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Producida
por la Orteuv
Dibujitos desanimados fusiona drama con lo grotesco y el humor involuntario
Gina
Sotelo
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La
combinación de ritmos africanos, españoles, amerindios
y caribeños dan cuenta de la variedad musical y coreográfica
que se despliega sobre el escenario. / Ideado por el gobernador
Miguel Alemán, el espectáculo inspirado en el trabajo
del grupo irlandés Riverdance, reúne la creatividad
de múltiples artistas de la UV, de México y el mundo.
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A
partir del tratamiento de la temática gay, en la obra Dibujitos
desanimados Alejandro H. Ocón crea una atmósfera peculiar
donde se entremezclan con acierto la parodia, lo grotesco, el humor
involuntario y el drama.
La puesta en escena, producida por la Organización Teatral
de la Universidad Veracruzana (Orteuv), presenta un enfrentamiento
entre dos posiciones ideológicas representadas por un travestí
convencido de que es una auténtica mujer (Minnie) y por un
hombre que reprime su homosexualidad (La Pantera Rosa).
Ambos tienen algo en común: el amor que sienten por Rubén,
personaje que muere cuando intenta asaltar el parque de diversiones
donde se desarrolla la historia.
En este espacio, que aspira a ser una imitación de Disney World,
trabaja Minnie y su empleo consiste en bailar y saludar cada vez que
pasa un tren cargado de niños. El encuentro entre los protagonistas
ocurre |
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Roberto
Benítez dirige el montaje de Dibujitos desanimados. |
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cuando La Pantera Rosa huye de la ley tras cometer un delito y se
topa con Minnie, quien cree conocerlo y le reclama sobre asuntos
delicados e íntimos, pero La Pantera se descubre la cara
y Minnie queda sorprendida al no encontrar al hombre que esperaba:
Rubén.
Durante el transcurso de la obra, el espectador se da cuenta de
que Minnie y Pantera aman al mismo individuo, uno expresándolo
plenamente y el otro de una forma reprimida y secreta; además,
es testigo no sólo de revelaciones sobre aspectos que tienen
que ver con la sexualidad sino con la condición humana y
con la vida misma.
Las situaciones tienen un doble ingrediente, son serias y divertidas,
lo que en muchos momentos sugiere el absurdo, y la historia poco
a poco va involucrando a quien la mira en los misterios y contradicciones
humanas: Minnie y la Pantera terminan descubriéndose íntimamente
de un modo desgarrador, pero en ese momento ocurre el trágico
desenlace.
El montaje de la obra teatral que obtuvo mención honorífica
en el concurso de la revista Tramoya en 2000, es dirigida por Roberto
Benítez, con la actuación de Félix Lozano y
Raúl Pozos. La asistencia de dirección y producción
está a cargo de Gema Muñoz.
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