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Más de 20 años de generar conocimiento
en torno a la biología de las cycadas y de promover su cultivo,
propagación y rescate, han concedido a la UV prestigio internacional.
Tal es el reconocimiento, que la comunidad científica dedicada
al estudio de estas plantas milenarias eligió a Veracruz
como sede para mostrar en 2005 los avances de su trabajo.
En la inauguración de la VII Conferencia Internacional sobre
Biología de las Cycadas, el pasado 8 de enero, el rector
Raúl Arias Lovillo dijo que la presencia de más de
50 especies nativas de México, de las cuales 15 se encuentran
en Veracruz, representa para nuestra casa de estudios “una
fuerte responsabilidad que nos impulsa a procurar su estudio, conservación,
propagación y rescate”.
Este compromiso ha sido asumido por la Universidad Veracruzana durante
más de dos décadas, en las que no sólo ha respaldado
a los investigadores comprometidos con estos retos, sino que además
ha desarrollado programas para cultivar, propagar y rescatar estas
especies en el estado de Veracruz, además de apoyar la permanente
formación científica de especialistas en el área.
De hecho, casi 50 por ciento del conocimiento que existe actualmente
en torno a la biología de las cycadas, en el ámbito
nacional, ha sido producto de esos 20 años de trabajo, según
Mario Vázquez Torres, investigador universitario reconocido
en todo el mundo tanto por sus aportes a la literatura científica,
como por la descripción que ha hecho de nuevas especies de
estas plantas, una de las cuales, incluso, lleva su nombre.
Arias Lovillo reconoció que el prestigio ganado por la UV
es compartido con el Instituto de Ecología (Inecol)
cuyos investigadores han coordinado esfuerzos con los universitarios
desde hace varios años; además, es el Inecol la instancia
que resguarda la Colección Nacional de Cycadas, que muestra
en Xalapa las 45 especies que existen en todo el país.
Frente a más de 60 científicos procedentes de Australia,
Suráfrica, Suramérica, Asia, Europa, Estados Unidos
y, desde luego, México, el rector de la UV señaló
que las cycadas “forman parte de la memoria humana que tenemos
que conservar”, y recordó que su persistencia a lo
largo de 200 millones de años de evolución, en los
que han sufrido apenas ligeros cambios, constituye una de las incógnitas
fundamentales que ocupan a los científicos de todo el mundo.
A pesar de que México ocupa el segundo lugar mundial en diversidad
de estas especies –sólo superado por Australia–,
es la primera vez que es elegido como sede del encuentro, pues los
anteriores se realizaron en Sudáfrica, China, Australia,
Francia, Estados Unidos y Tailandia: “El trabajo que hemos
realizado tanto la UV como el Inecol ha sido un elemento
fundamental para esta distinción”, aseguró Mario
Vázquez Torres.
En la inauguración estuvieron presentes Dennis Stevenson,
del New York Botanical Garden; Jorge López Portillo, del
Inecol; Teresa Saavedra, de la Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales; Ernesto Rodríguez Luna, de la UV; Jesús
Torres Nachón, del Consejo Estatal de Protección al
Ambiente, así como Roy Osborne y Andrew Vovides, organizadores
del congreso.
20 años de trabajo universitario
La investigación en cycadas en la UV se inició a finales
de los setenta, cuando un grupo de especialistas de la Universidad
Federico II, de Nápoles, Italia, invitó a investigadores
de la UV a colaborar con ellos en un proyecto sobre el tema. Fue
precisamente Mario Vázquez Torres quien quedó al frente
del equipo científico mexicano y, según recuerda,
la información preexistente sobre cycadas mexicanas era realmente
raquítica.
“Había que empezar casi de cero, no sabíamos
cuántas especies había en México, cuáles
eran, cómo se reproducían, dónde estaban, qué
características, problemas, retos enfrentaban... todo este
conocimiento lo hemos generado nosotros”.
La colaboración entre ambas universidades fue la que consolidó
la investigación. “Actualmente tenemos una visión
detallada del estado actual de nuestras plantas y eso nos ha permitido
determinar con mayor facilidad cuando se trata de una especie nueva”,
explicó el investigador.
