Antaño la ciberguerra se libraba entre Europa del Este, Rusia y Estados Unidos, con Europa Occidental de víctima colateral en el fuego cruzado. Quizás sea una exageración, pero lo cierto es que nuestro continente nunca había sido el objeto de interés primordial de las bandas de criminales, solo un mercado más donde hacer sus fechorías y sacar dinero con sus ataques.

Pero la situación parece haber cambiado en el primer trimestre de 2018, en tanto que estamos experimentando un aumento interanual del 30% en el volumen de ataques cibernéticos que afectan a Europa.

Así lo asegura un estudio de ThreatMetrix, según el cual las empresas digitales europeas fueron atacadas con 80 millones de intentos de fraude a medida que los patrones de ataque se transformaron en toda la región, lo que provocó picos más pronunciados en los períodos pico de ataque a lo largo de este período.

Y es que, los propios ataques han evolucionado desde picos cortos y aislados de ataques de fraude a ataques más sostenidos y de alto volumen que duraron varios días o incluso hasta semanas. 

La suplantación de identidad también experimentó un aumento en toda la región como resultado de la gran cantidad de datos personales robados disponibles en la web oscura. Alemania fue la más afectada con ataques de suplantación de identidad, en tanto que este fenómeno prácticamente se duplicó respecto al primer trimestre de 2017.