Ocho maneras de tratar con los agresores cibernéticos
Como otros muchos aspectos de la vida de sus hijos, el acoso ahora también se produce por Internet. Si cree que sus hijos no han sufrido acoso en el «patio de la escuela» digital, puede que se equivoque. La mitad de los niños ha sido víctima de acoso en el ciberespacio, y casi la misma cantidad admite haber acosado a otros, según una encuesta que realizó WiredSafety, un grupo de seguridad y educación sin fines de lucro, en 2004.
Los agresores cibernéticos tienden a utilizar las mismas estrategias que utilizan en el mundo real. Atormentan a otros niños y se burlan de ellos a distancia mediante correo electrónico, sitios web, juegos online, mensajería instantánea, blogs y sitios comunitarios, como las salas de chat MySpace o American Online. Las burlas en Internet molestan tanto como las de la vida real, pero, en Internet, los agresores cibernéticos a menudo son anónimos: se ocultan tras direcciones de correo electrónico y nombres de pantalla falsos. No hay duda de que el acoso cibernético puede afectar mucho a una persona. Por ejemplo, algunos agresores acosan a sus víctimas con un bombardeo de mensajes instantáneos con comentarios como «Todos te odian» o «Eres un perdedor». Otros agresores cibernéticos crean sitios web en los que, para burlarse de otros niños o humillarlos, realizan encuestas online con temas del estilo: «Vote a las diez niñas más feas de la escuela». Los agresores cibernéticos también pueden hacerse pasar por la víctima a la que acosan, por ejemplo, publicando en Internet anuncios publicitarios falsos mediante los cuales solicitan citas en su nombre o al piratear la cuenta de correo electrónico de la víctima y enviar mensajes maliciosos a sus amigos.
«Si su hijo es víctima de acoso cibernético, usted puede tomar varias medidas», explica Nancy E. Willard, autora de «Agresiones y amenazas cibernéticas: cómo responder al reto de la crueldad social, las amenazas y la ansiedad online».
1. Identifique y bloquee
En primer lugar, pídale a su hijo que no responda ni se vengue, sin importar lo tentador que sea hacerlo. Si puede identificar a la persona que acosa en Internet a su hijo, bloquee todas las comunicaciones posibles. En el programa de mensajería instantánea, en el menú principal, vaya a «Contactos» o «Amigos» y elija, por ejemplo, «Bloquear contacto» o «Eliminar amigo». En el programa de correo electrónico, agregue el mensaje ofensivo a la lista negra. Si necesita ayuda para realizar investigaciones en Internet, póngase en contacto con WiredSafety, cuyos voluntarios son experimentados y lo pueden ayudar a rastrear quién es el responsable del acoso.
2. Establezca límites
Usted, no sus hijos, debería ponerse en contacto con el agresor (o los agresores) y exigirle que abandone el comportamiento ofensivo. Si no conoce su verdadera identidad, envíele un correo electrónico o un mensaje instantáneo. Adviértale que también se pondrá en contacto con sus padres o con la escuela si continúa tal comportamiento.
3. Haga la denuncia
En la mayoría de los casos, los tipos de acoso cibernético, como hostigar, amenazar, invadir la privacidad y acechar, constituyen una infracción a los «términos del servicio» de los sitios web o de los proveedores del servicio de Internet. Usted puede presentar una denuncia ante el proveedor o administrador del servicio, lo que podría llevar a la suspensión o cancelación del acceso a Internet del agresor cibernético (o de sus padres).
4. Póngase en contacto con la escuela
Si sabe que el agresor asiste a la misma escuela que su hijo, los profesores y administradores podrían ser de ayuda. Sin embargo, recuerde que debido al derecho de libertad de expresión, las escuelas, por lo general, tienen poca influencia sobre lo que sucede fuera del aula. Algunas escuelas están incorporando cláusulas contra el acoso cibernético en los acuerdos de acceso online de los estudiantes, así que si el agresor se puso en contacto con su hijo desde un equipo de la escuela, puede haberse metido en un problema grave. Asegúrese de informar del incidente de la manera que sea.
