Investigadores
del Laboratorio de Alta Tecnología de Orizaba (LATO) de la
Universidad Veracruzana (UV) encabezan en la zona centro del estado
el combate a la enfermedad conocida como chino del chayote que afecta
a productores de la zona. En principio, los investigadores de la
UV han logrado caracterizar la enfermedad, y mediante análisis
científicos han establecido que se trata de un fitoplasma,
organismo muy parecido a las bacterias que ataca a las plantas (las
que atacan a los animales se denominan micoplasmas).
"Desde 1977 se tienen registros de este tipo de organismos,
y se tenía la idea de que se trataba de fitoplasmas, pero
no había una investigación que fundamentara esa teoría,
por lo cual nos dimos a la tarea de realizar esos estudios; ahora
podemos decir con toda certeza que se trata de este tipo de organismos",
informó Jorge Alberto Alejandre Rosas, investigador del LATO.
La investigación consistió en recolectar material
y buscar en la bibliografía y en un banco de genes de fitoplasmas,
y se encontraron algunos estudios realizados en Brasil y Costa Rica
que los mencionaban. Se extrajo ADN de las muestras y se obtuvo
el resultado ya mencionado. "El fitoplasma del chino del chayote
impide la producción de las plantas, ya que las ataca cuando
están brotando las nuevas guías y hay una proliferación
masiva. Existe una gran cantidad de nuevos brotes, porque lo que
provoca este organismo es un desorden metabólico que impide
que la planta genere de una a cuatro guías (tallos) que se
alimenten y produzcan frutos –que es lo normal–; en
cambio, se producen decenas de ellas y la energía que normalmente
se utiliza para producir frutos se desvía para alimentar
los múltiples brotes", aseguró.
Al no haber un estudio detallado del organismo causante de esa enfermedad,
no existe una cura; por lo tanto, cuando un planta es atacada por
la enfermedad, debe ser erradicada, explicó el investigador.
Pero, una vez que la enfermedad ha sido caracterizada, es importante
conocer quién o qué trae la enfermedad. Y es que al
chayote lo visitan alrededor de 70 especies diferentes de insectos,
por lo que la siguiente etapa de la investigación es descubrir
cuál de esos insectos trae la enfermedad. "Vamos a recolectar
insectos y les aplicaremos una técnica de análisis
llamada PCR (reacción en cadena de polimerasa), que trabaja
básicamente con los ácidos nucleicos, para así
saber si el fitoplasma causante de la enfermedad en los cultivos
se encuentra en los insectos. Esta técnica es tan fina que
puede detectar la menor cantidad de los organismos que se buscan".
Alejandre Rosas afirmó que el chayote es una hortaliza de
importancia regional, que ya se exporta, por lo que los productores
no se pueden arriesgar a que les detengan un cargamento de dicho
producto porque tiene fitoplasma. Las consecuencias de esta enfermedad
pueden ser también económicas; de ahí la importancia
de la investigación, la cual tiene un avance de 50 por ciento
hasta ahora. "Nuestro objetivo final es poder certificar que
las semillas que los productores siembren estén sanas". |