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Democracia,
transparencia y evaluación, bases para una reforma universitaria
Juan Carlos Plata y Alma Espinosa |
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La
Universidad Veracruzana reunió a profesores, investigadores,
directores de facultades y funcionarios de la institución
en el Foro para la Reforma Universitaria. |
Con
la finalidad de intercambiar ideas, ofrecer una nueva perspectiva
de futuro que garantice el desarrollo de la institución y hacer
partícipe a toda la comunidad universitaria de un proyecto
de reforma y moderno de universidad, 150 académicos de la Universidad
Veracruzana organizaron el Foro para la Reforma Universitaria.
Este evento reunió a profesores, investigadores, directivos
académicos y funcionarios, quienes discutieron sobre temas
fundamentales en la vida universitaria, a través de las mesas
de trabajo “Reforma de la organización y la gestión
académica”, en la que participó el investigador
Adrián Acosta Silva, de la Universidad de Guadalajara; “Matrícula
y oferta académica”, presidida por Javier Mendoza Rojas,
director de Proyectos y Estudios de la ANUIES; “Posgrado e inves-tigación”,
encabezada por Adalberto Tejeda, director del Consejo Veracruzano
de Ciencia y Tecnología, y Rollin Kent, investigador de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y “Métodos
de regulación del trabajo académico y sus políticas
institucionales”, en la que intervino Manuel Gil Antón,
académico de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Ninguna
reforma opera sobre la base de una idea perfectamente clara
Para llevar a cabo un proceso de reforma universitaria exitoso es
necesario que se fortalezca la democracia interna, que haya una
total transparencia en el manejo de los recursos y una evaluación
completa y sin concesiones del estado en el que se encuentra la
institución, aseguró Adrián Acosta Silva.
Es necesario tomar en cuenta que ninguna reforma, en cualquier universidad
del mundo, opera sobre la base de una idea perfectamente clara de
lo que se quiere ni sobre la base de un conocimiento amplio y preciso
ni con un diagnóstico exhaustivo de los problemas que se
quieren solucionar, lo cual se debe a que las universidades son
organizaciones vivas, conglomerados muy complicados de intereses,
expectativas, deseos, proyectos y conflictos que no aguardan a ser
reparadas por especialistas.
En los últimos años, dijo, el cambio de la organización
de la universidad pública se ha dado a través de la
departamentalización de la vida académica, pasando
del modelo napoleónico de las escuelas y facultades al modelo
estadounidense de departamentos, donde investigación y docencia
tienen un vínculo virtuoso que permite renovar y fortalecer
la vida académica. “Pero la duda es si las universidades
mexicanas están en condiciones de operar bajo el sistema
departamental que tiene un contexto distinto. En Estados Unidos,
este tipo de sistema opera fundamentalmente en maes-trías
y doctorados, y el pregrado o licenciatura no opera necesariamente
por esta vía”.
Acosta Silva comentó que existe una gran variedad de formas
de gobierno, desde la clásica de un rector con un Consejo
Universitario General como instancia máxima, modelos con
una Junta de Gobierno y un Consejo Universitario –como en
la UV–, hasta casos en los que hay consejos de ex rectores
junto a consejos académicos, y en Canadá existe la
figura del senado en el que participan casi todos los sectores de
la universidad para cierto tipo de decisiones.
“En los gobiernos con un Consejo Universitario y la figura
del rector, el peso siempre se carga del lado de la Rectoría;
el rector tiene en todos los casos un enorme poder que le permite
definir muchas de las decisiones académicas, administrativas
y finan-cieras de las instituciones; termina siendo el centro de
todas la redes institucionales y, por tanto, es una figura crucial
para emprender procesos de reforma universitaria, lo cual no quiere
decir, por fuerza, que esto sea nocivo”.
Irresponsable,
aumentar matrícula en universidades públicas
En el espacio destinado a debatir sobre matrícula y oferta
académica, Javier Mendoza Rojas, director de Proyectos y
Estudios de la ANUIES, aseguró que para poder aumentar la
matrícula de las universidades públicas es necesario
tener disponibilidad de recursos humanos, financieros y materiales
para dar una cobertura con calidad, pues aumentar el número
de ingresos sin contar con esos recursos sería una actitud
de irresponsabilidad que debilitaría el sistema educativo
nacional. Por esta razón, varias de las universidades con
mayor matrícula en el país, como la UNAM, el IPN,
la Universidad de Guadalajara y la UV, han optado por la política
de no seguir creciendo en matrícula, dado que no tendrían
capacidad para atender con calidad a los alumnos.
“Ante esto, han surgido otras opciones educativas de tipo
público que han estado dando atención a la demanda,
pero de acuerdo con la prospectiva que nosotros estamos haciendo,
en los próximos 10 años la demanda para ingresar a
instituciones públicas de educación superior va a
seguir creciendo, mas no hay la capacidad para satisfacerla, y en
los casos en que sí se tiene la capacidad, hay una disparidad
entre las preferencias vocacionales de los estudiantes y la oferta
de carreras que hacen las universidades”.
