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Junio
Musical 2006, la fiesta cultural con dedicatoria a Brasil
Edith
Escalón, Alma Espinosa, Gina Sotelo y Jorge Vázquez
Pacheco |
En
30 años, una de cada tres personas en el mundo habitará
en asentamientos clandestinos sin servicios, a menos de que los
gobiernos implementen políticas
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El
advenimiento de la undécima edición del Festival Internacional
Junio Musical, dedicado este año a Brasil, supuso la planeación
de una intensa actividad sinfónica y un amplio programa de
acontecimientos paralelos, todo encabezado por el máximo organismo
musical en Veracruz: la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX).
En la inauguración de este encuentro con la música,
que tuvo que iniciar a finales de mayo, la OSX preparó un listado
de obras procedentes de la inspiración de compositores brasileños:
Obertura Fosca de Carlos Gomes, Sinfonía en sol menor de Alberto
Nepomuceno, Episodio sinfónico de Francisco Braga y la suite
Villa-rica de Motzart Camargo Guarnieri. Estas piezas fueron interpretadas
por la orquesta bajo la batuta de un director carioca, Lanfranco Marcelletti,
maestro originario de Recife, Brasil, quien tiene amplia experiencia
en escenarios europeos.
Fosca de Antonio Carlos Gomes (1836-1896) se estrenó el 16
de febrero de 1873 en Milán. Se trata de una obra integrada
en cuatro actos, con libreto de Antonio Ghislanzoni, basada en romance
La festa della Maria de Luigi Capranica. La partitura contiene dedicatoria
para su hermano José Pedro de Sant’Anna Gomes.
Considerada por Gomes como su «ópera prima», la
revisó en dos ocasiones. La obertura no se aparta de las formas
propias de la tradición italiana, con la exposición
de temas propios del drama mismo.
Alberto Nepomuceno (1864-1920) nació en Fortaleza, Brasil.
Hoy se le considera como el precursor más importante de la
escuela nacionalista brasileña, y fue uno de los primeros en
reconocer el gran talento del entonces joven Heitor Villa-Lobos.
Fue también un influyente pedagogo, sobre todo por su trabajo
como director del Instituto Nacional de Música. Como director
de orquesta fue uno de los primeros en abordar obras de la vanguardia
europea y presentarlas al público brasileño.
Antonio Francisco Braga (1868-1945) fue originario de Río de
Janeiro. Gracias a una beca viajó a París e ingresó
al Conservatorio de Música, donde estudió Composición
con Jules Massenet. En 1895, presentó en la sala D’ Harcourt
un concierto con obras suyas y de otros compositores brasileños.
Su estancia en Europa fue de enorme provecho. En 1896, pasó
algunas semanas en Dresde y visitó el teatro de Bayreuth, atraído
por el arte de Richard Wagner. De esa época datan su poema
sinfónico Marabá, que Braga escuchó en concierto
dirigido por Richard Strauss, y el Episodio sinfónico, inspirado
en un texto del poeta Gonçalves Dias (1823-1864).
Sobre la suite Villa-rica escrita por Camargo Guarnieri (1907-1993),
quien nació en Tietê, São Paulo, hay que señalar
que fue música originalmente ideada para una realización
cinematográfica, en 1957, en la que a través de diez
pequeñas piezas el compositor nos muestra su notable vena creativa.
Además, se ha dicho que el Andantino y el vals final en nada
envidian los trazos propios de Shostakovich en su creación
de música orquestal para consumo popular. |
En
la inauguración de Junio Musical, la OSX interpretó
una serie de obras brasileñas bajo la dirección de
Lanfranco Marcelletti, originario de Recife, Brasil. |
Ney
Rosauro, presente en el festival
La segunda participación de la OSX dentro del Festival Junio
Musical se distinguió por la presencia de uno de los maestros
contemporáneos más importantes en el ámbito de
la ejecución de la marimba, Ney Rosauro. Para enmarcar la presentación
de tan distinguido maestro, la Sinfónica de Xalapa presentó,
bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto, Ventanas de Silvestre
Revueltas, el Segundo concierto para marimba y orquesta de Rosauro
y A Floresta do Amazonas de Villa-Lobos. Los solistas fueron Rosaura
en la marimba, la soprano norteamericana Jonita Lattimore y el Coro
de la Universidad Veracruzana (UV) que dirige David Arontes.
