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La UV, junto con autoridades federales, estatales
y municipales, sociedad civil, científicos y organizaciones
no gubernamentales (ONG), inició la búsqueda de consensos
para definir la Estrategia estatal sobre conservación y uso
sustentable de la biodiversidad en Veracruz, que será el
eje rector de las nuevas políticas de conservación
ambiental. La primera reunión se realizó el 11 de
febrero, en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información
(USBI).
Ernesto Rodríguez Luna, director del área académica
Biológico Agropecuaria, afirmó que en Veracruz están
algunos de los sitios mejor estudiados del país, pues tanto
la Universidad como el gobierno del estado han invertido grandes
recursos para su investigación y conservación. No
obstante, según Miguel Equihua, director del Instituto de
Ecología (Inecol), Veracruz padece un acelerado
proceso de deterioro ambiental.
Eduardo Córdoba Castillo, coordinador estatal de medio ambiente,
destacó la relevancia de experiencias y conocimientos vertidos
en un foro multisectorial, pues sólo los consensos sociales
pueden orientar con certidumbre las políticas públicas,
económicas y administrativas hacia la conservación
del patrimonio natural.
Jaime San Román Montiel, representante de la Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio)
dijo que el encuentro tuvo como propósito compilar el conocimiento
sobre la diversidad biológica de Veracruz, sus vínculos
con las actividades sociales, sus usos y las principales amenazas
que inciden en su sustentabilidad, que pueden ser considerados a
la hora de formular políticas en esta materia.
San Román explicó también que los lineamientos
generales de este estudio se obtendrán a partir de que los
participantes determinen qué recursos existen en Veracruz,
cuál es su estado, qué hacer para protegerlos, cómo
lograr esa protección y quién será el responsable
directo de garantizarla, parámetros que ya han permitido
la formulación de estrategias similares en Morelos, Estado
de México, Michoacán, Querétaro y Colima.
Claudio Torres Nachón, presidente del Consejo Estatal de
Protección al Ambiente, agradeció a la Conabio por
haber impulsado en Veracruz esta iniciativa, pues “ha sido
un motor eficiente para lograr la convergencia de talentos científicos,
académicos, gubernamentales y ciudadanos”.
El encuentro es un esfuerzo más por ratificar los compromisos
que México asumió en 1993, cuando firmó el
Convenio de Diversidad Biológica, un acuerdo internacional
para proteger el medio ambiente signado por más de 50 países
de todo el mundo. En el caso de Veracruz es aún más
urgente asumir estos compromisos pues, como señaló
Miguel Equihua, si bien es uno de los mayores contribuyentes a la
biodiversidad del país, muestra acelerados procesos de deterioro
ambiental que se reflejan en la pérdida de casi 80 por ciento
de sus bosques y la destrucción de humedales, principales
depositarios de la biodiversidad estatal.
Los participantes hicieron evidentes los enormes contrastes en torno
de la riqueza biológica mexicana y su deterioro. De acuerdo
con los datos presentados, México es uno de los 17 países
con mayor biodiversidad en el planeta, que en conjunto albergan
casi 75 por ciento de las especies de plantas y animales terrestres
que se conocen en el mundo.
En nuestro país se encuentra 10 por ciento de las especies
de plantas del planeta, 40 por ciento de ellas endémicas,
es decir, que sólo habitan en territorio nacional, y lo mismo
sucede con 177 especies animales. México ocupa el segundo
lugar del mundo en biodiversidad de reptiles, pues habita aquí
11 por ciento de las conocidas mundialmente; en cuanto a mamíferos,
tiene el quinto sitio mundial, con 450 especies, equivalentes 12
por ciento; y por el número de anfibios está colocado
en el cuarto lugar mundial con 284 especies, aproximadamente siete
por ciento.
Según documentos del Inecol, también hay numerosos
ejemplos de plantas de uso humano que se originaron en México
a través del vínculo estrecho que existe entre la
cultura humana y la biota, como sucede con el agave tequilero, el
chile, el frijol o la vainilla, no obstante, el constante deterioro
de la biodiversidad ha mermado estos recursos de manera preocupante.
Urge
crear banco de información sobre biodiversidad de Veracruz
Mario Vázquez Torres, investigador de la UV, dijo que es
urgente la instrumentación de un banco de información
–gratuito y de fácil acceso– sobre la biodiversidad
de Veracruz que, a partir de la compilación de los estudios
existentes y la actualización constante, se convierta en
el referente que indique nuestro avance o retraso en la materia.
Para dar una idea de la importancia de la información, dijo
que estudios muy recientes indican que la flora concentrada en el
municipio de Banderilla es muy alta gracias al bosque del predio
La Martinica, y que las 1 200 especies que la conforman equivalen
a 15 por ciento de la riqueza vegetal de Veracruz, que vive en menos
de uno por ciento de su territorio.
Algunas investigaciones muestran que una hectárea de selva
alta del volcán San Martín Pajapan, en promedio, contiene
al menos 250 especies de plantas y que ocho hectáreas contienen
más de 400 especies representadas con casi todos los biotipos,
por lo que la riqueza de cada hectárea en esa zona representa
al menos el 10 por ciento de la riqueza total de las selvas húmedas
de Veracruz, calculada en 2 500 especies. Luego entonces, “por
cada hectárea de selva destruida se está devastando
el potencial natural del 10 por ciento de la flora de la selva lluviosa
mexicana”.
Destacó que, gracias a estos estudios de las selvas del trópico,
se sabe que un número reducido de especies de árboles
tiene altas densidades, y muchas otras, proporciones bajísimas
(un individuo por cada ocho hectáreas, por ejemplo), “Sin
duda son tan importantes las especies abundantes como las raras
y con implicaciones muy concretas en programas de conservación,
restauración, remediación, reforestación y
uso sustentable.
Si existieran al menos 50 estudios similares de lo que aún
nos queda de selvas lluviosas, tendríamos algunas herramientas
iniciales que respaldasen propuestas de recuperación, y no
sólo buenas intenciones”. La otra opción efectiva
y gratuita de regeneración de los ecosistemas consiste en
dejarlos en paz, sin ningún tipo de intervención humana,
lo cual es simplemente imposible.
Para el investigador, la tremenda pobreza de conocimiento, tanto
de la flora como de la fauna, es válida para todos los ecosistemas.
“Esta realidad justifica la necesidad de acelerar los trabajos
de campo y de otra índole, relativos a nuestros ecosistemas
y su biodiversidad”.
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