Julio-Septiembre 2003, Nueva época No. 67-69 Xalapa • Veracruz • México
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En el Simposio Servicio Cívico: Indagación e Impactos
Canalizar recursos de deuda externa a proyectos de desarrollo comunitario, propone Arredondo

Las universidades desempeñan un importante papel como intermediarias para la transferencia de conocimiento experto y tecnologías socialmente útiles.

San Luis Missouri, eu.- Canalizar importantes recursos de deuda externa a proyectos de desarrollo autosustentable en pequeñas comunidades, que sean operados por universidades con amplia experiencia en este campo, fue la propuesta que presentó el rector Víctor Arredondo en una reunión de expertos realizada en la Universidad Washington, en San Luis Missouri.
En el marco del Simposio Internacional Servicio Cívico: Indagación e Impactos, Arredondo defendió la tesis del desarrollo autosustentable y sostuvo que el peso de la deuda externa “obstaculiza la posibilidad de canalizar recursos crecientes por parte de gobiernos de naciones en desarrollo, para el combate a la pobreza y el fortalecimiento de las capacidades locales de cada comunidad”.
Al dictar una conferencia magistral, que tuvo como base su artículo “Indagación sobre Servicios Comunitarios”, publicado en la revista internacional Service Enquiry, editada en Suráfrica, Arredondo dijo que, a diferencia de las metodologías utilizadas tradicionalmente por los gobiernos nacionales, que no aplican enfoques integrales para el desarrollo, esta propuesta se sustenta en la necesidad de usar medidas internas de descentralización, simplificación, aplicación de incentivos y promoción de la fortaleza de los recursos humanos, tanto en el ámbito individual como en el de la comunidad.
Añadió que hay evidencia del importante papel que las universidades desempeñan como intermediarias para la transferencia de conocimiento experto y tecnologías socialmente útiles, con la ventaja de que dichas instituciones pueden garantizar una presencia local constante en las comunidades, donde tienen la posibilidad de realizar tareas de análisis y definición colectiva de necesidades y soluciones, de capacitación y asesoría técnica, de evaluación y seguimiento.
Dos ventajas adicionales que se desprenden de esta propuesta son: primero, que las universidades pueden operar como verdaderos puentes de comunicación entre los organismos líderes en materia de desarrollo comunitario autosustentable y los miembros de las propias comunidades, asociaciones productivas y pequeñas o medianas empresas que operan en el campo y las zonas rurales; segundo, que, gracias al potencial de trabajo voluntario que existe entre la población estudiantil y docente, no sólo se reducen costos económicos sino que además se logra acrecentar la noción cívica de solidaridad de los futuros profesionales. Por otra parte, Arredondo reconoció que no todas las universidades pueden ser elegibles para operar como intermediarias. “Para eso se requiere cumplir con criterios explícitos como experiencia mostrada en la promoción de desarrollo comunitario; infraestructura organizativa y operativa que garantice racionalidad, transparencia y eficacia; misión institucional orientada a la distribución social del conocimiento, así como experiencia en materia de colaboración interins-titucional y alianzas estratégicas con organismos nacionales y extranjeros que representen tanto a los sectores público y privado con el civil y financiero”.
Esto último, subrayó, es de vital importancia toda vez que este tipo de proyectos requiere de la articulación y coordinación estrecha con instituciones diversas que muestren un interés en torno a los objetivos relacionados con el fortalecimiento de las capacidades locales.
Por ultimo, describió con detalle la metodología necesaria para convertir los certificados de deuda externa en recursos internos (swaps) a fin de que sean aplicados en proyectos de desarrollo comunitario basados en las universidades y bajo un esquema de coordinación con múltiples sectores y organismos. Esta metodología ya ha sido probada por la banca multinacional en países y proyectos puntuales: “Simplemente se necesitan multiplicar exponen-cialmente, una vez que se cubran las especificaciones cualitativas y técnicas, pues lo que el mundo necesita hoy, con urgencia, es construir de manera agresiva esquemas integrales de colaboración y no de confrontación. Promovamos, entonces, una red global de pensadores positivos que le den fuerza y orientación a este enfoque que demanda el siglo xxi”. Este simposio fue organizado por el Instituto Global sobre Servicios Comunitarios de la Universidad Washington, en San Louis Missouri, y auspiciado por la Organización Innovaciones en la Participación Cívica y la Fundación Ford.