Ventanas es una de las obras menos documentas de Revueltas (1899-1940).
Escrita en 1931, uno de los años más fructíferos
en la corta vida creativa del compositor, la pieza fue terminada un
año antes que Cuauhnáhuac y Colorines, y casi al mismo
tiempo que el Dúo para pato y canario. Lo mejor de su producción
estaba por venir y muy pronto su arrolladora personalidad habría
de cubrir un espacio importante en el panorama de la música
nacionalista mexicana.
Respectos al Segundo concierto para marimba y orquesta de Ney Rosauro
(1952) hay poca información. Se sabe que ésta fue la
primera vez que se escuchó en Xalapa en su versión para
marimba, porque ya ha sido presentado en esta ciudad en su versión
para teclado, según informó el importante percusionista
Jesús Reyes López, quien forma parte de la nueva escuela
veracruzana de percusiones.
También se puede asegurar que las críticas en torno
a esta pieza de Rosauro nos hablan de sus habilidades como compositor
y como ejecutante, lo cual explica el porqué de la celebridad
internacional de sus obras.
A Floresta do Amazonas (La selva del Amazonas) es la última
gran obra de Heitor Villa-Lobos (1887-1959) y fue inspirada en la
novela Green mansions, del escritor argentino William Henry Hudson.
El impulso inicial para crear esta pieza procedió de un encargo
para escribir la música de la realización cinematográfica
producida en Hollywood, en 1958. Seguramente, Villa-Lobos leyó
o conocía la obra de Hudson, porque los analistas aseguran
que existe una mejor conexión de la música con las imágenes
del libro que con las secuencias fílmicas. Todavía el
compositor brasileño se dio tiempo para emplear parte del material
de su Floresta do Amazonas en cuatro canciones escritas también
el último año de su vida. Cada una de las partes de
esta obra está ligada a las demás y todas se relacionan
con el ámbito salvaje propio de la gigantesca selva del Brasil.
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La
segunda participación de la OSX dentro del festival se distinguió
por la presencia de Ney Rosauro. |
Gutiérrez
Heras, Camargo Guarnieri y Villa-Lobos
En su tercera participación, la OSX presentó la Fantasía
concertante para violonchelo y orquesta de Joaquín Gutiérrez
Heras, Chôro para violonchelo de Motzart Camargo Guarnieri,
así como Bachiana brasileira número 2 y Chôro
número 10 de Heitor Villa-Lobos. Los solistas fueron Carlos
Prieto al violonchelo y, de nueva cuenta, el Coro de la UV.
La Fantasía concertante del mexicano Joaquín Gutiérrez
Heras (1927) es resultado de un encargo procedente del violonchelista
Carlos Prieto. El compositor supuso que este compromiso quedaría
bien resuelto no con un concierto con movimientos independientes,
sino con una obra compacta, de un solo fragmento, aunque con varias
secciones claramente definidas y los correspondientes cambios de tempo.
Así, en 2005, entregó la partitura, que fue estrenada
por el mismo Prieto en un concierto de la Sinfónica de Huntsville
y la dirección de su hijo Carlos Miguel.
Después de ello, la obra ha sido interpretada por el violonchelista
mexicano en Guadalajara, Morelia y Monterrey. Ésta fue su primera
audición en Xalapa.
El Chôro para violonchelo y orquesta de Camargo Guarnieri surgió
en 1961, producto de una encomienda del célebre chelista brasileño
Aldo Parisot, quien radicaba en los Estados Unidos. Por aquella época,
el compositor se dejaba embargar por un espíritu fuertemente
nacionalista, lo cual le hizo redactar apenas un año antes,
en 1960, su famosa Carta aberta aos críticos e músicos
do Brasil, a través de la cual lanzaba un llamado a los artistas
cariocas para defender la producción nacional de los embates
técnicos y estilísticos extranjeros. Una vez que Parisot
tuvo la partitura, sugirió algunas modificaciones que permitiesen
librar de mejor forma los pasajes comprometedores y varios fragmentos
de gran dificultad.
Esto no agradó al compositor y terminó por interrumpir
la correspondencia con Parisot y dar otro derrotero al estreno de
su obra. De esta áspera relación artística, debemos
reconocer, surgió una de las obras más importantes de
la música brasileña para el instrumento. |
La
formidable inventiva de Villa-Lobos le permitió generar grupos
de obras muy variadas.
