Una exposición pone al alcance de un público una obra o colección de obras seleccionadas para expresar un mensaje o provocar una reacción. En esta ocasión, la Galería Ramón Alva de la Canal conmemora sus inicios y celebra 30 años de actividad ininterrumpida con una muestra del maestro José Luis Bustamante que sigue las líneas generales de la actual gestión universitaria: tradición e innovación.
La RAC surge como un proyecto para acercar el quehacer de los artistas plásticos a la comunidad universitaria.
En su devenir ha sido techo de creadores de confirmada trayectoria como de talentos emergentes, ha albergado muestras colectivas y colecciones históricas y ha celebrado encuentros y coloquios de diversas disciplinas.
Cada uno de sus directores y promotores ha contribuido a desarrollar una cultura visual no solo para los universitarios sino para la sociedad en un sentido amplio, dejando en el tiempo su testimonio indeleble. En esta nueva etapa, la RAC mantiene la calidad en sus propuestas y da un paso hacia públicos más jóvenes para fortalecer el impacto social de la presencia universitaria. A través de museografías más didácticas, visitas guiadas y talleres prácticos complementa la experiencia del visitante, y mediante la edición de fascículos alusivos a cada exhibición crea una memoria de su labor. Además, las visitas virtuales difundidas a través de redes sociales amplían el alcance de las exhibiciones.
En este marco, compartir Testimonios del tiempo, obra pictórica de José Luis Bastamente, es una afortunada elección, y la inclusión del taller Materia y espíritu, que ofrecerá el maestro, es una oportunidad para el público de asimilar el arte desde su elaboración, en particular el manejo de laminilla de oro y laminilla de plata, que caracterizan su trabajo.
Es una de las metas de la RAC transmitir la pertinencia de una formación sólida en el arte. La obra del artista invitado, más que encarnar un estilo o una escuela se inserta en la continuidad de la búsqueda estética por medio de un riguroso ejercicio técnico, que es ejemplo de la profesionalización de una habilidad.
Su abstracción está del lado del expresionismo más impetuoso, de una gestualidad desbocada, que, sin embargo, somete a sus designios.
Los pinceles de José Luis Bustamante hablan desde lo más recóndito del tiempo con voces de color que surgen como una erupción o un estallido. Hay también algo de atávico en su producción; como un rescate de ecos ignorados que encuentran, finalmente, el modo de hacerse presentes.
En sus composiciones abundan violentas emanaciones de dorado, rojo y negro que se disuelven en fondos más suaves; los planos se superponen y en ellos atraviesan ráfagas de luz y sombra, con lo que crea un contraste de sensaciones, pero nunca una discordancia.
A través de ese juego de efusión y serenidad, de flujo y de quietud, de espacios vacíos y ocupados, las obras de Bustamante despliegan una fuerza palpitante que emerge del lienzo para penetrar al observador.
He aquí la evidencia de su arte, he aquí su testimonio del tiempo. Celebremos con ellos la creación y ¡larga vida al espacio que hoy lo acoge!
Maliyel Beverido
Marzo 2015