Es un error juzgar concretamente a una universidad pública
por no atender la totalidad de la demanda estudiantil, porque la
responsabilidad de generar los espacios educativos para atender
a toda la población es del Estado mexicano. “Por más
presión social que haya, una universidad que no tiene cupo
para seguir creciendo no puede aceptar a todos los solicitantes,
si lo hiciera caería en una actitud de irresponsabilidad”.
El futuro de la educación en México debe tener en
cuenta dos puntos principales: que las uni-versidades que cuenten
con recursos expandan su matrícula de forma regular y que
se diversifique la oferta del sistema público de educación
superior a través de universidades tecnológicas y
multiculturales, como ya se empieza a hacer. “Sin embargo,
la UV, por ejemplo, tendrá en un futuro la oportunidad de
ampliar su oferta, siempre y cuando el Estado le dote de los recursos
para hacerlo”.
Otro de los retos importantes que se debe atender, según
Javier Mendoza, es el de poder articular la oferta y la demanda
por carreras profesionales, ya que en 20 carreras se concentra el
71 por ciento de la matrícula, cuando el sistema de educación
superior tiene una oferta de más de 300 carreras distintas.
En
la UV, 60 por ciento de los investigadores del estado
En la mesa dedicada a discutir el tema de los posgrados y la investigación
que se debe llevar a cabo en la Universidad, el director del Covecyt,
Adalberto Tejada, informó que el 60 por ciento de los investigadores
que hay en Veracruz y que están integrados al Sistema Nacional
de Investigadores (SNI) pertenece a la UV, por lo que debe encabezar
los esfuerzos de la investigación científica y el
desarrollo tecnológico en la entidad.
Según el director del Covecyt, en la entidad hay
.3 por ciento de investigadores del SNI por cada 10 000 habitantes,
lo que ubica a Veracruz muy por debajo de la media nacional, que
es de un investigador SNI por cada 10 000 habitantes. Además,
hay .2 becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(Conacyt) por cada 10 000 habitantes. Ante tal escenario,
existen dos retos fundamentales tanto para el Consejo como para
la UV: atraer inversión privada a la investigación
científica y el desarrollo tecnológico y aumentar
la cultura científica de sociedad veracruzana.
Rollin Kent, investigador de la BUAP, mencionó que es necesario
que se apliquen en México programas de posgrado que integren
la enseñanza y la investigación, ya que se ha comprobado
que éstos son los más eficientes y exitosos.
“Históricamente, los modelos de posgrado se han orientado
hacia dos direcciones: a la investigación, como el modelo
alemán, y a la enseñanza, pero lo ideal es integrar
los dos modelos en un programa que brinde una formación integral
a los alumnos”.
La oferta de posgrado en México se puede clasificar en académicos,
enfocados principalmente a las ciencias y al desarrollo de investigación
científica, y en profesionalizantes, aquellos que se enfocan
a las necesidades del mercado laboral y a los que acuden personas
que buscan recalificarse para obtener un mejor empleo. De hecho,
cuando se habla de los posgrados se está en presencia de
un fenómeno de crecimiento orgánico un poco desordenado,
donde hay poco control de calidad, por lo que en instituciones de
poca calidad los posgrados son un medio para realizar fraudes al
estudiante.
Ingresos
de académicos, causa de indiferencia
Manuel Gil Antón explicó que la estrategia de “deshomologar”
los ingresos por la vía de la certificación documental
de la producción y el cumplimiento de las actividades contractuales
ha provocado que los académicos muestren un grado elevado
de indiferencia respecto a la calidad de la educación en
nuestro país.
Recordó que la estrategia de diferenciar los ingresos, impulsada
en los años ochenta, fue considerada como la opción
más viable para resolver el desplome salarial, las peticiones
de los recién creados sindicatos y la necesidad de calidad
en los docentes, y propuso una reforma que surja del saldo entre
lo conseguido, lo errado y lo mejorable, teniendo en mente que siempre
habrá lugar para lo inesperado.
Las vías para la reforma son emprender una evaluación
a fondo, generar una estrategia de estabilización de los
ingresos que no premie la simple acumulación de constancias,
realizar un plan de atracción inteligente de talento joven
en la academia mexicana junto con planes de retiro digno, y hacer
referencia a una ética profesional específica.
Miguel Ángel Casillas, miembro del IIE, ofreció un
panorama de la situación académica de la UV, en la
que sus académicos no han tenido un crecimiento continuo,
existe una planta docente desigual en sus grados formativos, el
desarrollo de las facultades ha estado orientado a las profesiones
liberales y se le ha dado mayor peso a los profesores de asignatura.
Reconoció que en los últimos 10 años se ha
incrementado muy lentamente el número de profesores con doctorado
y que, con la aparición del Modelo Educativo Integral y Flexible,
se ha elevado el número de contrataciones de docentes con
licenciatura.
“El sistema de estímulos debe ser reformado para que
distinga realmente el trabajo extraordinario, apoye los objetivos
institucionales, estimule la dedicación exclusiva al trabajo
académico en la UV y aliente la obtención de grados
académicos entre los profesores”.
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