Un ejemplo de ello son las Bachianas brasileiras, conjunto de nueve
piezas que presentan grandes diferencias entre sí, tanto en
instrumentación como en estructura, y que fueron escritas entre
1930 y 1945. El título indica que se trata de una serie cuyos
motivos parten del estilo contrapuntístico del maestro alemán
Johann Sebastian Bach, a quien Villa-Lobos admiraba sin reservas y
al que consideraba un inagotable venero inspirador. La instrumentación
en las Bachianas es muy heterogénea y va desde el concepto
camerístico –como la 1, la 5 o la 6– hasta la orquesta,
que es el caso de la número 2. Esta obra contiene un fragmento
final que ha cobrado enorme popularidad en las salas de concierto
como pieza independiente: la evocadora y bella tocata O trenzinho
do caipira (El trencito del campesino). Este pasaje es la ejemplificación
del singular estilo del compositor en el manejo del colorido orquestal,
presente en muchas de sus partituras, y en el que se evidencia la
fuerte influencia de la música popular de su país. |
La
cantante brasileña Gal Costa también estuvo presente
en el encuentro organizado por la Dirección de Difusión
Cultural de la UV. |
Por lo que respecta a Chôros número 10 del mismo autor,
cabe decir que es parte de una serie de 14 piezas inscritas en un
género de su propia invención que llamó Chôros.
Esta palabra significa literalmente “llanto” y se aplica
también a un conjunto instrumental popular, así como
a la música tocada por ese conjunto. Los Chôros de
Villa-Lobos varían mucho: el primero es para guitarra sola;
el último, para coro, banda y orquesta sinfónica.
El número 10, subtitulado Rasga o coraçáo (Rasga
el corazón), fue estrenado en 1926 en Río de Janeiro,
y más tarde fue presentado en París como un ballet
llamado Jurupary. Según el autor, esta pieza expresa la reacción
del hombre civilizado ante la naturaleza en estado salvaje. El texto
en portugués y en una lengua indígena de Brasil es
un poema de Catullo Cearense. La obra se divide en dos secciones:
la primera es puramente orquestal, con una textura mayormente colorística
y muchos solos de los instrumentos de viento; la segunda es esencialmente
rítmica con una parte coral que está elaborada con
base en la repetición hipnótica de una figura de cuatro
notas descendentes.
La ópera El guaraní
Uno de los eventos más importantes de Junio Musical 2006
fue, sin duda, la primera representación en México
de la ópera Il Guarany de Antonio Carlos Gomes. Al ser estreno
en México no existía producción alguna, de
modo que fue tarea de la Universidad Veracruzana la realización
escénica y la conformación del elenco, que estuvo
integrado por varios cantantes formados en la Facultad de Música
de la UV. La dirección escénica así como el
rol protagónico fue del tenor y barítono Armando Mora,
mientras que la dirección musical fue responsabilidad de
Antonio Tornero al frente de la Orquesta Sinfónica Juvenil
del Estado de Veracruz. Los resultados fueron del todo satisfactorios,
avalados por la presencia de aficionados que arribaron desde distintas
latitudes, atraídos por un estreno nacional de significativa
trascendencia.
Il Guarany fue la cuarta ópera en el catálogo de Gomes
y se estrenó en 1870 en Milán. El idioma del libreto
es el italiano, aunque muy pronto se tradujo al portugués.
La historia es bastante convencional, aunque desarrollada en un
ámbito que resultaba fascinante para los europeos del siglo
XIX, la selva amazónica. A grandes rasgos, la obra da cuenta
de una lucha entre colonizadores portugueses y la tribu de los aimorés,
batalla que se desarrolla en 1560, aproximadamente, en algún
lugar de la Amazonia, y que culmina con la explosión y destrucción
del castillo del viejo hidalgo portugués Don Antonio de Mariz.
Fusión
de música y danza
Junio Musical 2006 fue un formidable escaparate que nos permitió
conocer mucho del gigante sudamericano: Brasil, país al que
la Universidad Veracruzana, a través de la Dirección
de Difusión Cultural, le dedicó la undécima
edición de este festival. De esta manera, los habitantes
de Xalapa y sus visitantes tuvieron la oportunidad de presenciar
diversas actividades representativas de esa “mítica
tierra sin fronteras”.