5. Envíe una carta certificada
Si usted ha hecho todo lo que está a su alcance pero el acoso no ha cesado, envíeles a los padres del chico o la chica una carta certificada solicitando que desista. Imprima las agresiones recibidas, como los mensajes de correo electrónico y las transcripciones de las comunicaciones de MI, y adjúntelas a la carta. Pídales a los padres que se hagan responsables y pongan fin al acoso cibernético de su hijo. Willard, que también es abogada y directora del Centro para el uso seguro y responsable de Internet, sostiene que certificar este tipo de cartas prueba que los padres están al tanto del comportamiento de su hijo, y pueden ser considerados responsables si no cesa dicho comportamiento.
6. Llame a un abogado
En el peor de los casos, un abogado le puede ayudar a considerar la posibilidad de presentar una demanda contra los agresores y/o los padres por difamación, hostigamiento u otras causas. A veces, una amenaza de demanda es suficiente para disuadirlos.
7. Póngase en contacto con la policía local
Si existe alguna prueba de que las estrategias del agresor incluyen delitos, como delitos relacionados con la raza, sexo, religión, etc. , amenazas físicas o conversaciones en las que se menciona la tenencia de armas en la escuela, póngase en contacto con la policía local de inmediato. Los agresores cibernéticos que publican fotografías privadas de sus víctimas en Internet también pueden ser acusados por pornografía infantil. Asegúrese de imprimir ejemplos del comportamiento ofensivo y entregárselos a la policía. La policía puede utilizar su denuncia para reunir otras pruebas admisibles del ordenador de su hijo, en caso de ser necesario.
8. Hable con sus hijos sobre qué es aceptable
Anne Collier, directora del sitio web NetFamilyNews, un boletín que se envía por correo electrónico sobre la seguridad de los menores en Internet, explica que para detener definitivamente el acoso cibernético, usted primero debe saber qué sucede cuando sus hijos están navegando por Internet. Los niños suelen ser reacios a hablar a sus padres sobre el acoso cibernético o sobre lo que ocurre cuando están navegando por miedo a que los padres empeoren la situación. Otros piensan que lo que hacen en Internet es «privado». Williard comenta que eso está lejos de ser cierto: «Los chicos deben saber que Internet es un espacio público y es necesario que lo traten como tal».
Willard aconseja que usted conozca los nombres de pantalla y las direcciones de correo electrónico de su hijo y que no dude en realizar búsquedas en Google, u otros buscadores, de las identidades online de su hijo. También mantiene que los padres deben ser honestos y deben decirles a sus hijos que van a revisar su navegación web con frecuencia. Además, señala que usted debe comunicarse con los padres de los amigos de su hijo. Fijar las expectativas, no solamente para su hijo sino también para los demás, puede evitar futuros problemas.
«En la actualidad, se necesita una cuidad digital para criar a un niño», dice.
Collier añade que usted también puede redactar una «política de uso aceptable» para utilizar el equipo doméstico u otros dispositivos de mensajería de texto. Esta política debería tratar todos los aspectos de la navegación en el ciberespacio, incluido el tiempo que sus hijos pasarán en Internet al día o qué sitios web, servicios de mensajería o salas de chat son aceptables. Además, hable sobre qué información personal pueden compartir en Internet, incluidas las fotografías.
«Pregúntele a su hijo: ‘¿Qué harías si…?’ y luego escriba las respuestas aceptables para los dos», recomienda Collier. Una promesa firmada en la que conste el compromiso a ser educado con las demás personas en Internet y a informar sobre el acoso cibernético (a él mismo o a otros niños), podría ser un paso importante para evitar los problemas antes de que comiencen.
Margie Wylie es escritora, vive en San Francisco y tiene dos hijos.
Sus trabajos fueron publicados en una amplia variedad de medios de difusión,
incluidos San Francisco Chronicle, revista MacWorld, MSNBC y Beliefnet.
Fuente: http://www.yoursecurityresource.com/es/#axzz3bZF7OZWt
Fecha de consulta: 29 Mayo 2015