Enero-Marzo 2007, Nueva época Núm.101
Xalapa • Veracruz • México
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UV, al rescate de los arrecifes de coral del estado de Veracruz

Francisco Javier Martos Fernández 1

Un equipo de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de Tuxpan trabaja para coadyuvar a la conservación y el manejo de los arrecifes y del ambiente marino de esa región del norte
Los ecosistemas marinos con mayor belleza, complejidad y diversidad de las zonas costeras son los arrecifes de coral. Para la existencia de un arrecife coralino, se requieren condiciones ambientales muy especiales. Estos ecosistemas son el resultado de la interacción entre complejos eventos biológicos, relacionados con las condiciones geológicas y climáticas en una escala temporal que puede ir de cientos a varias decenas de miles de años. Todo esto significa que los arrecifes de coral no crecen en todas las costas, por lo que aquellos sitios donde se desarrollan resultan notablemente importantes.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) reconoce que hay menos de 225 mil km2 de ecosistemas arrecifales en el mundo,2 distribuidos principalmente en zonas tropicales, pero también existen en sitios menos idóneos, como las aguas más frías de la costa japonesa o más turbias como las del Golfo de México. Su importancia estriba en su gran biodiversidad, la cual incluye a organismos de prácticamente todos los Phyla conocidos, desde los microorganismos del plancton hasta las grandes ballenas. Entre los grupos más diversos que viven en estos ecosistemas destacan los peces, los crustáceos, los moluscos y los corales. Además, estos arrecifes cumplen funciones importantes en los procesos costeros, y es posible que aun intervengan en los procesos climáticos. Por si fuera poco, su espectacular riqueza se traduce en beneficios económicos para las afortunadas sociedades que se desarrollan en sus cercanías.3

La UV ha participado en investigaciones enfocadas a los arrecifes de coral que se desarrollan en las aguas costeras del norte de Veracruz.
En el mundo entero existen serios problemas que perjudican a las comunidades arrecifales; entre los más comunes está la sobrepesca, que afecta a cientos de especies, debido a la falta de control en los volúmenes extraídos, las temporadas de extracción y las técnicas empleadas. Uno de los métodos más destructivos es la pesca con explosivos o blast fishing, la cual no sólo daña a peces con valor comercial, sino que también destruye a todos los organismos que se encuentran en el sitio de la explosión. La contaminación y el turismo también afectan los procesos ecológicos arrecifales, y se dice que el cambio climático impacta en dichos ecosistemas.

Arrecifes de Veracruz
La naturaleza costera del estado de Veracruz se ve coronada con la presencia de varios complejos arrecifales, de los que destacan los arrecifes del puerto de Veracruz (Sistema Arrecifal Veracruzano, SAN) y los norveracruzanos. Ambos grupos tienen condiciones ambientales similares, pero es muy importante que cada arrecife sea valorado como una entidad individual, por su historia y características específicas. Los trabajos de investigación han sido más contundentes en el SAN, pero también se han incrementando en el norte de Veracruz.

Considerando la importancia de estos ecosistemas marinos, desde 1991, la Universidad Veracruzana ha participado en trabajos de investigación y monitoreo enfocados a los arrecifes de coral que se desarrollan en las aguas costeras del norte de Veracruz. A la fecha, se ha organizado un equipo de trabajo –con sede en la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de Tuxpan– que se propone aportar elementos que coadyuven a la conservación y el manejo de los arrecifes y del ambiente marino en nuestra región, mediante el desarrollo de trabajos de investigación, monitoreo y educación ambiental, y cuya principal herramienta es el buceo con aire comprimido.

El equipo, formado por Julio Gómez, Juan Manuel González, Fernando Aguilar y Julio Silva, ha realizado cientos de inmersiones en los diferentes arrecifes de la región y ha recibido el apoyo de proyectos con financiamiento de organizaciones no gubernamentales y de Petróleos Mexicanos (Pemex). También se ha integrado una red no oficial, pero rotundamente formal, que incluye a los operadores de buceo Aquasport de Tuxpan, así como a pescadores y buceadores comerciales de la región, quienes han facilitado los trabajos de investigación, al tiempo que se ha incrementado el nivel de seguridad.

Un ejemplo de la necesidad de incrementar la intensidad de los trabajos en los ambientes arrecifales es la determinación del número de arrecifes en el norte de Veracruz.

Tradicionalmente, se reconoce la presencia de seis: los arrecifes Tuxpan, Enmedio, Tanhuijo, Lobos, Medio y Blanquilla. Éstos son del tipo plataforma emergente, cuya sección más elevada sólo queda a medio metro bajo el agua, razón por la cual también se les llama "bajos". Sin embargo, gracias a nuestra residencia en la localidad y a las entrevistas con los pescadores y buceadores, hemos obtenido información sobre la ubicación de otro tipo de estructuras submarinas, llamadas localmente "las piedras", donde capturan especies de escamas como el jurel, el medregal y el apreciado huachinango. Según estos informes, las piedras llegan a elevarse desde el fondo ubicado a 25 o 30 metros de profundidad hasta cerca de 15 m de la superficie, es decir, que aparentemente eran estructuras de 10 o 15 m de altura.

