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Por su parte, los estudios biotecnológicos
del chayote y la papa ofrecen alternativas de uso y mejora para
optimizar la producción y mejorar los ingresos de los agricultores,
históricamente el sector más golpeado por la fluctuación
de los precios en el mercado.
La
biofertilización, barata y limpia
Una alternativa para detener el desgaste de las tierras de cultivo
y, con ello, mejorar la calidad y cantidad de la producción
agropecuaria es la utilización de biofertilizantes producidos
a base de microorganismos (bacterias) propios de la tierra, reproducidos
in vitro. Estos biofertilizantes ofrecen la ventaja de ser más
baratos que los fertilizantes químicos que, a la larga, deterioran
los suelos.
Mariela Deyta Sánchez comentó que “se habla
mucho de la fertilización orgánica, del consumo de
productos inocuos y de la conservación del medio ambiente;
por ello es importante no usar tantos fertilizantes químicos
que van desgastando el suelo, lo erosionan y después de algún
tiempo afectan los cultivos, porque conforme van pasando los años
se va diluyendo el rendimiento del suelo”.
Todos los cultivos requieren de tres elementos principales: nitrógeno,
potasio y fósforo, que siempre se encuentran ligados a otros
elementos, regularmente el aluminio, el fierro o el calcio. Por
ello, en el área de Microbiología del LATO trabajan
en la biofertilización mixta, con la producción de
fertilizantes naturales fijadores de nitrógeno y solubilizadores
de fósforo, para que la planta pueda tener, con mucha más
velocidad y eficiencia, los elementos necesarios para su desarrollo.
“Hemos trabajado en cultivos de papa, piña, caña
y café, además de algunas hortalizas como lechuga
y rábano; recolectamos muestras de suelo y aislamos sus elementos;
sembramos en medios específicos y vemos qué microorganismos
nos sirven, los ponemos en medios que tienen los nutrientes y condiciones
que necesitan; cuando los microorganismos se han desarrollado, los
separamos para purificarlos; después de este proceso, los
podemos reproducir”.
Explicó que se utilizan dos medios de reproducción
de microorganismos: líquido y sólido. En el líquido,
la fuente de energía puede ser algo rica en carbohidratos
o azúcares, regularmente se utiliza melaza, aprovechando
los residuos de los ingenios azucareros de la región, pero
también se usa el chayote que no se comercializa por estar
golpeado o manchado. El chayote en esas condiciones se utiliza como
extracto, pues sus propiedades ayudan al crecimiento de los microorganismos.
“Buscamos las mejores condiciones para la reproducción
de los microorganismos, como temperatura adecuada y medición
de oxigenación. El crecimiento de nuestros productos lo valoramos
a través de un equipo de rayos ultravioleta para ver su fase
estacionaria de crecimiento, y ahí es donde los tomamos en
cuenta para trabajar, porque cuando empieza la fase decreciente,
empiezan a disminuir los microorganismos, y nuestro producto, al
aplicarlo en el campo, tendría un resultado menor al esperado”.
Para la reproducción en el medio sólido se usa como
soporte hojarasca del campo o composta, y se cuida que el tamaño
de la partícula sea el adecuado (porque también se
aplica por aspersión, se disuelve en una agua y se aplica
con bomba), y una vez que se incorporan los microorganismos es importante
verificar la humedad para que puedan sobrevivir.
Los microorganismos que se reproducen, dijo, se aplican al suelo
y se fijan alrededor de las raíces de las plantas; después
comienzan a biodegradar todo lo que se encuentra a su alrededor,
lo que aumenta los nutrientes del suelo que alimentarán las
plantas. Por eso, cuando se dice que los suelos son pobres, es porque
tienen muy pocos microorganismos y no hay descomposición
de la materia orgánica.
El
chayote, subutilizado
Ante problemas como alta fluctuación de precios, variabilidad
en el producto y plagas que enfrentan los productores de chayote
y papa de la zona centro de Veracruz, en el LATO se realizan estudios
sobre estos vegetales para optimizar su rendimiento y diversificar
sus usos, y así generar mayores ingresos para los agricultores
y mejorar sus condiciones de vida.
Después de casi cinco años de estudios, los investigadores
han descubierto que el chayote contiene una alta cantidad de almidones,
lo que hace posible su uso como espesante en la industria de los
cosméticos, concretamente en la elaboración de talcos
y maquillajes.
Además, para contrarrestar los efectos de la fluctuación
de precios, han desarrollado un puré en conserva que permitirá
abastecer al mercado en las épocas de alta producción
y precios muy bajos, y contar con reservas para las épocas
en que el producto escasea y los costos son mejores, aseguró
Humberto Barney Guillermo, encargado del proyecto.
Por otra parte, los investigadores del Laboratorio elaboran un proyecto
para introducir el uso de bambú como poste para sostener
las plantas de los sembradíos, que actualmente es uno de
los principales conflictos que enfrentan los agricultores y está
ocasionando problemas de deforestación en la zona. “Los
problemas fundamentales de los agricultores son progresivos; para
poder resolver el grado de nutrición de las plantas y mejorar
la calidad de los productos, es necesario que la plantación
esté bien establecida y para eso es necesario tener los postes
que los productores requieren”, dijo Barney Guillermo.
Consideró de vital importancia para la investigación
biotecnológica enfocada a la agricultura, tener una constante
comunicación con los productores, ya que primero hay que
solucionar los problemas fundamentales para poder pensar en la transferencia
tecnológica, que también es necesaria. Por el momento,
es difícil transferir nuevas tecnologías a la producción
de chayote.
La
papa que se produce está enferma
El caso de la papa es diferente, pues existen cientos de variedades
reconocidas y catalogadas, por lo que el trabajo debe enfocarse
a la propagación masiva de siembra de una variedad sana y
con mayor proyección comercial.
Uno de los graves conflictos que enfrentan los productores se refiere
a la comercialización de su producción. En la región,
la compañía Sabritas cuenta con una planta de procesamiento,
sin embargo, pese a que la empresa firmó un convenio con
el Gobierno de Veracruz, en que se compromete a adquirir toda la
producción de papa de la entidad, no lo hace porque tiene
argumentos legales válidos: la papa que se produce en el
estado es de baja calidad y no es de la variedad que ellos necesitan.
Por si esto fuera poco, buena parte de la papa que se cultiva en
la entidad está enferma, tiene hongos, y cuando se fríe
una papa que tiene este problema se pone negra, ya que los almidones
que se convirtieron en azúcares se oxidan con el calor y
adquieren esa tonalidad, lo que la hace prácticamente inservible
para la principal industria consumidora de estos vegetales.
“La estrategia que se tiene que llevar a cabo es usar la biotecnología
para hacer labores de saneamiento, lo cual es bastante fácil
hoy en día. La biotecnología permite de una papa enferma
cultivar una completamente sana, lo único que hay que hacer
es extraer de las plantas los meristemos (tejido embrionario de
la planta que no es hoja ni raíz ni tallo, sino una masa
celular que no tiene forma ni canales de fluido de agua, por lo
que no puede ser invadida por hongos o bacterias que utilizan estos
conductos para transportarse dentro de la planta) y después
sembrarlos, y así se puede obtener cultivos totalmente sanos”,
afirmó Barney Guillermo.
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