Mario Vázquez Torres ha descubierto y descrito 12 especies
distintas de cycadas y recibió el reconocimiento de la Sociedad
Internacional de Botánica, que catalogó a una especie
veracruzana con su nombre. Además, tras una minuciosa revisión
de su trayectoria curricular, la Universidad Federico II de Nápoles
decidió otorgarle el grado de doctor Honoris Causa en Ciencias
Naturales, distinción que en sus 400 años de vida
sólo ha concedido en tres ocasiones.
Investigación
de frontera
Respecto a los rumbos que ha tomado la investigación en cycadas,
Vázquez Torres comentó que el principal interés
está centrado ahora en cuestiones de biología y genética
molecular: “No sólo nos interesa saber cuántas
son y en donde están, sino cómo están genéticamente
sus poblaciones”. Resulta fundamental establecer las relaciones
de parentesco entre ellas, tomando en cuenta que sus poblaciones
son muy reducidas: “Queremos saber, en razón de esa
riqueza genética propia de cada especie, cuál es su
potencial para seguir resistiendo a todos esos cambios que se presentan
en los ecosistemas“.
Comentó que hay nuevos estudios que se están encaminando
al aspecto químico, pues está perfectamente documentado
que en estas plantas se encuentran algunas de las sustancias tóxicas
venenosas más potentes que existen en la naturaleza; ingerirlas,
además de provocar cáncer, destruye el hígado
y los nervios.
“Conocer la naturaleza de esos venenos tan potentes nos abre
nuevas posibilidades de investigación, porque muchos de los
medicamentos y fármacos no son más que venenos dosificados”.
Estas características podrían explicar, incluso, la
extinción de los dinosaurios, pues algunos investigadores
opinan que las cycadas pudieron haber sido en algún momento
la base de la alimentación de los herbívoros que,
a través de las cadenas alimenticias, provocaron graves daños
en la salud y la vida de las demás especies.
“No tenemos ninguna certeza de que fuera el veneno de estas
plantas el responsable de su extinción, sólo sabemos
que cycadas y dinosaurios compartieron la tierra en varios periodos
y ésta pudiera ser una explicación”.
Añadió que los trabajos científicos en torno
a los aspectos químicos de las cycadas han permitido pensar,
por lo menos, en posibles explicaciones de su resistencia a todos
los cambios que ha sufrido el planeta en 250 millones de años,
pues se estima que estas plantas milenarias tuvieron su origen en
la era mesozoica.
“Explicaciones científicas señalan que fueron
miles las especies que no tuvieron capacidad de adaptación,
contrario a lo que sucede con las cycadas, ya que así como
pueden vivir en ambientes muy húmedos, también lo
hacen en ambientes sumamente secos”.
De hecho, en México se pueden encontrar tanto en las selvas
húmedas de Chiapas como en el desierto de Sonora o, incluso,
conviviendo con manglares, como ha señalado en diferentes
reportes científicos Vázquez Torres. Según
él, estos vegetales tienen los mecanismos de resistencia
más complejos y funcionales que existen, pues a pesar de
que su especie sólo incluye tres familias, su variedad es
tal que le permite protegerse de los embates externos de una u otra
forma. “Algunas cycadas no crecen hacia arriba, sino que se
van enterrando de modo que aquellos eventos, como los incendios,
plagas o inundaciones, son capaces de resistirlos enterradas”.
Cabe señalar que, aunque el grupo de trabajo de Mario Vázquez
incluye apenas siete investigadores, es la vinculación con
otras instancias, como la Universidad Federico II, de Nápoles,
el Instituto de Ecología AC y otras universidades, la que
ha permitido la consolidación de los estudios en torno a
la biología de estas especies.
Presentan
resultados de estudios sobre la Zamia furfuracea
De las 103 137 cycadas que se han localizado en una franja de 250
kilómetros de planicie costera, que va del puerto de Veracruz
a Coatzacoalcos –donde se distinguieron dos poblaciones diferentes,
una que se extiende a lo largo de la playa y en las rocas del litoral
y otra en la zona inhabitada de las dunas–, son las de este
ecosistema arenoso las que tienen más edad, según
un patrón de distribución disgregado, realizado por
Hermann Bojórquez Galván, del Instituto de Investigaciones
Biológicas de la UV.
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