El
demiurgo se recuesta temprano sobre su mullida mujer tierra. Aprecia
tanto los años como las vidas pasadas. El aroma a café
lo ha transformado en un maestro observador de las cosas sencillas,
pues ha sido, a lo largo del tiempo, aprendiz de todo lo que le
apasiona: dibujante, pintor, artista y frecuente amante de la
línea con que dibuja a sus diosas cantantes de junio o
a sus sensuales bailarinas de flamenco.
El gigante demiurgo de piel morena proyecta su imaginación
en nuestras cosas cotidianas, viste a la navidad de naranjas y
limas, le pone a la tercera edad paraguas de herrería,
baila feliz con su negra afrocaribeña... La imagen y el
cartel son su idioma más que su esencia. Del otro lado
del mar que le circunda, en el Louvre, guarda su secreto, su Sueño
de Maqueda.
Metáforas como carteles, imágenes como puentes entre
los mundos, el amigo, el cordobés de antaño, el
diseñador Celso Arrieta Zambrano, piensa que el arte se
crea y se atesora entre las manos, Este arte es el mismo que se
fuga para ser compartido con todos los que posean un mínimo
instante de tiempo, que les permita recrearse con las imágenes
que rompen las paredes de la cotidianidad.
A la hechura de los artesanos, este soñador, es el punto
de encuentro entre el compromiso profesional del diseñador
y la libertad irrestricta del creador.
Con más de 50 carteles y más allá del reconocimiento
público este gigante caminará entre nosotros, siguiendo
siempre sus propios designios.