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A estas ventajas hay que sumar las facilidades de traslado y almacenamiento,
producto del ingenio universitario, pues luego de varias pruebas
para encapsular las micorrizas, los investigadores comprobaron que
la presentación aumenta notablemente su vida de anaquel.
En efecto, aunque necesita refrigeración, su vida activa
puede ser hasta de seis meses en almacenamiento.
Dora Trejo, quien ha liderado la investigación desde la Facultad
de Ciencias Agrícolas, explicó que las micorrizas
se forman cuando interactúan ciertos hongos con la raíz
de las plantas, produciendo una especie de arbusto donde ambos intercambian
nutrimentos, de ahí que esta especie –la más
antigua de los siete tipos conocidos de micorrizas– se conozca
como arbuscular.
Señaló que el Micofert UV se compone de tres especies
de hongos micorrizógenos (Glomus intraradices, Glomus etunicatum
y Gigaspora sp), que funcionan como extensiones de las raíces
de las plantas, creciendo alrededor de ellas y expandiendo así
el área de captación de nutrientes y agua.
En ensayos realizados en plantas de café, luego de la temporada
de secas, cerca del 80 por ciento de las que tuvieron biofertilizante
sobrevivió a las adversas condiciones ambientales; en cambio,
de las no micorrizadas sólo sobrevivió cerca del 35
por ciento, lo que comprueba que la simbiosis hongo-planta las hace
más resistentes en suelos secos.
El biofertilizante aumenta considerablemente su resistencia general
y mejora su adaptación al salir del vivero, como lo mostró
la sobrevivencia del 100 por ciento de las plantas de café
micorrizadas (luego de 90 días en el campo), que se contrapone
a la sobrevivencia de menos del 80 por ciento de las que no tuvieron
Micofert UV, resultados muy parecidos a los que presentó
el estudio de campo con plantas de melón.
De acuerdo con la investigadora, desde el Laboratorio de Organismos
Benéficos de la UV, en Xalapa, decenas de estudiantes, académicos
e investigadores han buscado en la última década perfeccionar
el cultivo de hongos micorrizógenos de alta eficiencia y
probar su efecto en diversos cultivos. Hasta ahora ha sido estudiado
en plantas de chile, cebolla, jícama, maíz, aguacate,
chicozapote, y muchos otros cultivos regionales, gracias a las 18
tesis de licenciatura y maestría que se han generado en la
UV, bajo esta línea de investigación. Estos estudios,
apoyados por investigadores del Colegio de Posgraduados, han dado
a los universitarios seis premios en cuatro reuniones científicas
agropecuarias y tecnológicas, y el reconocimiento del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Dora Trejo informó que el potencial de esta biotecnología
para resolver problemas del agro mexicano es lo que ha motivado
años de investigación universitaria, fundamental si
se consideran los costos en la producción agrícola
cada vez más elevados, así como la contaminación
ambiental que se deriva de la aplicación indiscriminada de
agroquímicos. De ahí que consideren insoslayable la
búsqueda de alternativas agroproductivas eficientes como
ésta, dado que sus beneficios han quedado demostrados en
las plantaciones de papaya, donde las micorrizas fueron probadas
por primera vez, pues luego de 15 días de su primera aplicación
los cultivos lograron un incremento de hasta 100 por ciento en el
crecimiento de las plantas.
Además, el Micofert UV ha sido considerado uno de los productos
de mayor innovación agrícola y valorado como biotecnología
netamente sustentable, pues garantiza la conservación del
suelo al sustituir los fertilizantes y plaguicidas agroquímicos
en vivero y disminuir su necesidad en campo.
Aunque los derechos intelectuales aún están en trámite,
el Micofert UV ya ha sido solicitado y probado por grupos de productores
cafetaleros de Veracruz y freseros de otros estados, ya que se calcula
que la micorriza puede formarse en dos terceras partes de las plantas
que hay en el mundo, por lo que su potencial es inmenso.
Cabe destacar el equipo coordinado por Dora
Trejo fue el que impulsó en 2003 la creación de la
Sociedad Mexicana de la Simbiosis Micorrízica, que ahora
agrupa a los científicos mexicanos que siguen esta línea
de investigación.
Miles
de micorrizas por descubrir
Si consideramos que México ocupa el cuarto lugar en biodiversidad
vegetal con cerca de 22 000 especies registradas, y que alrededor
del 70 por ciento de las plantas forma micorriza arbuscular, podemos
concluir que la diversidad taxonómica de estas simbiosis
ha sido pobremente estudiada. De hecho, sólo se han estudiado
en el mundo 44 especies de estos hongos –seis de ellas descritas
originalmente en México– que corresponden al 29 por
ciento de las conocidas.
Contacto
El Laboratorio de Organismos Benéficos se encuentra en la
Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana,
ubicada en la Zona Universitaria, Xalapa, Veracruz, México.
Teléfono: (228) 817-2793. Correo electrónico: dtrejo@uv.mx
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