Octubre-Diciembre 2004, Nueva época No. 82-84 Xalapa • Veracruz • México
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El crecimiento económico no implica desarrollo:
Juan M. Alponte

Edith Escalón y Edgar Onofre Fernández

Junto con especialistas en el tema, el profesor de la UNAM participó en el seminario Pensar el Desarrollo, organizado por el IIESES
 El crecimiento de las variables económicas en términos estadísticos, como el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), no implica mecánicamente el desarrollo de un país, advirtió Juan María Alponte durante el seminario Pensar el Desarrollo, realizado por el Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores, Económicos y Sociales (IIESES) de la UV, del 11 al 15 de octubre.

“El desarrollo es el crecimiento de las variables estadísticas más el cambio social, el cambio cultural y el cambio político con la plena participación de la sociedad. México no lo ha hecho. Sin duda, ha tenido periodos de crecimiento de las variables estadísticas, pero no siempre han estado éstas vinculadas al desarrollo y sí, al revés, a la concentración del ingreso en una minoría. Por tanto, el crecimiento entre nosotros ha significado, siempre, la desigualdad y no el desarrollo; sí, en muchos casos el subdesarollo”, comentó el académico de la UNAM.
El escritor y profesor de la UNAM, Juan María Alponte.(Foto: Luis Fernando Fernández)
Además, México se ha convertido en un país dependiente de un solo espacio económico en cuanto a exportaciones, pues 88.78 por ciento de las exportaciones se ha dirigido a los eua y 1.71 por ciento a Canadá, lo que significa que más de 90 por ciento se ha dirigido a América del Norte.

Advirtió que la posibilidad real de desarrollo no es viable en tanto desciende el valor agregado de las exportaciones, aun cuando los niveles macroeconómicos se mantengan sin explosiones. “México se está convirtiendo en un país cada día más maquilador y la proporción de valor agregado en sus exportaciones es apenas del 29.3 por ciento. Y un país que renuncia a la generación de valor agregado en sus exportaciones, renuncia a la innovación de su planta productiva y, por ende, a la creación de empleos con alto valor de creación y de transformación de la propia realidad socioeconómica. Renuncia, pues, al desarrollo”.

Tal es el atraso de nuestro país, dijo, que el reporte del Foro Económico Internacional en la ciudad de Davos, Suiza, lo sitúa en el lugar 74 del mundo por su sistema educativo, en el 69 por la calidad de sus escuelas públicas, en el 52 por el trabajo de las instituciones científicas y de investigación, y en el 47 en el índice global de competitividad. En el mismo informe, México ocupa el sitio 89 –de entre 102 países– en el costo del crimen y la violencia, el 88 en materia de crimen organizado, el 73 en el rubro de sector informal irresponsable en sus deberes fiscales, y el 82 por la calidad de sus servicios policíacos.

”Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México está incapacitado para cumplir sus metas socioeconómicas, infraestructurales y culturales, por la ineficiencia de su sistema fiscal. Sus ingresos son los más bajos de la organización”.

A pesar de todo ello, “México, dijo, es un país de potencial extraordinario que necesita un proyecto de desarrollo que surja de una indisputable reforma del Estado y que dé prioridad a los problemas y no a los escándalos cotidianos, a la verdad y no a la disputa envenenada de personalidades que no siempre son personas. La revolución democrática no consiste en poner las cosas patas arriba, sino en crear instituciones confiables que procuren la convivencia entre la política y la ética”.

Maquiladores y sin tecnología, los países de AL
Graciela Moguillansky, especialista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, resaltó la necesidad de que los países latinoamericanos aceleren sus procesos de innovación productiva, y advirtió que México tiene los peores indicadores en colaboración entre la universidad y la industria para la investigación. Las naciones maquiladoras, como las de América Latina, registran una demanda baja de sus exportaciones y con una demanda mínima de sofisticación en tecnología, lo que ocasiona que las universidades registren poco desarrollo en ciencia y tecnología y, con ello, la fuga de talentos.

Advirtió que esas naciones están obligadas a otorgar un valor agregado a sus productos, así como a privilegiar la modernización de su producción y el rejuvenecimiento de tecnologías maduras. Además, deben integrarse a redes globales de producción e innovación, que no existen en AL o son débiles y dependen de la inversión extranjera, que es mínima.

Por si fuera poco, añadió, los países latinoamericanos carecen de un sistema nacional de innovación regulado entre la iniciativa privada y el Estado, que estimule la investigación, educación, cooperación entre las empresas, trabajo en redes, conformación de clusters (aglomeraciones de empresas) y transferencia tecnológica. Por ello, deben buscar tanto la articulación entre gobierno, investigación y empresa, como la socialización del conocimiento, hechos que permitan establecer políticas de innovación, fomentar la articulación, crear cadenas globales y alcanzar la flexibilidad y el dinamismo en pos del desarrollo nacional.

Desarrollo sin dañar los ecosistemas
Para fortalecer el desarrollo económico y sustentable en el país, y concretamente en Veracruz, es necesario que se utilicen de manera adecuada los recursos naturales, pues a través de ellos es posible propiciar mejores condiciones de vida, aseguró Raúl Arias Lovillo. Durante su participación en el seminario, señaló que es preciso buscar estrategias que mejoren el nivel de vida de las comunidades veracruzanas y, al mismo tiempo, conducirlas a una buena utilización de los recursos naturales del estado.

En todos los municipios de Veracruz, dijo, se está llevando a cabo un estudio que permitirá conocer sus indicadores sociales, económicos y de desarrollo sustentable particulares, proyecto único en su tipo. Con esta iniciativa se busca hacer una reflexión sobre el crecimiento económico de los municipios veracruzanos y el manejo que éstos hacen de los recursos naturales.

Afirmó que contar con un índice de desarrollo sustentable, donde se consideren indicadores económicos, sociales y de sustentabilidad, permitirá medir el desarrollo económico y social de los municipios, además de la adecuada utilización de los ecosistemas, lo que redundará en el desarrollo económico estatal.