Artistas como Ney Rosauro, Gal Costa, Mart’nália, Tadeu
Coelho, Tonana, Mónica Freire y Denisse de Kalafe presentaron
su arte sonoro en las diversos foros habilitados para albergarles,
como las salas grande y chica del Teatro del Estado, el auditorio
de la Facultad de Música, el auditorio del Jardín
Botánico del Instituto de Ecología, el Ágora
de la Ciudad, el Café Teatro Tierra Luna, el Casino Xalapeño,
el Centro Recreativo Xalapeño, el auditorio de la Galería
de Arte Contemporáneo, el auditorio del Instituto Superior
de Música, el Jardín de las Esculturas, el auditorio
del Museo de Antropología, la Plaza Quinto Centenario y la
iglesia de San José, entre otros.
Desde luego, también participaron músicos locales,
varios de ellos pertenecientes a la larga lista de artistas y grupos
de la UV, quienes se sumaron a las actividades y al homenaje que
esta institución hizo al país Sudamericano a través
de la música.
Entre ellos es necesario destacar las actuaciones de la Orquesta
Universitaria de Música Popular, el Ensamble de Percusiones
Xoc, la Orquesta de Cámara de Xalapa, Orbis Tertius, Jazz
entre Tres, Tlen Huicani, el Ballet Folklórico de la UV,
la Camerata Coral de la Facultad de Música, la Compañía
Titular de Teatro de la UV y los grupos del Tablado, Polonia, Renacimiento,
Siquisirí, Son Luna, así como la Banda Sinfónica
del Gobierno del Estado, el Ensamble Clásico de Guitarras,
el Ensamble de Percusiones de la SEC, la Orquesta Sinfónica
Juvenil, la Pequeña Cantoría, el Trío Clásico
y el Trío Xallitic.
La
ciencia en Junio Musical
La ciencia también estuvo presente en el festival Junio Musical,
gracias al apoyo del Área Biológico-Agropecuaria de
la UV y de otras dependencias universitarias, las cuales organizaron
conferencias y mesas redondas en las que se discutió en torno
a diferentes temas. En estas actividades participaron especialistas
como Ernesto Rodríguez Luna, director del Área Biológico
Agropecuaria; Claudia Leonor López Garcés, del Museu
Paraense Emilio Goeldi, quien presentó la conferencia «Reinventando
el trópico»; Wilson Lopes, de la Comissao Ejecutiva
do Plano de Lavoura Cacaueira, el cual analizó, junto con
Nisao Ogata, del Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) de
la UV, la historia y desarrollo del uso y cultivo del cacao tanto
en Brasil como en México; José Aguinaldo de Lima,
del Conselho das Associações dos Cafeicultores do
Cerrado, y Mario Fernández Sánchez, del CITRO.
A ellos hay que sumar a José Pablo Estupiello, presidente
de la Sociedad de Técnicos Azucareros de Brasil, quien presentó
la ponencia “Caña de azúcar en Brasil”;
a Milton Thiago de Mello, del Instituto Milton Thiago de Mello,
Brasil, el cual ofreció la conferencia “Salud humana
y animal: prevención de enfermedades emergentes y reemergentes,
con vacunas y otros métodos”, así como a Aguinaldo
José de Lima, director del Centro de Inteligencia del Café
en Brasil, y a Mario Fernández Sánchez, del CITRO,
quienes hablaron sobre el café de México y de Brasil.
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Una
de las actividades más destacables fue la conferencia de
la escritora Nélida Piñon, quien durante su participación
estuvo acompañada por el narrador Sergio Pitol.
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A
través de la plástica y del cine recuerdan a Brasil
No sólo la samba y la capoeira se pudieron disfrutar en el
evento organizado por la Dirección de Difusión Cultural,
sino también las artes plásticas. Y es que varias
galerías de Xalapa albergaron diferentes exposiciones como
Ejercicios del alma para emprender el vuelo, obra gráfica
de Celso Arrieta; Brasil en cartel, colectiva del archivo de la
Bienal Internacional del Cartel en México (ambas se exhibieron
en el Museo de Antropología); Manglar de Sontecomapan, colección
de Manuel González que fue presentada en la Galería
de Arte Contemporáneo; Viaje pintoresco e histórico
de Brasil, una serie de reeimpresiones de placas originales de J.B
Debret, la cual se inauguró en el Jardín de las Esculturas,
y Ritmos de la artista rumano-brasileña Myra Landau, exhibida
en la Galería Fernando Vilchis del Instituto de Artes Plásticas
de la UV.