Para un equipo de investigación en formación, los recursos no son siempre de primera, así que con equipos viejos de buceo, un receptor del sistema de posicionamiento global por satélite y equipo de sondeo de ultra-baja tecnología iniciamos los trabajos de exploración de los fondos marinos. El equipo de sondeo era un tradicional escandallo o sondaleza, dígase una cuerdita con 50 m de longitud y cuatro kilos de plomo atado al final. Nuestra inocencia nos hacía suponer que habiendo establecido rutas de sondeo con el SPG, con esa sondaleza encontraríamos sitios nuevos para buceo e incrementaríamos el número de arrecifes conocidos en la región. Lo que conseguimos en esa frustrante temporada fueron varias excursiones de mareo y sus consecuencias, mucho sufrir por la borda y sin resultados positivos.

La temporada siguiente (2005) fue notable por los financiamientos recibidos: la Dirección General del Área Académica Biológico Agropecuaria de la UV nos apoyó gracias a un proyecto con Pemex, y recibimos equipo moderno. En una excursión de monitoreo al arrecife Tuxpan pusimos a prueba una ecosonda mientras navegábamos y, tras unos cuantos minutos de trabajo, se detectó una elevación significativa en el fondo. Una hora más de sondeo en ese sitio nos mostró una estructura del mismo tamaño que el arrecife Tuxpan. Anclamos la embarcación y, rápidamente, nos colocamos el equipo de buceo. Después de un descenso en agua turbia, encontramos en el fondo una típica comunidad coralina: la piedra es un arrecife de coral tipo plataforma no emergente,4 a la cual temporalmente le hemos llamado Arrecife Pantepec. Apenas estamos conociendo la diversidad biológica de los arrecifes no emergentes, por lo que es necesario mucho más trabajo, incluida la selección de nombres, ya que no podemos seguirles llamando "las piedras". Las inmersiones en el Pantepec nos animaron a viajar más al sur y visitar un sitio al que llaman Bajo Negro o Arrecife Blake. Éste se ubica a más de 40 km de la desembocadura del río Tuxpan y a unos 23 km de la desembocadura del río Cazones. El resultado fue otro arrecife plataforma no emergente de más de 1 km de longitud y más trabajo para los próximos años.

Es muy importante señalar que, en el puerto de Veracruz, estos arrecifes no emergentes son bien conocidos y llamados "ahogados", y el equipo de Biología de Xalapa, dirigido por Juan Manuel Vargas, ha realizado ya varios trabajos en ellos. Resulta muy posible que entre los arrecifes de Tuxpan y los de Veracruz existan más estructuras arrecifales no emergentes, por lo cual es necesario, sino es que urgente, catalogarlas.

Desde la primera inmersión en el Arrecife Negro, fuimos sorprendidos por la belleza de los paisajes submarinos, la alta cobertura por corales y la abundancia de esponjas, algunas de las cuales alcanzan más de un metro de altura. No hay blanqueamiento a la vista ni corales enfermos. Al alcanzar 23 m de profundidad, encontramos un pez gallo (o capitán) de casi 0.5 m que nadaba lenta y atentamente muy cerca de unos negrillos, además de un pez ángel azul que se movía delicadamente entre los corales, mientras que algunos peces mariposa se escondían entre las esponjas.

Después de levantar datos y de permanecer 35 minutos en el fondo, iniciamos el ascenso. Luego nos percatamos de que nos topamos sólo con unos cuantos peces, y eso que son realmente vistosos. ¿A qué se debió?, ¿a la hora del día, la temperatura del agua, nuestra presencia o a la pesca excesiva? ¿Cuántos arrecifes no emergentes hay en la zona costera del norte de Veracruz? ¿Qué tipo de presiones están soportando? Sólo con más tiempo podremos contestar nuestras preguntas de investigación. Por lo pronto, tenemos el compromiso de iniciar las gestiones que permitan a las autoridades, tanto locales como federales, reconocer la presencia de los arrecifes no emergentes en la costa frente a Cazones y Tuxpan.
Seguramente, estos ecosistemas están siendo diezmados por la pesca y, posiblemente, por la contaminación, por lo que resulta indispensable ubicarlos, caracterizarlos y establecer las reglas para su manejo, con miras a un aprovechamiento sustentado de sus recursos.

NOTAS
1. Académico de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, región Tuxpan, de la Universidad Veracruzana.
2. M. D. Spalding, C. Ravilious y E. P. Green, World Atlas of Coral Reefs,UNEP World Conservation Monitoring Centre, University of California Press, Berkeley, USA, 2001.
3. H. Cesar, L. Burke y L. Pet-Soede,
The economics of the world wide coral reef declination, WWF Netherlands, 2003.
4. R. Jordan, "Arrecifes coralinos del Golfo de México: caracterización y diagnóstico", en Diagnóstico ambiental del Golfo de México (M. Caso, I. Pisanty y E. Ezcurra, eds.), vol, I, Instituto Nacional de Ecología y Haurte Research Institute, México, 2004.