permitió a México trazar una trayectoria digna
a lo largo de décadas. En cambio, Fox no tiene la menor
idea de lo que es la dignidad y la soberanía de un país,
lo cual no sé si se deba a su ineptitud o a su ignorancia.
¿Los
países que tienen petróleo, como México y
Venezuela, son susceptibles de correr la suerte que están
padeciendo Irak o Afganistán?
De distintas maneras. Al gobierno de Estados Unidos le interesa
la ocupación militar de Irak porque, como lo expliqué
anteriormente, quiere modificar totalmente el control político,
económico y petrolero de Asia central y de Medio Oriente.
En el caso de México, creo que eu considera como propio
el petróleo mexicano, por lo que no es necesario invadir
de manera bélica nuestro territorio, y mucho menos si éste
está administrado y presidido por un gobierno como el de
Vicente Fox.