Durante Junio Musical también se presentó, en la Galería
del Jardín Botánico, Ingenios azucareros, muestra
de carteles que coordinó Eugenia Olguín; en la Unidad
de Servicios Bibliotecarios y de Información de Xalapa, Uso
y cultivo del cacao, obra gráfica; en el Centro Recreativo
Xalapeño, la exposición Disfraces de carnaval y trajes
regionales del estado de Veracruz, colección de la Escuela
de Samba de Mangueira Brasil y colección particular del maestro
Miguel Vélez Arceo, y en la Galería del Jardín
Botánico, Artesanías de Bambú, coordinada por
Teresa Mejía Saúles.
A la par de las más de 150 actividades artísticas,
culturales y académicas que conformaron el programa del festival
de la música, se proyectaron dos ciclos de cine que fueron
coordinados por el Departamento de Cinematografía de la UV
y presentados en el Ágora de la Ciudad. El primero estuvo
integrado por una serie de películas clásicas, entre
ellas Aguanta malandro de Hugo Carvana (1977), La gran ausencia
de Merco Altberg (1986), Leila Diniz de Luiz Carlos Lacerda (1987),
Arma de doble filo de Murilo Salles (1989) y Estelita de Miguel
Faria Jr. (1990). En el segundo ciclo se presentaron los filmes
contemporáneos: O outro lado da rua de Marcos Bernstein (2004),
Jogo subterraneo con Daniela Escobar y Felipe Camargo (2005), A
ostra e o vento de Walter Lima Jr. (2002), Bicho de sete cabezas
de Lais Bodanzky (2000); Bufo & Spallanzani de Flavio Tambellini
(2000), 2 filhos de Francisco de Breno Silveira (2005), O homem
que compiava de Jorge Frutado (2003) y Contra todos de Roberto Moreira
(2005).
Nélida
Piñón, intelectual y camaleónica
Muchas fueron las actividades importantes de Junio Musical, pero,
sin duda, una de las más destacables fue la conferencia de
la escritora brasileña Nélida Piñon, ganadora
del premio Príncipe de Asturias 2005, quien durante su participación
estuvo acompañada por el Premio Cervantes 2005, Sergio Pitol,
Ante estudiosos e investigadores de la literatura hispanoamericana,
Nélida dijo que los narradores necesitaron apropiarse de
la preciosa materia guardada en el corazón femenino, “un
corazón que es cómplice de todas las alegrías
universales, dolores, emociones y cuanto integra la galería
de sentimientos humanos. Ellos sabían que las huellas de
la vida, sin las cuales no se escribe una obra de arte, con certeza
se hallaban alojadas en la mujer”.
La primera mujer en dirigir la Academia Brasileña de las
Letras no dudó en asegurar que la memoria femenina ayudó,
sin duda, a escribir a Homero, Dante, Shakespeare y Cervantes, lo
que autoriza a la mujer a reclamar ante la comunidad la coautoría
de sus obras: “A proclamar, en nombre del legado que dio a
la humanidad, que ella es la otra cara de los autores”.
No obstante, la memoria contemporánea rehabilita a la mujer,
la obliga a conjurar el silencio de la fatalidad histórica
y, frente al texto, ella se apoya en la propia psique engendrada
por su trayectoria particular. Se obliga a armonizar su biografía
con la geografía de su cuerpo, explicó la escritora
Nélida Piñón se proclama hija del lenguaje.
Ella habla, piensa, escribe, calla y describe. Comentó que
“a lo largo de los años me enfrenté al desafío
siempre renovado de crear un lenguaje autónomo esencial que
debía brotar de mi visión ficcional. Me vi obligada
a ajustarme a otro lenguaje común a todos, rescatado del
universo masculino para así conferirle, tras un silencio
milenario, una versión armónica con la intimidad de
mi corazón y de mi pensamiento múltiple de mujer.
Un lenguaje al que debía agregar una semántica privada
y mi propia representación teatral sin dispensar, por ello,
la arqueología de la memoria”.
Para finalizar, la escritora brasileña, quien para escribir
adopta todas las formas posibles como camaleón, así
se trate de una piedra o de un animal, recordó que constantemente
tuvo la conciencia de haber heredado los trazos de aquellas civilizaciones
distantes que aspira a entender. Ella es dueña de un cuerpo
y de una memoria, siempre entrelazados. |
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